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El Buen Inversor

Mini boom de las cotizaciones bursátiles
Nada es para siempre

Ni las crisis ni la euforia, como es obvio, son permanentes, aunque en esos momentos así lo piensan los financistas. Después de varios meses de depresión, en el recinto están de fiesta.

Por Claudio Zlotnik

Por Claudio Zlotnik

La fiesta está a pleno. Los inversores internacionales son los invitados a deleitar los manjares. La propuesta consiste en precios atractivos, y los financistas están dispuestos a no dejar pasar la oportunidad. Brasil les está ofreciendo señales de que las turbulencias han disminuido. Y, además, la fiebre especulativa que invade a Wall Street se ha trasladado a la región. De todos modos, ciertos operadores piensan que existen problemas de fondo que están lejos de solucionarse.

Durante la última semana, y ante la expectativa de maximizar ganancias, los inversores tomaron posiciones en las acciones que habían sido las más castigadas. Empresas que, al mismo tiempo, les brindan perspectivas de recuperación rápida ante una eventual culminación de la crisis. Fueron los casos de las siderúrgicas y los bancos. En cambio, quedaron fuera del festín aquellas acciones de compañías golpeadas por la crisis, como las de Comercial del Plata -que no pudo hacer frente al vencimiento de un bono de 25 millones de dólares-, y las de Alpargatas -que todavía no cerró el acuerdo de refinanción de sus abultados pasivos-.

El regreso de los brokers le da envión a los mercados emergentes, entre ellos el argentino. Con la recuperación de las últimas semanas, el índice de acciones líderes MerVal se ubica en los niveles que mostraba a fines de noviembre del año pasado, cuando se encontraba en plena recuperación tras la cesación de pagos de Rusia y antes de que la devaluación brasileña le asestara un nuevo y duro golpe. La suba de las acciones, a su vez, estuvo acompañada por una mejora del riesgo país, que en pocas semanas descendió de 800 a 600 puntos básicos por encima de los bonos largos del Tesoro de Estados Unidos. La menor percepción del riesgo está íntimamente ligado a las menores tensiones que existen en Brasil.

Sin embargo, en la city sobrevuelan algunos temores, fundamentalmente el referido a lo que puede pasar en Wall Street. La Bolsa de Nueva York supera récord tras récord, y cada vez es mayor el consenso sobre una inminente corrección a la baja. En ese sentido, en el microcentro se preguntan qué sucederá en la plaza local si llegara a suceder esa baja, y si -llegado el caso- el arribo de capitales frescos al recinto podrá impedir que las acciones se vean arrastradas por el Dow Jones.

Pero, por otro lado, a los inversores no se les escapan algunos datos de la economía, que siembran dudas. De un año a esta parte, en relación con el Producto Bruto, la deuda argentina creció en 3,5 puntos porcentuales: del 33,7 al 37,2. Y seis puntos si se compara con el nivel que mostraba en el tequila, cuando la deuda representaba el 31,2 por ciento del PBI. La cada vez más pesada carga de la deuda no hace otra cosa que ponerle un límite a la reducción del riesgo. Y, por ende, a la atracción que para los inversores pueda despertar el mercado local, aun cuando las aguas sigan sin agitarse, tal como viene ocurriendo en estas semanas.