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OPINION

TRAZA DENTRO DE DIQUES, UNA OPORTUNIDAD IRREPETIBLE
La autopista ribereña

El autor de la nota realizó una propuesta alternativa a la resuelta esta semana, que no fue tomada en cuenta por las autoridades. Aquí su punto de vista.

Por el Arq. Julio Torcello *

La falta de criterio del gobierno nacional para identificar la verdadera complejidad del problema respecto de la Autopista Ribereña impide encontrar una solución definitiva tanto para los usuarios del transporte público como para los automovilistas y transportistas que diariamente concurren a la ciudad. No se trata entonces de minimizar el asunto pretendiendo, cual es el proyecto oficial (la traza a nivel), “conectar” mediante un “corredor” de 4 manos las cabeceras de Norte y Sur. Muy por el contrario, esta pretendida “solución” lo único que logrará es congestionar aún más el tránsito vial y ferroviario de la zona que afecta, potenciando el problema sin resolverlo.

Nuestra propuesta, la traza dentro de diques, en cambio, desalienta el uso del transporte privado mediante la integración del ferrocarril y el subterráneo como modo de transporte moderno, a la vez que soluciona el problema existente, evitando que la gran masa vehicular acceda a la ciudad quedando contenida en el estacionamiento proyectado.

Piénsese que cotidianamente llegan por distintos accesos más de 500 mil vehículos de los cuales solamente el 10 por ciento son “pasantes”, constituyendo el tránsito “entrante” el 90 por ciento del problema. De manera tal que nuestra propuesta resuelve el 100 por ciento del problema, porque contempla la masiva demanda de estacionamiento vehicular y además el enlace de las estaciones terminales del sistema ferroviario metropolitano, recreando de esta manera el concepto de Integración Multimodal, utilizado en las metrópolis más desarrolladas del planeta. En cambio la traza que impulsa el Gobierno resuelve solamente el 10 por ciento del mismo, generando además el 90 por ciento de nuevos cuestionamientos, resultando en definitiva una solución de cabotaje.

PRIMERA CUESTION: Si simplemente construimos una autopista (conforme el proyecto oficial), alentamos el uso de vehículos particulares que no tendrán –como ahora– dónde dejarlos, o sea falta de estacionamientos que en la actualidad presenta un déficit de más de 70 mil cocheras, aumentando así el colapso vial y ferroviario en ciernes.

Solución: Nuestra propuesta incluye casi 30 mil cocheras en ambos lados de la traza dentro de los diques, lo que, juntamente con la instrumentación de las estaciones de subterráneo y de ferrocarril, permite que los vehículos entrantes queden perfectamente estacionados en un lugar cómodo y desde allí puedan utilizar los transportes públicos hacia su destino final, sea por los subterráneos, colectivos, minibuses o taxis.

SEGUNDA CUESTION: Las autoridades deben compatibilizar la construcción de esta autopista juntamente con las necesidades urbanísticas y paisajísticas del entorno y facilitar el crecimiento no sólo físico sino estéticoambiental de la zona, pues con una autopista tipo corredor a nivel, con el tránsito pesado contaminando el aire, los ferrocarriles de carga también corriendo a nivel y paralelos a esta avenida consuman una criminal aberración urbanística. Esta idea tira por la borda todos los esfuerzos por desarrollar Puerto Madero, aislándolo del resto del entorno urbano, dado que sólo se podrá acceder por puentes por arriba de este corredor de ocho manos, dificultando el acceso peatonal hasta hacerlo casi imposible. Esto es una absurda “Barrera Urbana”.

Solución: Al hacerse el proyecto dentro de los diques (excavación y submuración realizada hace más de 100 años a lomo de burro, pico y pala), no se altera el medio ambiente, no genera polución por estar tratada dentro de los mismos y estéticamente mantiene la configuración del paisaje concebido a partir del desarrollo de Puerto Madero. Además potenciará la zona mediante un afluente de un millón de personas diarias, constituyendo los diques de esta manera “la columna vertebral” de la integración del área metropolitana.

TERCERA CUESTION: Se pretende confundir a la gente diciendo que esta propuesta de autopista a nivel será pagada por empresas privadas, y ello es falso toda vez que este faraónico gasto de más de 200 millones de dólares carece de financiación, ya que las obligaciones económicas contractuales del concesionario son muy limitadas, por lo que terminaremos pagando la diferencia todos nosotros, como siempre, los ciudadanos.

Solución: Este proyecto dentro de los diques es simple de ejecutar puesto que sólo es necesario utilizar lo que hace un siglo hicieron nuestros mayores con el sencillo trámite de “levantar el piso” de los diques.

Además, debido a la gran cantidad de cocheras y de locales comerciales que se crearán a partir de la utilización de los espacios laterales que quedan libres (los diques miden 160 metros de ancho), se generan las condiciones para que esta obra pública no requiera de avales, aportes, ni garantías de ninguna naturaleza por parte del Estado nacional. Ni un centavo de los contribuyentes será requerido para la concreción de este proyecto que involucra una inversión de más de 700 millones de dólares que llegan al país para quedarse.

Hay que tener presente que la Estación Central Buenos Aires (ECBA) dentro de los diques permitirá la interconexión de los transportes colectivos, subterráneos, ferroviarios y particulares, a la que concurrirán más de treinta millones de personas por mes, creará el primer Complejo de Transporte Multimodal de América Latina, constituyéndose en la primer Obra Pública Nacional con Endeudamiento Privado Internacional.

CUARTA CUESTION: A tambor batiente se dice que es necesario generar nuevas fuentes de trabajo, y que hay que convocar capital privado nacional y extranjero para invertir en el país brindando seguridad jurídica.

Solución: Esta obra, cuya financiación se produce a través de fondos radicados en el exterior, permite invitar a las grandes corporaciones internacionales a conocer el país e invertir en obras de infraestructura de la ciudad. Asimismo, este emprendimiento generará fuentes de trabajo para 20 mil familias y por varios años, con el consecuente impacto impositivo que producirá un ingreso por esa vía de más de 100 millones de dólares sin esfuerzo alguno por parte de las autoridades, ni de los habitantes de la ciudad.

Las autoridades se equivocan cuando pretenden establecer una traza en la absoluta soledad de sus despachos, sin contemplar las necesidades del ciudadano, y ello conlleva un aislamiento y falta de realismo del resultado, y ésta es la peor manera de seducir al usuario, definido por nosotros como el Gran Calificador Final. Ha cambiado el paradigma de los ‘80 y hoy el usuario consumidor es el que debe ser conquistado por inversores, empresarios y funcionarios, mediante obras de calidad que contemplen sus necesidades y solucionen sus problemas. Realizar obra pública sin contemplar si ello brinda una solución al problema es una metodología que ha quedado en el pasado.

Hemos llegado al punto de no retorno. Hay un mundo mejor y lo tenemos al alcance de la mano, sólo debemos conectarnos con él, creando la oportunidad histórica de conocerlo, de generar mejores condiciones de vida, de elegir la excelencia ya que las nuevas estructuras del pensamiento moderno no dejan margen para el error, la confusión, ni la mediocridad, el nuevo mundo no respeta los complejos de inferioridad. El colapso del sistema de transporte metropolitano requiere cirugía mayor.

* Presidente del Grupo Torcello SA Developers.