Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
NO

todo x 1,99

Clara de noche

Convivir con virus
Boletería

Cerrado

Abierto

Ediciones anteriores

   Fmérides Truchas   

 

 


Jueves 12 de Octubre de 2000

tapa

Estación primavera con el Sr. Gillespi

¿Cómo darte cuenta de que sos un hijo adoptado?

Esa flor que está naciendo, ese sol que brilla más, todo eso se parece a la sonrisa de mamá. Así decía aquel gran cantante, político, filósofo, empresario y ahora nuevamente cantante (para alegría de muchos). Viene el día de la madre, regalos, flores, amor para esa persona que nos dio la vida... ¿Nos dio la vida? ¿Estamos seguros de eso? Un hermano es un hermano (decía Francella), ahora ¿nuestra madre es nuestra madre? ¿Nunca sospechaste ser un hijo adoptado? Al final de este test, tendrás la respuesta.

Le pedís a tu vieja fotos de cuando eras un bebé: ¿Cómo reacciona ella?
Te muestra las fotos de bebé, acompañado de toda la familia.
Te muestra una foto de Pablito Codevilla y te dice que sos vos.
Te dice que todavía no mandó a revelar los rollos.
Sale corriendo al grito de: ¡Lo sabe! ¡Lo sabe!

Reyes Magos: ¿Qué te preguntaban tus amiguitos de la niñez?
¿Qué les pediste a los Reyes Magos?
En tu caso, ¿los Reyes Magos también son adoptivos?
Los regalos ¿te los dejan en tu casa natal o en la que estás viviendo ahora?
¿Sabés que los Reyes son tus padres? ¿Sabes que tus padres no son tus padres?

¿Cómo te festejaban tu cumpleaños?
Una fiesta con tus amiguitos y familia.
Una fiesta con tus amiguitos y familia,
y otra gente que también decía ser tu familia.
Nunca supieron en realidad qué número
de cumpleaños festejaban.
Todos los años te lo festejaban un día distinto.

¿Qué te decían por el regalo en el día de la madre?
Gracias hijo, es hermoso, te quiero.
Gracias hijo, es hermoso, te quiero. ¿Y a la otra
qué le vas a regalar?
Un repasador, cómo se nota que no soy tu mad...
¿Y esto, por qué?

¿Cómo empezaba una charla con tu viejo?
Es hora de hablar de padre a hijo.
Es hora de hablar de... a... Hablemos.
Es hora de hablar con tu padre, te paso el teléfono.
¿Hablar, para qué?

Por casualidad escuchaste una conversación de tus padres, que decían:
Estoy tan orgullosa de él.
Lo quiero como si fuese nuestro.
¿Ya se lo dijiste?
¿Devolverlo ni a palos, no?

En un programa de TV trataban el tema de la adopción, ¿qué comentaba tu vieja?
Qué lindo, qué muestra de amor tan grande.
No son temas para tratar a esta hora, hay chicos mirando...
¡Cambiá, que empieza la novela!
Una les da todo, y después te agradecen de esta forma.

Le anunciás tu casamiento a tu vieja, ¿cómo reacciona?
Es la alegría más grande que me has dado, que seas muy feliz.
Qué lindo... Voy a ser una suegra adoptiva.
Espero que ustedes sí puedan tener hijos.
¿A tu familia le vas a avisar por medio de Franco Bagnato?

Feliz día a todas las madres, adoptivas, naturales y a las que no son también... Les dejo una frase célebre que identifica a todas las madres del mundo: “Me vas a sacar canas verdes, mirá...” (recomiendo regalar casting o cualquier tipo de tintura).


La otra mitología del subte

Mino ¿qué?

JAVIER AGUIRRE

Los ruidos de las vías del subte .-el “ta-tán, ta-tán”-. son en realidad el eco de los latidos del corazón de una criatura subterránea fantástica, mitad hombre, mitad topo; el Minotopo. Ideas así sostienen a Subíte, la última campaña promocional de Metrovías, una especie de historia mitológica que da explicaciones pintoresco-clásicas al origen de los subterráneos de Buenos Aires. Así, según Subíte, los subtes son en realidad truenos de hierro que fueron creados por el rey dios Ilineo para vencer a Carnerbero, el monstruo de la oscuridad. Y las manijas redondas que cuelgan del techo de los vagones son, de acuerdo al mito, los anillos para el equilibrio de la malvada gorgona Salamandra, que fuera vencida por la espada del joven guerrero Nurio.

Estos mitos, que Metrovías ha puesto en avisos televisivos y afiches, son sólo una parte de la verdadera mitología de los subtes. Por eso el No te presenta otros personajes seminales de los subterráneos porteños:

Hervideo: antiguo dios del calor y la humedad, hijo bastardo del Diablo y Aquamán. Por su culpa, el subte supera los 40 grados de temperatura en verano y la piel de los pasajeros porteños bate records mundiales de producción de sudor. Su deseo es convertir al mundo en una olla a presión y cocinarnos vivos. Lo está logrando en las líneas B y D.

Sordio: joven mancebo silbador, completamente sordo pero con labios y garganta de acero. Sus silbidos -.que se escuchan especialmente en la línea C-. son tan agudos y penetrantes que destrozan los tímpanos humanos en cualquier viaje. Gracias a ellos se extinguieron de los subtes los seres de oídos hipersensibles, como perros, gatos, ratas y murciélagos.

Diurna: la bella princesa del horario comercial, amante del sol y enemiga de la oscuridad. Odiaba que la gente viajara de noche. Quien alguna vez intente tomarse el subte después de las 23 o antes de las 7 de la mañana, deberá gastarse seis mangos de taxi. Es la Maldición de Diurna.

Minosardo: temible pueblo de criaturas mitad hombre, mitad sardina. Como verdaderas patotas de los ríos subterráneos, los minosardos viajaban todos juntos, apiñados y amontonados; empujándose, toqueteándose, respirándose en las caras, afanándose las billeteras, clavándose los paraguas y violándose las mochilas. Gracias a su herencia, los pasajeros del subte viajan como sardinas en una lata. Y en vagones con olor a pescado.


About el “Fernando”, la nueva bebida para el/la chabon/a

¡Polémica en el minimercado!

P.P.

- Los exquisitos saben que parte del placer se esconde en la víspera del hecho placentero. O sea, el trotecito antes de jugar un partido de fútbol ya está bueno, en sí. Ese mismo placer está en enfriar el vaso en el que vas a servir cerveza, en chamuyarte a una mina que ya sabés que está con vos, en ponerle cuidadosamente el queso rallado al plato de fideos. Bueno, este placer por lo previo empieza a extinguirse, al menos para los bebedores del clásico fernet con cola, ya que acaba de aparecer un nuevo producto: El Fernando, que no es otra cosa que fernet con cola ya mezclado, ya preparado, ya listo, ya hecho, ya masticado. ¿Y si me lo quería preparar yo? ¿Y si a mí me gusta el fernet con cola, pero con otras proporciones? ¿Qué gracia tiene comprarlo, ya hecho? Para colmo, digamos que el nombre del producto no es demasiado original: es lo mismo que lanzar al mercado un café marca Feca, una cerveza marca Birra, o un cigarrillo marca Faso.
Un comentario final sobre el nombre de este producto. Qué momento para lanzar a la venta algo –cualquier cosa– que se llame Fernando, ¿no? Lo que viene es una fija: llega el licor de chocolate Chacho. J.A.

--La primera vez que tuve noción de la existencia del Fernando fue en el camarín de un galpón catamarqueño, en medio del Insomnio Tour de Attaque 77 y Babasónicos. Mientras esperaban la hora del show, los Villanos jugaban al metegol y le daban del pico a una de estas botellas de plástico de un litro que se ve aquí al lado. Era algo más dulce que el tradicional Fernet con Coca-Cola, y el estómago amagaba ponerse de rodillas, pero no estaba mal. En un viaje a Córdoba (patria chica del “Fernando”, pero de mucho antes que apareciera la marca), el fin de semana pasado para ver a Bersuit, compré un ejemplar del producto por un peso y medio, a pesar de las alarmantes recomendaciones de un quiosquero local (“no tomés eso, hermano, no dice ni quién lo hace”). Más allá de detalles químicos de elaboración (que igualmente convendría tener en cuenta), ¡bienvenido, Fernando! Era hora de que alguien llamara a las cosas por su nombre.