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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
02 DICIEMBRE 2001








- Bio Sidus, compañía líder en producción de materias primas biotecnológicas, ha celebrado un acuerdo de
colaboración con Lavipharm Corp, firma griega que ocupa las primeras filas en el mercado de formulación y liberación de drogas, para la investigación y desarrollo de varias proteínas recombinantes de Bio Sidus.

- La generadora termoeléctrica Central Costanera registró una pérdida de 5,3 millones de pesos en el último año. “Los resultados reflejan el contexto económico recesivo y particularmente las condiciones imperantes en el sector eléctrico”, reseñaron los directivos de la empresa en un comunicado a la Bolsa.

- El mercado de vinos se ha convertido en uno de los más dinámicos a pesar de la crisis económica. En este contexto, Bodegas Peñaflor lanzó dos nuevos vinos finos destinados a los consumidores jóvenes: Frizze y Novíssimo. Frizze es un vino frutal y Novíssimo es bivarietal.

- Los propietarios de la aseguradora La Mercantil Andina efectuaron un aporte de capital de 8 millones de dólares, el primer desembolso sobre un total de 18 millones. De esta manera, el patrimonio neto de la compañía se eleva ahora a los 26 millones. La Mercantil Andina, del grupo Pescarmona, cuenta con una cartera de 200 mil asegurados.

- Dos pymes proveedoras de Edesur fueron las ganadoras de la última edición del Premio al Tecnoemprendedor que anualmente organiza el BBVA Banco Francés. Las empresas son Tadeo Czerweny (fabricante de transformadores) y Ecamec (equipos registradores de media tensión).

- Movicom destinó 1,2 millón de dólares en el programa “Proniño”, por el cual se otorgan 919 becas a alumnos pero que, por vía indirecta, beneficia a 8000 familias.

FINANZAS el Buen Inversor
Por Claudio Zlotnik

Se abren opciones para la Fase 2 del canje

Con o sin quita de capital

Terminada la Fase 1 del canje, los financistas empezaron a evaluar las alternativas para el trueque de bonos en manos de inversores del exterior. En Economía hay internas sobre cómo implementarla.

La Fase 2 de la reestructuración de la deuda divide a los financistas. Como un espejo de lo que ocurre puertas adentro del Palacio de Hacienda, algunos corredores quieren que el tramo internacional del canje contemple una quita de capital de la deuda. Y dejar de pagar los vencimientos mientras se lleva a cabo la operación. Otros, en cambio, se inclinan por aprovechar el éxito de la Fase 1 del canje y demorar el tramo global hasta tanto los organismos internacionales otorguen garantías suficientes para asegurar también un buen resultado en el exterior. De lo contrario, aseguran, el canje será un fracaso.
En la city descreen del plan oficial para reestructurar la deuda. Los operadores suponen que, sin garantías internacionales, los inversores extranjeros no querrán cambiar sus bonos por otros de rentas más bajas. Y que este conflicto se demorará en resolver, mucho más allá de lo que Domingo Cavallo necesita para dar señales de confianza. Frente a este escenario, en el microcentro prevalecen dos posturas:
n En línea con Daniel Marx hay quienes se inclinan por una posición dura frente a los inversores extranjeros. Consistiría en imponer una quita de capital de la deuda de entre 40 y 50 por ciento y dejar de pagar los vencimientos. De esta manera, se sinceraría la crisis de solvencia y se evitaría que sigan drenando las reservas del Banco Central. Durante este mes, la Argentina debe abonar alrededor de 2000 millones de dólares entre vencimientos de capital e intereses. Quienes piensan en esta salida evalúan que al cabo de tres años la Argentina estaría en condiciones de retornar a los mercados de crédito internacionales.
n La otra apuesta sería transitar un camino, a priori, más ordenado. Consistiría en aprovechar el éxito del canje interno para demorar el tramo internacional por lo menos hasta fines de enero. Mientras, Economía debería poner en práctica el hospital de empresas: impulsar que las compañías se pongan al día con sus impuestos comprando en el mercado bonos devaluados. Esta receta, que alienta al propio Cavallo, redundaría en un aumento de los títulos públicos y en un descenso del riesgo país. La caída en la percepción del riesgo debería llevar algo de tranquilidad al sistema financiero, frenando la salida de reservas.
Los más optimistas se ilusionan de que por esta última vía se concrete, por fin, un círculo virtuoso en la economía. Frente a este panorama más aliviado, se intensificarían las negociaciones con los organismos internacionales para liberar garantías para reestructurar la deuda. Esas garantías deberían trepar a los 10.000 millones para asegurar el éxito del canje global. En esta opción, una quita de la deuda queda descartada debido a que dejaría a la Argentina aislada de los mercados durante muchos años
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