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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
02 DICIEMBRE 2001








Pobreza
plan

- “El actual modelo trajo como mayor consecuencia visible: el desempleo y la pobreza.”

- “La crisis no fue como una inundación que nos afectó a todos por igual: tuvo ganadores y perdedores.”

- “La corrección pasa porque los ganadores aporten ahora para paliar la situación de los perdedores.”

- “Llegamos a esta situación por la corrupción y la entrega del patrimonio nacional.”

- “La única manera de defender la vida de nuestros pibes es que estemos nosotros peleando por ellos.”

- “Necesitamos que todos participen. También para defender un interés: el que decidamos entre todos.”

- “Seguramente terminar con la desocupación y la pobreza será lo que nos una.”

 


“Terminar con la desocupación...”

Por Roberto Navarro

Víctor De Gennaro, líder de CTA, es uno de los principales referentes del Frente Nacional Contra la Pobreza (Frenapo). La agrupación, que reúne a sindicalistas, políticos, empresarios, asociaciones de defensa de los derechos humanos y otras organizaciones no gubernamentales, tiene como lema y como objetivo fundamental que no haya ningún hogar pobre en la Argentina. En medio de una crisis terminal, que empujó a la pobreza al 40 por ciento de la población, el Frenapo propone la instrumentación de un seguro de empleo y formación para todos los jefes de hogar desocupados, una asignación universal para todos los menores de 18 años y otra para los mayores de 60 años sin cobertura previsional. Para impulsar su propuesta llamaron a una consulta popular para los días 13, 14 y 15 de diciembre. Entrevistado por Cash, el dirigente aseguró que la consulta tiene que servir para presionar al sector político para que modifique el modelo económico. De Gennaro responsabilizó al viejo sindicalismo de “ser cómplices del proceso de concentración de la riqueza y del empobrecimiento de los argentinos”.
¿Por qué la propuesta del seguro de empleo logró unir a organizaciones con intereses tan diversos?
–Arturo Jauretche dijo dadme un punto de coincidencia y construiré una patria. Ellos, los que están en el poder hace más de dos décadas, construyeron convocando a la timba; nosotros lo vamos a hacer convocando al trabajo. Esta idea es un punto de coincidencia. Están las asociaciones de derechos humanos, los empresarios, la Federación Agraria, los religiosos, los políticos. Grupos que tienen otras prioridades, pero que entienden que terminar con la pobreza es lo fundamental.
¿Cómo llegó un país que se caracterizaba por su clase media a tener que pensar en redistribuir por ley?
–La aplicación de la apertura, las privatizaciones, el libre movimiento de capitales, la desregulación y la inserción pasiva en la globalización trajeron como mayor consecuencia visible el desempleo y la pobreza. Sobre ese punto debemos trabajar. La crisis no fue como una inundación que nos afectó a todos por igual: tuvo ganadores y perdedores. La corrección pasa porque los ganadores aporten ahora para paliar la situación de los perdedores. La principal causa fue la altísima rentabilidad de algunos sectores. Por ejemplo, el de servicios. Se les aseguró una renta excepcional, en detrimento del aparato productivo y de la gente.
¿Y esta propuesta puede revertir esa situación?
–Llegamos a esta situación por la corrupción y la entrega del patrimonio nacional. Al principio de los 90 hubo muchos compatriotas que creyeron que la propuesta de Menem era el camino. Ahora la mayoría de nuestro pueblo dijo basta. Los que se sentaron en el Ministerio de Economía todos estos años tenían sus intereses, defendían a los que se enriquecían. La única manera de defender la vida de nuestros pibes es que estemos nosotros peleando por ellos. Pelear el futuro, comprometernos. Necesitamos que todos participen. También para defender un interés: el que decidamos entre todos. Seguramente terminar con la desocupación y la pobreza será lo que nos una.
¿Hay espacio político para que prospere la propuesta?
–El repudio que hubo el 14 de octubre hacia el plan del poder que nos gobierna fue total. Es un problema de relación de fuerzas. Martínez de Hoz no vino a preguntarnos si nos gustaba el plan; organizó un genocidio. Ahora lo están completando con estas políticas. Las propuestas no son técnicas, son políticas. Si la consulta es una expresión débil y muy poca gente se expresa a favor, la posibilidad de que sea tenido en cuenta es mínima. Pero por lo que estamos viendo es que va a haber un aluvión de votos que va a convencer a los políticos de que esto es lo quiere la gente.
Los políticos no siempre hacen lo que quiere la gente.
–Pedirle a Telefónica, que gana en Argentina cuatro veces lo que gana en España, que aporte algo no creo que esté mal. Es un problema político. Hay más de 100 concejos deliberantes que apoyan la consulta popular. La Comisión de Legislación Laboral aprobó el seguro. La consulta está reglamentada, pero el Gobierno no la convoca. Lo que hay que elegir en una crisis es una prioridad. La nuestra es que no haya más pobres.
¿Por qué piensan que la propuesta ganó adeptos entre muchos economistas, que ahora dicen que si no se le da dinero a la gente no habrá reactivación?
–Me parece muy valioso que haya economistas que estén tomando la idea. Pero hay economistas y economistas. Están los que trabajan para los grupos hegemónicos y los que abren su técnica para trabajar en el campo popular. La idea surge de los técnicos y la toman las organizaciones sociales. La propuesta equivale al 4 por ciento de lo que se produce en el país. Riqueza sobra, lo que hay que hacer es distribuirla. Apunta a solucionar la preocupación central de todos los argentinos.
¿Qué efectos tendría sobre la sociedad la concreción del seguro en los términos en que está presentada?
–Tendría múltiples efectos positivos. Los que tienen la vocación de resolver la conflictividad con represión les damos esta solución: los piqueteros piden trabajo, los que cortan las rutas piden trabajo, esto es ir al centro de la mayor cantidad de problemas. Tendríamos una sociedad mejor, porque el empleo dignifica. Está demostrado que los países que tienen mejor distribución de la riqueza son los que tienen menor delito. Como Suecia y Noruega. Mejoraría la educación, la salud. Además, el desempleo no es un problema sólo de los desocupados, porque reduce los salarios de todos. La propuesta es ningún pobre en la Argentina. Quién puede dudar que va a ser maravilloso.

“La deuda es
ilegítima”

¿Cómo se debe resolver el problema de la deuda pública?
–La deuda es inmoral, es ilegítima y ha sido una forma de financiar la desindustrialización del país. La deuda es el eje de este modelo. La generó Martínez de Hoz y la estatizó Cavallo. Hay en ella una parte financiera y una parte política que nos condiciona. El Gobierno habla de lo social, del mercado interno y de la deuda. Pero sólo se ocupa de asegurar el pago de la deuda. Nosotros planteamos arreglar lo social, recuperar el mercado interno y, con esa fuerza política que significa encontrarnos todos los argentinos, discutir en serio esta inmoralidad de la deuda externa. Cada peso que se pague es más pobreza para el pueblo y eso es intolerable.

Críticas al viejo sindicalismo

“Son empresarios”

¿Qué responsabilidad tuvo el viejo sindicalismo en la actual crisis?
–Hay sindicalistas que no sólo piensan como empresarios, sino que se transformaron en empresarios. Crearon una estructura que maneja acciones de empresas privatizadas, ART y todo tipo de negocios. Fueron una opción dentro del modelo y se convirtieron en cómplices del plan que hundió en la pobreza a los argentinos. Pero también estamos los que actuamos de otra manera.
¿La gente los diferencia?
–La mayoría de nuestro pueblo tiene dudas. Y existen quienes diferencian. Y no sólo en el campo sindical. Hay una crisis de dirigentes, pero no es lo mismo Guillermo Alchouron, de la Sociedad Rural, que Eduardo Bussi, de la Federación Agraria. No son lo mismo los periodistas comprometidos con la verdad que los que trabajan de voceros del poder económico. No son lo mismo los religiosos que bendijeron los negocios de los grupos de poder que los obispos que van a las marchas por los derechos humanos. Hay de todo y hay que aprender a diferenciar.

La propuesta del Frente Nacional Contra la Pobreza

“Ningún hogar pobre en la Argentina”

Por R.N.

La propuesta del Frenapo para que no haya ningún hogar pobre en Argentina consiste en implementar un seguro de empleo y formación mediante el cual todos los jefes de familia desocupados reciban un ingreso mensual de 380 pesos. Además, el plan incluye una asignación universal de 60 pesos por mes para todos los menores de 18 años y otra de 150 pesos para todos los mayores de sesenta años que no tengan cobertura previsional. La idea fue lanzada por CTA durante la campaña electoral de 1999 y fue cosechando adhesiones de distintas organizaciones no gubernamentales hasta llegar a conformar el Frenapo en julio último.
Cuando CTA presentó la propuesta hace dos años ninguno de los partidos mayoritarios la tomó en cuenta. En la actualidad, cada vez más economistas concuerdan en que, si no se implementa un plan de redistribución de ingresos, la economía no se va a reactivar. Como adelantó Cash hace dos semanas, según el relevamiento realizado por el Indec, la distribución del ingreso es la peor de la historia. El diez por ciento más rico de la población gana, en promedio, 29 veces más que el diez por ciento más pobre. Y el 50 por ciento de los trabajadores gana menos de 400 pesos.
Aunque la consulta no es vinculante, porque no la organiza el Estado, la intención de los organizadores es instalar el tema en la agenda política. Para financiar el proyecto, que supone una erogación estatal de 12.200 millones de pesos anuales, se propone un menú de opciones: la eliminación de las exenciones al impuesto a las ganancias, que puede recaudar 5700 millones de pesos; la restitución de los aportes patronales de las empresas del sector financiero y de servicios, que significaría una recaudación de 1500 millones; la restitución de impuestos internos a bienes suntuosos sumaría 1000 millones y la eliminación de subsidios a empresas privatizadas le ahorraría al fisco 487 millones anuales. Además, el proyecto contempla utilizar todos los recursos que destina el Estado a subsidios sociales. Entre todos los planes suman 3700 millones. Por último, los economistas que elaboraron el plan calculan que el aumento de la demanda que provocaría la nueva distribución de ingresos se reflejaría en un aumento de la recaudación impositiva superior a los 5700 millones de pesos. El Frenapo va a instalar puestos de votación en todo el país. Las mesas estarán en las veredas, plazas, sindicatos, cooperativas, fábricas y distintos puntos en más de 1000 ciudades argentinas. El frente está constituido, entre otros, por CTA, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Apyme, Federación Agraria, Attac, el Centro de Estudio Legales y Sociales y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.