Amigas íntimas. Clowns y artistas multidisciplinarias, cerca del teatro, la música y la danza. Payasas que llevan alegría a los chicos internados en hospitales. De todo este combo surgió Las inolvidables, obra en la que Irene Sexer y Silvina Sznajder abordan el tema de la muerte desde un lugar para nada sórdido. Es el día en que una de las payasas tiene que morir. Pero antes de que el ¿final? suceda, ambas amigas se deciden a recrear la película de una vida compartida sobre los escenarios. “Nos gusta el clown poético, la mirada del clown que transforma la realidad. Por supuesto hacemos reír, pero las cosas no fueron pensadas sólo para causar un efecto. Queríamos que haya un tema de fondo para pensar y emocionarse”, definen.

Sexer y Sznajder trabajan juntas desde hace 20 años. Se formaron en teatro musical y luego en lenguaje clown con los mismos maestros, y han compartido escenarios, y clases y talleres como docentes. En 2010 su vínculo se afianzó cuando ingresaron a la ONG Alegría Intensiva, que a la fecha se expandió y de la cual se volvieron directoras artísticas. Dictaron juntas seminarios de clown y música por todo el país y también en el exterior. Las inolvidables es la primera obra en la que trabajan solas. Cada una hace su aporte específico: Sexer tiene una energía más clownesca; mientras que Sznajder, cantante y pianista, enfoca más en la música y “en lo energético”. “Nos hicimos hermanas. Nos entendemos sin conflicto. Quisimos llevar eso a la escena”, define Sexer.

Las inolvidables es un ritual de Marta y Stacatta, dupla artística que supo ser exitosa con el mismo nombre de la obra y que recrea aquel lugar común que asegura que, previamente a la muerte, se despliega la película de la vida. Marta quiere morir para ser recordada y su amiga colabora en este deseo, la reconstrucción de su historia, el repaso de episodios relevantes en lo artístico y lo amistoso. Así es como evocan bailes, canciones, anécdotas y algunos de sus éxitos y sus fracasos. Ambos personajes existen desde los noventa; han aparecido en diferentes obras encaradas por las actrices e incluso en las salas de los hospitales.

Sin dudas, la experiencia de Alegría Intensiva –que apoyó este proyecto– impregna el acontecimiento. Las actrices dirigen a 22 payasos que circulan por el área de internación pediátrica de diez hospitales. Este trabajo las “engrandeció” como personas, además de correrlas del “ego” del oficio. “Es una experiencia humana de contacto profundo”, define Sznajder.

  “Estamos todo el tiempo en contacto con la muerte y la transformación. Si bien ésta no es una obra que habla del hospital, queríamos hablar de temas que tuvieran esa profundidad”, dice Sznajder. “Trabajar en el hospital significó salir del escenario convencional hacia uno más frágil, que enriqueció el convencional. Es un ida y vuelta. Nos gusta el clown poético. La mirada del clown que transforma en forma poética la realidad. Claro que hacemos reír. Pero las cosas no fueron pensadas sólo para causar un efecto. Queríamos que haya un tema de fondo para pensar y emocionarse”, define Sexer.

Resultado de dos años de investigación, la obra posee una libertad creativa y una esencia multidisciplinaria que abarca, en palabras de Sznajder, “lo poético, el humor, la música, el movimiento”. “Dijimos: ¡pongamos todo lo que estudiamos!”, se ríe Sexer. “Y hay experiencias nuestras dentro de la obra. Decimos que el clown es llegar a una verdad. Encontrar la propia verdad. Y de esa verdad hacer un hecho artístico.” “Las inolvidables pone a jugar nuestras energías, y nos pone contentas el haber realizado un sueño de hace años”, celebra Sznajder. El espectáculo cuenta con dramaturgia y dirección de ambas actrices y Demian Candal y dirección musical de Ian Shifres. 

  “Estuvimos investigando a puro disfrute, a ver qué salía, dejándonos trazar por la obra, como hace el clown en el hospital, que es canal de lo que está pasando ahí. No fue creada desde lo mental. Partíamos de temas, pero improvisábamos y nos dejábamos atravesar. Las cosas entraban y salían con fluidez. Fue algo místico. Y le dimos el tiempo que merecía”, cuenta la cantante. “En las funciones tratamos de estar vivas, de escucharnos y tomar lo que pasa. Siempre en las funciones, más en el clown, nacen expresiones nuevas. Tenemos un permiso y un código total de que si una se va de viaje la otra acompaña. La obra está muy viva y nosotras muy vivas dentro de ella. La vibramos cuando la hacemos. Estamos actuando, pero nos pasan cosas”, expresa.

 “Es un temón la muerte”, reconocen las actrices. Sznajder la interpreta como “un viaje en el que el alma se va a otra dimensión”. Sexer remarca que el clown “no tiene moral ni realidad”, lo que habilitó “el juego absurdo” de que Marta quiera morirse en determinado momento y de cierta manera. “El clown todo puede hacerlo. El tema es cómo”, sostiene. Las funciones son los domingos a las 18 en La Carpintería (Jean Jaurès 858).