El secretario de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, afirmó que su gestión llegará a su fin el próximo 10 de diciembre. Aun si Mauricio Macri fuera reelecto, no continuará al frente del área. "Voy a votar a Cambiemos, obviamente”, aclaró quien antes fuera ministro durante ocho años con Cristina Fernández de Kirchner.

"Son 16 años sin poder criticar al gobierno de turno y eso, para un argentino, es intolerable", dijo Barañao. “Quiero hacer un experimento de mostrar efectivamente que uno puede generar empleo en las economías regionales a partir de la ciencia y la tecnología", afirmó sobre su futuro a fin de 2019, tras 16 años de empleado jerárquico del Estado.

Barañao fue convocado por el kirchnerismo para el flamante Ministerio de Ciencia y Tecnología, el 10 de diciembre de 2007, al asumir Cristina. Venía de estar desde 2003 en la presidencia del Directorio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Se mantuvo en el cargo de ministro en los dos períodos presidenciales de la ex mandataria y, para sorpresa de todos, fue ratificado por Mauricio Macri. A mediados del año pasado, y como parte del ajuste en la administración de Cambiemos, el ministerio fue degradado a secretaría. Barañao prefirió seguir en el cargo. Ya gozaba de las antipatías de la comunidad científica por los recortes en el área, algo patente en el ajuste del Conicet, en crisis desde el ajuste en las becas a fines de 2016.

Sobre su mutación del kirchnerismo al macrismo apuntó que "hay gente que no tolera que yo haya hecho ese pasaje a pesar de que fue autorizado explícitamente con Cristina”. Graficó con una frase popular: “Hay un refrán que dice `el que avisa no traiciona´: yo avisé y tenía el pase libre”.

En sus declaraciones a La Nación +, admitió las dificultades presupuestarias. “No niego que el presupuesto sea más bajo y que tengamos dificultades, pero lo que digo es que este es un período de transición producto de una crisis económica". Apeló a una imagen científica: “El Presupuesto para la ciencia es como el oxígeno para el cerebro. Uno puede aguantar dos o tres minutos y no pasa nada, pero con diez minutos el daño es irreversible. Ahora está en un estado de emergencia".

De cara al futuro, tras el cierre de listas “y las pujas personales”, Barañao dejó su deseo para el futuro: empezar "a discutir un modelo de desarrollo del país".