Un nuevo informe de ejecuciones extrajudiciales, conocidas en Colombia como “falsos positivos”, asegura que al menos 300 personas, entre ellas varios indígenas de los pueblos wiwa, wayú y kankuamo, fueron asesinadas en el norte del país entre 2003 y 2008 por tropas de la Primera División del Ejército que los hicieron pasar como guerrilleros caídos en combates. En el texto, presentado este fin de semana a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) por el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos y el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, se indica que entre las víctimas también hubo “campesinos y pobladores de cascos urbanos en estado de vulnerabilidad”. Asimismo, había “habitantes de calle, población recicladora y personas con algún tipo de adicción, por lo que se advierte un ejercicio de exterminio selectivo”. Igualmente, buscan que esta información sirva como “medio de contrastación” de las versiones voluntarias de los ex integrantes del Ejército que han comparecido ante la JEP para aportar la verdad de lo ocurrido. En el texto entregado a la JEP se explica que un informe de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos y la organización estadounidense Fellowship on Reconciliation documentó 6863 víctimas de ejecuciones extrajudiciales en el país, de las cuales 5763 fueron perpetradas entre 2000 y 2010 durante el Gobierno del presidente Alvaro Uribe, o sea cerca de dos homicidios  por día por responsabilidad de la Fuerza Pública.