El trueno de los bombos y los cantos de la Gloriosa Butteler resonaban sin parar frente al Oratorio San Antonio, en México y 33 Orientales, en el barrio porteño de Almagro, donde el padre Lorenzo Massa fundó San Lorenzo --entonces llamados “Los forzosos de Almagro”-- hace más de cien años. Miles de hinchas varones y mujeres de todas las edades saltaban y cantaban felices alrededor de la barra porque se concretó el sueño de volver a Boedo después de cuarenta años. Muchos sostenían antorchas con las que marcharon desde la iglesia hasta el histórico predio de Avenida La Plata al 1700 en una noche histórica para el pueblo azulgrana. “Esto es producto de los socios, de los hinchas de San Lorenzo que, a pesar de que el club tuvo que soportar malas rachas, siempre estuvimos de pie para volver a la Tierra Santa”, aseguró a Página|12 Lorena, una cuerva, mientras se abrazaba a su hijo Santino.

Matías Lammens en el festejo.

La fiesta del Ciclón empezó antes de las diez de la noche con una integrante de Fuerza Bruta que sobrevoló el predio donde estaba el Viejo Gasómetro agitando una bandera del club. Matías Lammens, presidente de San Lorenzo y precandidato a Jefe de Gobierno por el Frente de Todos, aseguró que el regreso a los terrenos de Boedo "es el logro más importante en la historia del club". Más de 70 mil hinchas disfrutaron de shows musicales de la mano de artistas --también cuervos-- como Vicentico y Néstor En Bloque mientras esperaban que se hicieran las doce, momento en el que oficialmente el club tomó posesión de las tierras que la dictadura cívico-militar le arrebató.

“Ese último partido en el Gasómetro --un empate cero a cero contra Boca Juniors--, mi abuelo Carlos fue con mi viejo a la cancha. Cuando terminó el partido, dejaron que los hinchas se metieran a la cancha y mi abuelo agarró un manojo de pasto que guardó en un libro”, recordó Natalia entre lágrimas cuando llegaba al predio. Su abuelo falleció en 2006, pero ese pasto todavía lo conserva su padre. “Mi abuelo no llegó a ver a San Lorenzo campeón de la Libertadores ni tampoco esto, pero estaría tremendamente feliz”, afirmó.

Para Natalia, que es socia hace casi diez años y va a todos los partidos que se juegan en el Nuevo Gasómetro, el estadio del Bajo Flores, el regreso a Boedo significa no sólo volver al lugar donde estuvo su abuelo, sino también un triunfo de la lucha colectiva de los hinchas y la dirigencia de Lammens y Marcelo Tinelli “contra una multinacional” (Carrefour). “Con este festejo siento el esfuerzo de miles de hinchas que nunca bajamos los brazos por amor a nuestro club nuestro barrio y nuestra historia”, opinó.

En 1979, el entonces intendente de facto Osvaldo Cacciatore expropió los terrenos de Boedo al club, que debió jugar como inquilino en las canchas de Ferro, Atlanta e inclusive Huracán hasta 1993 que inauguró el estadio Pedro Bidegain en el Bajo Flores. En la década del ‘80, el predio de Avenida La Plata fue vendido a la empresa francesa Carrefour, que instaló ahí una de sus sucursales más amplias del país y que finalmente cerró este año.

La vuelta a Boedo se inició con el impulso de los hinchas en una multitudinaria movilización a Plaza de Mayo en 2012. Ese año se aprobó en la Legislatura porteña la Ley de Restitución Histórica, la cual declaró el predio de Avenida La Plata "sujeto a expropiación" y se convocó a Carrefour a iniciar una "negociación a los fines de arribar a un acuerdo sobre la restitución al Club Atlético San Lorenzo de Almagro".

La jornada empezó en el Oratorio San Antonio, donde nació la idea del club.

“Esta vuelta es histórica”, elogió Lorena, que iba con su padre a la cancha cuando era una niña. “Mi viejo nació hincha de San Lorenzo y llevó esa pasión a toda la familia y domingo a domingo, cuando los partidos eran con visitante, íbamos temprano y veíamos la reserva, escuchábamos la radio --recordó nostálgica.-- Mi papá murió hace diez años, me costó mucho volver a la cancha, pero cuando veo esto se me caen las lágrimas de la emoción que se contagia. Mi viejo vive esta vuelta, lo veo en la cara de mi hijo, en cada bandera. Eso es San Lorenzo, es amor, es familia”.

En el Oratorio, antes de iniciar la procesión que llevó a los santos a su histórico hogar, se agolpaba una multitud que entraba y salía con banderas, camisetas de diferentes épocas, sombreros y otra indumentaria azulgrana. “Yo vivo en Parque Patricios, me tuve que venir de incógnito y vestirme acá”, dijo entre risas José, socio vitalicio, que asistió a la misa junto a su esposa Cristina, también cuerva, con quien lleva 50 años de casados. “(El regreso) es algo justo, es algo que tenía que pasar. Esto es una emoción”, aseguró y contó que su ídolo es Leandro “el Pipi” Romagnoli.

Aunque la vuelta está concretada, aún queda pendiente la construcción del nuevo estadio que se llamará Papa Francisco. Leandro Santoro, legislador por Unidad Ciudadana, presentó un proyecto de rezonificación adecuar la normativa vigente para la construcción del nuevo estadio. Junto a la cancha, el proyecto contempla la construcción de comercios, un jardín de infantes, una escuela primaria y una secundaria del club, además de una delegación del Gobierno porteño, un establecimiento policial, una biblioteca y un museo. Por ahora, ya funciona una sede social y un estadio de básquet.

Informe: Ludmila Ferrer.