Armani (5): A pesar de la derrota no fue una noche con mucho trabajo, aunque nada pudo hacer en los goles brasileños. Firme y seguro para cortar los envíos aéreos, fue sencillo para salir jugando cada vez que lo buscaban con el pase atrás.

Foyth (4): Le tocó marcar a Everton, una de las cartas bravas del ataque brasileño a lo largo del certamen, y en esa función fue de más a menos. Y ese declive continuó y se hizo profundo con el ingreso de Willian. La rapidez de las contras brasileñas expusieron su lentitud. Nunca apareció en ataque.

Pezzella (4): Impreciso en el manejo de la pelota. Con muchas dudas en la complementación con Foyth para cerrarle las espaldas como también con su compañero de zaga central. En el centro atrás del 1-0 brasileño quedó muy mal parado, sin chances de ir a cortar el centro ni de tomar al hombre que llegaba para convertir. Perdió seguido en los mano a mano con Firmino y Gabriel Jesus.

Otamendi (5): Alternó aciertos en la marca con desaciertos desconcertantes en la salida. Sus malos pases propiciaron recuperaciones fáciles de los brasileños y salidas en contragolpes rapidísimos. Cuando la Selección fue a buscar el empate, con Pezzella dejaban un callejón abierto de par en par para las contras de los hombres de Tité.

Tagliafico (4): Sufrió en cada oportunidad que los jugadores brasileños lo encaraban o buscaban profundizar a sus espaldas. Precisamente, por ese lado la selección de Tité encontró el hueco para abrir el marcador. Tuvo una sola proyección ofensiva y resultó inocua.

De Paul (4): Intenso para presionar, esa buena tarea en la contención no tuvo esta vez su correlato de apariciones acertadas en el campo contrario hasta la segunda etapa. Cuando lo hizo, Argentina sumaba opciones para desequilibrar la bien parada y nutrida defensa local

Paredes (4): En el comienzo del partido intentó transformarse en ese volante de marca que falta en el medio campo argentino. Se prodigó, pegó, pero no es lo suyo, y con el transcurrir del partido los brasileños se dieron cuenta de que podían transitar esa zona con comodidad, y construir todos los contraataques que quisieron. Queda claro que está para jugar al lado del volante tapón y no para serlo.

Acuña (3): Desconocido. Le costó meterse en el partido. Una de sus misiones era controlar las punzantes subidas de Dani Alves, pero fracasó en ese intento, y el brasileño fue uno de los recursos para desequilibrar la banda izquierda de la defensa argentina. En ofensiva no apareció.

Messi (6): En el comienzo del partido caminaba la cancha, sin encontrar la pelota ni la posición. Pero con el correr de los minutos se enchufó y aparecieron sus mejores momentos en la Copa. Tuvo así intervenciones destacadas como fogonero de los ataques argentinos. Entre sus mejores intervenciones se cuentan el tiro libre puesto en la cabeza de Agüero que no fue el 1-1 porque el travesaño no quiso, algunos sprints con la pelota en los pies sacándose rivales de encima, ese remate del complemento que devolvió el poste derecho y el tiro libre bien controlado por Alison, que adivinó donde iba. Se le sigue negando el gol, que esta vez hubiera coronado su mejor partido en Brasil 2019.

Agüero (5): Cuando Argentina tocaba de primera y rápido la pelota, sus encuentros con Messi y Martínez insinuaban que Argentina podía lastimar. El travesaño le devolvió un cabezazo con destino de gol. No estuvo fino en la resolución de algunas jugadas bien urdidas por Lio o por el mismo, retrasándose a tres cuartos.

Martínez (4): El despliegue para sumarse a la lucha por recuperar la pelota es un sello que caracteriza sus actuaciones. En la etapa inicial hizo el trabajo sucio de pelear con los dos centrales brasileños para que Agüero pudiera aparecer más libre. En el complemento aparecieron sus chances de darse vuelta y encarar, pero no tuvo una clara para definir.

Di María (3): Reemplazó a Acuña, cuando Scaloni decidió pasar de intentar controlar las proyecciones de Alves a buscar aprovechar los huecos que dejaban. Pero el hombre del París SG volvió a decepcionar.

Lo Celso (-): Ingresó por De Paul. Los pocos minutos no le permitieron mostrar nada.

 

Dybala (-): Su ingreso fue un manotazo de ahogado ensayado por Scaloni cuando la Selección caía 2-0.