El Gobierno conmovió ayer al mundo previsional con un anuncio inesperado: modificó a través de una resolución de la Secretaría de Seguridad Social la fórmula de cálculo de los aumentos a jubilados y pensionados que ordena la Ley de Movilidad Previsional. El cambio determina que a partir de ahora los incrementos de marzo y septiembre de cada año serán más bajos de los que hubieran correspondido con el sistema anterior. Así lo reconoció el titular de la Anses, Emilio Basavilbaso, quien sostuvo que hasta ahora había una “pequeña sobreestimación” en los incrementos que dispone aquella norma. La información, que repercutió de inmediato en el Congreso mientras se debatía la ley de riesgos del trabajo, fue comunicada junto al anuncio de la suba correspondiente a marzo para jubilados, pensionados, pensiones no contributivas, ex combatientes de Malvinas, titulares de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y asignaciones familiares de los trabajadores formales, que será del 12,65 por ciento. Con ello, la jubilación mínima pasará de 5661 a 6377 pesos. La Anses no precisó de cuánto hubiera sido el aumento con la interpretación anterior de la fórmula de movilidad, pero estimaciones preliminares de especialistas lo situaron en 12,96 por ciento. En el caso del haber mínimo, hubiera sido de 6394 pesos, 17 pesos más, según esa proyección. La diferencia exacta deberá entregarla el organismo que conduce Basavilbaso, quien justificó el recorte en los incrementos de la seguridad social por la necesidad de hacer más sustentable el sistema jubilatorio. La forma de lograrlo, al parecer, es achicando los aumentos para los beneficiarios. El recorte opera sobre más de 8,5 millones de personas que reciben pagos ajustados por la fórmula que ahora se reinterpreta. 

La medida, que será publicada hoy, no fue comunicada en conferencia de prensa ni en una visita al Congreso, sino a través del comunicado de prensa de la Anses sobre la suba de jubilaciones y pensiones que se aplicará en marzo. “Cambios en la reglamentación de la movilidad jubilatoria”, dice el último apartado de un archivo adjunto a la gacetilla oficial que informa del incremento previsional. Bajo ese título, explica lo siguiente: la fórmula “se modificó porque con la metodología actual se reproduce más fielmente la variación que hubo en el año” de los recursos tributarios. “Tengamos en cuenta para simplificar que si una persona recibe un aumento de sueldo del 10 por ciento dos veces al año, no se trata de un 20 por ciento sino de un 21 y éste es el efecto que se busca optimizar”, agrega. Para graficar la información, sumamente técnica, la Anses explica que para estimar el aumento de los jubilados antes se computaba la variación semestral de los ingresos al fisco, que constituye uno de los componentes de la fórmula, mientras que ahora se utilizará una ponderación anual. Fuentes elorganismo dijeron a PáginaI12 que “el principal motivo de este cambio es garantizar la sustentabilidad del sistema previsional”. “Ahora se va a aplicar la fórmula tal como corresponde, porque antes había una mala interpretación de lo que dispone la ley”.

Basavilbaso habló con el portal de Internet del diario La Nación. Allí dijo que la movilidad jubilatoria que se venía aplicando hasta ahora producía una “pequeña sobreestimación” de los aumentos a los jubilados, que ahora se corrige con la nueva interpretación técnica. “Es una noticia nefasta, que rebaja todos los planes sociales actualizados por esta fórmula que nos costó mucho trabajo consensuar, porque algunos creíamos que podíamos lograr una mejor. Esta Cámara aceptó el desafío de la Corte Suprema y votamos la fórmula con una enorme discusión. No vamos a tolerar que este tema sea modificado por decreto, que alegremente cercenen derechos de los trabajadores”, protestó la diputada Graciela Camaño (Frente Renovador) en la sesión del Congreso donde se terminó aprobando la reforma al sistema de ART. “Se están animando a lo que nadie se animó, a bajar jubilaciones y asignaciones familiares por decreto”, agregó su colega Héctor Daer, uno de los integrantes de la conducción de la CGT, quien tal vez en el revuelo que causó la noticia olvidó que la Alianza produjo una disminución del 13 por ciento en los haberes jubilatorios en 2001, también por decreto. El diputado Diego Bossio (Bloque Justicialista) se quejó igualmente en duros términos, en una ola que fue creciendo a medida que los legisladores se iban enterando de la novedad ya sobre el cierre de la sesión.

La fórmula de movilidad previsional se aplica también para actualizar las deducciones del impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría, por lo cual, a menores aumentos jubilatorios, los trabajadores pagarán más del tributo. “El Gobierno se preocupa por los gastos pero no por los ingresos. Dicen que pagándoles menos a los jubilados el sistema será más sustentable, pero al mismo tiempo proponen rebajar las contribuciones de las empresas a la seguridad social”, lamentó el especialista previsional Federico Bobrovsky ante este diario. “Todo va para el ajuste. El PAMI ya no da medicamentos con descuentos del ciento por ciento. Ahora les van a pagar menos a los jubilados. Es un escándalo”, se sumó el ex diputado Eduardo Santín, también experto en la materia. “Esto va a dar lugar a una catarata de juicios porque la ley de movilidad ya no garantiza que se cubra la inflación”, advirtió Bobrovsky.

Respecto del aumento del 12,65 por ciento, la Anses estimó que estará arriba de la inflación de los últimos seis meses. Sin embargo, si la suba de precios de febrero arrojara 2,5 por ciento, tal como estiman las consultoras de la city, la inflación de los últimos seis meses (septiembre-febrero) sería de 12,7 por ciento, con lo cual los jubilados saldrían empatados. El cálculo se basa en el índice de inflación de la Ciudad de Buenos Aires. En septiembre pasado, en cambio, los haberes treparon 14,16 por ciento y la inflación del semestre previo había sido del 20,85, lo que significó una pérdida de 6,7 puntos, y en marzo de 2016, el aumento de las jubilaciones había quedado en 15,35 por ciento, y la inflación del semestre anterior había escalado a 18,7 por ciento. En ese caso, la caída en el poder adquisitivo había sido de 3,3 puntos. Con el cambio en la movilidad previsional, las pérdidas amenazan con tornarse estructurales.