Barrios de Pie marchó a las oficinas de Mastellone Hermanos por el desabastecimiento de leche de la segunda marca La Armonía. La organización social ya presentó una denuncia contra la empresa por violación del la Ley de Defensa de la Competencia, para que se investigue si abusó de su posición dominante en el mercado, reduciendo la distribución de La Armonía, la única marca que integraba Precios Cuidados, para aumentar las ventas de La Serenísima, su línea premium. “Mastellone concentra más del 80 por ciento del abastecimiento de leches en la zona metropolitana. Lo que hizo es inadmisible, en un contexto social de caída del consumo de leche y en el que 4 de cada 10 pibes en nuestros comedores presentan algún tipo de malnutrición”, señaló el coordinador de BdP, Daniel Menéndez.

La movilización apuntó a mantener en agenda un tema que no terminó de ser resuelto. Si bien en el programa Productos Esenciales, creado por el Gobierno a mediados de abril, la leche La Armonía fue suplantada por otras, el abastecimiento de los lácteos a bajo precio está lejos de ser pleno. El problema pasa en otros rubros. Barrios de Pie hizo un relevamiento en 107 supermercados de la zona metropolitana y el 52 por ciento de los productos del programa Productos Esenciales no estaba en las góndolas. Más allá del caso puntual en sí, para el movimiento social es importante dar un debate sobre la formación de los precios de los alimentos, en especial en los sectores manejados de manera oligopólica.

La denuncia inicial fue realizada en marzo ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que citó a declarar a los responsables de compras de las cadenas de supermercados, los que confirmaron que hubo una reducción en la provisión de La Armonía.

El representante de los Supermercados Día contó, por ejemplo, que “al principio la excusa de los faltantes era una cuestión climática por las inundaciones, después por los mosquitos que afectaban al animal y su producción de leche. Esto fue durante dos meses. Después, por la suba del dólar que hacía más rentable para la industria secar la leche para su exportación. La última causa fue que en esos meses salía el contrato de licitación con provincias y municipios y debían cumplir con esos contratos para que no los multen”. Comparando enero a marzo de 2019 con igual período del año anterior, la cadena recibió 1 millón 700 mil litros menos de esa segunda marca. El valor del sachet de leche de La Armonía era en Precios Cuidados de 26,36 pesos. El de La Serenísima, 42,67 pesos.

Según quedó registrado en el expediente, el enviado de Wal Mart dijo que en enero las entregas fueron “un 40 por ciento menos de lo pedido”, en febrero y marzo 20 por debajo, y en la primera parte de abril de menos 10 puntos. Entre los motivos mencionó razones estacionales, de clima y que “se está exportando mucha más leche en polvo, que es más tentador por el tipo de cambio, siendo Brasil el país que demanda más leche en polvo”. El representante de Cencosud coincidió en el hecho de que “la suba del dólar hace más tentador el secado de leche para exportar”.

El 25 de junio la Comisión dio curso a la demanda. Mastellone deberá hacer su descargo en los próximos días.

Los manifestantes llegaron poco antes del mediodía al lugar de la protesta, en Puerto Madero, donde tienen su sede central las oficinas de la empresa. Allí un grupo de responsables de los comedores barriales sirvió una merienda sobre unos tablones.

"En el caso del mercado de la leche, es muy claro que el mercado está oligopolizado. Eso habilita a las empresas a que puedan hacer maniobras para fijar precios que están por encima del poder adquisitivo de los trabajadores, de los sectores populares. Desabastecen ante el mínimo intento de generar un mecanismo de control desde el Estado. A las consecuencias las estamos viendo en la caída del consumo de leche", agregó Menéndez.

El índice es hoy el más bajo de los últimos diez años. Según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), el consumo promedio de leche cayó en el primer bimestre del año a 183 litros anuales por habitante. Para encontrar un nivel menor hay que retroceder a 2003, cuando cada argentino consumió en promedio 179 litros.