“La pobreza aumentó la gente en la calle. Antes changueaban y ahora se quedaron sin nada. Te das cuenta porque no saben cómo manejarse en la calle. Están asustadas”, relata Florencia Paez, de 30 años, militante de No tan distintas y politóloga desocupada. En la Ciudad de Buenos Aires hay 7251 personas en la calle, de las cuales un 19 por ciento son mujeres y un 1 por ciento son personas trans, según el Segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle (CPPSC), realizado el 25, 26, 27 y 28 de abril. La investigación difiere de las cifras oficiales que aseguran que solo hay 1.146 personas sin techo. Una de las diferencias es el espacio (ir a buscarlas) y otra el tiempo (saber en qué momentos dan vueltas y en cuáles duermen o se quedan en plazas y calles). Por ejemplo, Florencia explica: “La noche es peligrosa y, por eso, hay muchas mujeres que dan vueltas a la noche y duermen cuando sale el sol. Ese circuito el gobierno lo niega. Pero existe y va a aumentar” explica.

El censo fue realizado por No tan distintas, Abrigar Derechos, ACIJ (Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia), Asamblea Popular, de Plaza Dorrego, CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), CTEP Capital, Defensoría del Pueblo (CABA), Ministerio Público de la Defensa (CABA), Movimiento Popular La Dignidad (Red Puentes), Presidencia de la Auditoría General (CABA), Proyecto 7 - Gente en situación de calle, Acción Cannábica, Acción PSC, Amigos en el Camino, Barrios de Pié, Cátedra de Ingeniería Comunitaria de Facultad de Ingeniería, Sopa de Letras, Varones Antipatriarcales y otras organizaciones. Pero más allá de las estadísticas y el debate sobre si abrir las iglesias, las canchas de fútbol o la solidaridad cuando hace frío la gente en la calle está todo el año. No es un termómetro o una frazada que tapa el viento, sino una estrategia a largo plazo –y con perspectiva de género- lo que se necesita.

En No tan distintas proponen redes de autocuidado y no tienen soluciones, ni fondos, pero sí dan la mano para acompañar y orientar en el laberinto de ayudas estatales posibles, para que el desaliento, la desinformación y el desamparo no ganen al desaliento de no saber para donde ir cuando no se tiene ni donde dormir, comer y bañarse.

-¿Qué es no tan distintas?

-Florencia Paez: Es una organización social, política, feminista, conformada por mujeres que están en situación de calle, en riesgo de estar o que estuvieron y que luchamos para que accedan a derechos que tienen vulnerados.

-¿Cuándo empezaron y cómo se volvieron feministas?

-F.P: En el 2008 con un merendero en Retiro. El feminismo fue un devenir. Nos dimos cuenta que el encuentro con las mujeres era distinto. En el 2010 decidimos conformar un espacio de mujeres que no estuvieran ni los compañeros de las ranchadas de las pibas, ni los varones de clase media activistas. Nosotras no tenemos sede, itineramos como la problemática. Y ahí surgió el nombre por la práctica de la crueldad sobre nuestras cuerpas. Empezamos a pensar cómo opera el machismo con la marginalidad.

-¿Cómo funciona la organización?

-F.P: Tenemos un teléfono que fue mi primer número de teléfono (154-446-6622) que como es sencillo las pibas se lo acordaban. Nosotras componemos con las pibas que necesitan. No tenemos recursos materiales. Pero en la Ciudad de Buenos Aires hay una ley de Protección y Garantía de Personas en Situación de Calle, que se sanciona en el 2010 y regula en el 2013. Y hay un mapa de ayudas posibles. Acompañamos en el acceso a esos recursos. Una piba en situación de calle si no va a acompañada lo más probable es que la discriminen, no la acepten o la ninguneen en un hospital, el Ministerio de Desarrollo Social o por ejemplo si hay madres en la calle que le sacan a sus hijos. Pierden el proceso judicial y no llegan a presentarse porque ni anotan lo que les dicen en las Defensorías. Por eso nos juntamos con las que están prontas a ser desalojadas que necesitan subsidios y las ayudamos en la búsqueda de alquiler o las que están en la calle y está en los pasillos de la villa 31 porque fuman pasta base e intentamos que saquen el DNI porque deambulan entre el tranza, la policía y todo un circuito.

-¿Qué pasa con la población trans?

-Karina Pintarelli: Hay un montón de trans que están en situación de calle, con abusos policiales y de machos. Por supuesto en algún momento aparece el consumo. La calle es muerte.

-¿El emblema de la lucha contra el narcotráfico termina perjudicando más a la población vulnerable?

-K.P: Por supuesto, pero lo hacen por odio homofóbico.

-¿Por qué hay tanta diferencia entre el censo popular y las cifras oficiales sobre la cantidad de gente en la calle?

-K.P: Ellos salen por avenidas importantes: Santa Fe, Callao y no se toman el momento de esperar. En cambio, nosotras salimos mañana, tarde y noche, cuando la gente deja la ranchada sola.

-F.P: El gobierno tiene una mirada segregada y unitaria que sostienen que la gente necesita un lugar donde dormir…

-K.P.: La gente necesita un lugar donde estar las 24 horas del día, donde tenga una cama, una ducha y su desayuno, almuerzo, merienda y cena, con un equipo de clínica médica y ayuda para sacar un DNI. Todo lo que la gente necesita.

-¿En qué diferencia la mirada feminista?

-F.P.: Nosotras no trabajamos sobre mandatos de lo que la piba tiene que hacer, sino sobre lo que la piba quiere hacer. Ellas llegan agotadas y primero necesitan un lugar donde descansar. Ellas no necesitan un lugar donde parar, sino un lugar donde vivir. Necesitan acceso a la vivienda.

-¿Qué piensan de la acción de River de abrir la sede para que la gente duerma por un día de frío?

-K.P.: Estuvo fabuloso, pero duró un día y la gente volvió a la calle. No da soluciones los 365 días del año. No dan vivienda digna. Los paradores tampoco son vivienda. Nosotras queremos el acceso a la vivienda. Si vos tenés una herida no te pueden curar un día solo.

-F.P.: Nos parece que está bueno desarrollar la sensibilidad social. No podemos enojarnos con el vecino y la vecina que se acercó y llevó una frazada. Es inevitable con las temperaturas de tanto frío. Hay que componer con el tejido del barrio. Pero las personas muertas en situación de calle no es algo excepcional, es una maquinaria. Hay personas que pueden morir por cuadros de neumonía, tuberculosis o sífilis que en ambientes cuidados no tienen que morir. Tienen la idea que durante el invierno la gente necesita lugares donde dormir. Y la gente está en la calle todo el año. El riesgo de pensar que el problema es el frío es no entender que es un problema estructural. A la calle llegan siempre las mismas: las locas, las chorras, las enfermas y eso sigue reproduciendo la idea que la ciudad es accesible solo para determinados sectores. Es una maquinaria la que te deja en la calle. No es que se quedó en la calle porque de pendeja se tomó el palo, por la mala yunta, por consumir. Las guachitas que se quedan en la calle de chicas se escapan de situaciones de abuso intrafamiliar; las trans o lesbianas expulsadas cuando asumen su identidad o mujeres de clase media que cortaron con la violencia y el chongo las deja en la calle y la familia les da vuelta la cara. Las situaciones de machismo, abuso y acoso dejan a muchas personas sin redes a la intemperie.

-¿Los refugios para las víctimas de violencia no alcanzan?

-F.P.: Este tipo de refugios piensan que las víctimas tienen que estar llorando y pidiendo una vida mejor. Y las pibas ni llegan a estos lugares. No alcanzan los refugios porque ellas no cumplen con el estereotipo de la buena víctima. No tan Distintas se propone una red de autocuidados que hacemos de manera artesanal entre treinta activistas.

 

Dónde pedir ayuda: 154-446-6622.