La reforma previsional avanza en Brasil. Impulsada por el presidente Jair Bolsonaro, fue aprobada el miércoles en la primera de dos votaciones en la Cámara de Diputados. El texto que en su esencia endurece el sistema de jubilaciones fue aprobado por 379 votos contra 131, superando el mínimo de 308 necesarios que requieren las reformas de carácter constitucional.

El presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, exclamó visiblemente emocionado: "Está aprobado". Maia, del partido Demócrata (cercano a la centro-derecha) aprovechó el triunfo para reivindicar el papel del Congreso, una de las instituciones más desprestigiadas del país.

"A nuestros líderes se les falta el respeto, se los critica de forma equivocada, pero son esos líderes que están haciendo las reformas de Brasil", declaró Maia. Los grandes medios del país y diversos analistas destacaron su importante rol en la consecución de la parcial aprobación.

Tras esta primera aprobación se deberán votar algunas enmiendas al texto que prevén, por ejemplo, reducir el tiempo mínimo de aporte de las mujeres de 20 a 15 años para jubilarse y reducir la edad mínima exigida a los policías para recibir el beneficio.

De todas maneras, la reforma deberá someterse a un segundo voto en la Cámara, probablemente antes del receso parlamentario de dos semanas, que empieza el 18 de julio. Desde allí deberá pasar al Senado, donde será sometido a una doble votación y precisa obtener una mayoría de tres quintos.

El sistema que el gobierno quiere poner en marcha instaura una edad mínima de retiro (62 años para las mujeres y 65 para los hombres) y un tiempo de contribución de 40 años para gozar del beneficio completo.

"Brasil está cada vez más cerca de entrar en el camino del empleo y la prosperidad", tuiteó su presidente Jair Bolsonaro. La contundencia del resultado en la Cámara se explica en buena medida por las deserciones en las bancadas de dos agrupaciones de centro-izquierda: ocho del Partido Democrático Laborista y once pertenecientes al Partido Socialista votaron por la reforma, así como los dos del Partido Verde.

En cambio, fueron unánimes en el rechazo a la reforma las bancadas del Partido de los Trabajadores, del Partido Comunista y del Partido Socialismo y Libertad (de la asesinada concejal por Rio Marielle Franco). Previo a la votación, el PT había enviado a la Fiscalía General un pedido para abrir una investigación contra Bolsonaro y dos de sus ministros, catalogando a la reforma como un “grave abuso del poder político y financiero”.

Los partidos que se oponen a la reforma resaltan entre otras cosas que elevar el número de años de contribuciones excluirá del sistema a millones de personas, en un país en el que un cuarto de los trabajadores del sector privado navega en la informalidad.