El escritor John Steinbeck anotó en alguna oportunidad que, por cierta mirada de soslayo que había encontrado repetidamente en canes, estaba convencido de algo: los perros ven a las personas como seres bastante orates. Sin duda lo habrán pensado los quince cultivados chuchos que, según los organizadores de una flamante muestra británica, han sido fichados como “curadores caninos” para la exposición.

“Ellos, que viven con una variedad de artistas e historiadores del arte, han sido invitados a seleccionar obras relacionadas al universo perruno, ayudados –eso sí– por sus compañeros humanos”, aseguran desde la Southwark Park Gallery, al sur de Londres, donde acaba de inaugurarse la exhibición Dog Show, el cartel hasta septiembre.

No explican, claro, cuál fue su intervención: ¿señalar con la pata?, ¿ladrarle a piezas favoritas, amén de expresar su predilección? Nada aclara Judith Carlton, directora de la galería, salvo la intención: “Quisimos montar una muestra que celebrara la inteligencia de los perros y su importancia en nuestras vidas cotidianas”. Asegura además que las casi 50 obras de casi 30 artistas fueron “elegidas por nuestros compañeros en la vida, a los que respetamos y celebramos con esta propuesta”.

Propuesta que, coherente ante todo, precisamente exhibe dibujos, pinturas, fotografías, fotogramas del animal en cuestión. “Tess, una border terrier que vive con la galerista Karsten Schubert, ha seleccionado el precioso retrato que Lucian Freud bosquejó de su perro Pluto. Samson, mezcla cocker spaniel y caniche, compañero canino de la crítica de arte Louisa Buck, ha elegido obras de William Wegman, conocido por sus composiciones perrunas”, y siguen las firmas. Sobra decir que la galería es pet-friendly: permitido el ingreso con amigos de cuatro patas para disfrutar de piezas que los honran a más no poder.