Los restos del escritor italiano Andrea Camilleri, fallecido el miércoles a los 93 años, reposan en el cementerio no católico de Roma, donde cientos de personas se acercaron para despedir al creador de la saga del comisario Montalbano, cubriendo con flores y cartas su tumba. La familia del escritor, siguiendo sus deseos, decidió que no se celebraran funerales públicos ni capilla ardiente y que sería sepultado tras una ceremonia estrictamente privada. Pese al calor sofocante en la ciudad, cientos de personas de todas las edades hicieron fila para dar el último adiós al maestro de la novela negra, dejando también mensajes escritos en el libro de condolencias, donde la palabra más repetida fue "gracias". Junto a la sepultura también se colocó una maceta con un olivo, presente en los horizontes de la Sicilia natal del autor y en sus obras y, bajo sus ramas, un cigarrillo, como miles que fumó en vida.