No necesitó mucho esfuerzo Mauricio Macri para lograr la aprobación del público presente. Su discurso en la inauguración de la Exposición Rural fue, justamente, lo que definió una elegante concurrente: “Mauricio dijo lo que vinimos a escuchar”. Y no necesitó mucho más, como si la realidad pasara únicamente por los intereses que los cabañeros presentes representan. Como si detrás de la promesa de “producir en 2030 para alimentar a 800 millones de personas” no se chocara con una realidad estadística del país que está por dejar con tres millones de personas que pasan hambre. Como si esa cultura del trabajo que proclama no fuera la contracara de la desocupación creciente por miles de empresas que cierran año tras año sin posibilidad de resistir a las condiciones que impone la política económica imperante.

Daniel Pelegrina, titular de la Sociedad Rural, ofició de amable anfitrión al cerrar su discurso convocando, una semana antes de las PASO, a votar por el gobierno y todo lo que el mismo representa. “Estamos en días de decisiones importantes, esta semana los argentinos tenemos que preguntarnos: ¿por qué apartarnos del camino, cuando ya sabemos que el atajo no nos ha llevado a ninguna parte?"

Antes de ese remate, Pelegrina utilizó otra imagen que debe haber sorprendido a más de un oyente atento. Fue cuando dijo que “hoy el debate no es entre izquierdas y derechas; es entre demagogos y pedagogos. Los líderes demagogos se ocultan detrás de proyectos populistas, que cabalgan sobre monturas de ideologías dogmáticas y rígidas”, forzando una equiparación entre las actuales autoridades y pedagogos, justamente con un gobierno que se ha enfrentado como ninguno antes a los docentes en todos los niveles educativos.

A su turno, Macri echó mano, como era de esperar, a la reasignación del carácter de Ministerio al área de agricultura, decidida apenas horas antes y con el sólo fin de lograr el aplauso en este evento. Lo consiguió, aunque había sido su propio gobierno el que le quitó ese rango. Como en el caso de las retenciones a las exportaciones, que volvió a condenar aunque fue su gestión la que las repuso.

"La rueda está comenzando a girar. Y va a tomar más velocidad cuando salgamos de esta incertidumbre política, cuando confirmemos que vamos hacia adelante y que no volvemos al pasado", señaló Macri con una fórmula repetida, logrando lógicamente la adhesión de los presentes que se animaron a entonar la consigna de campaña “Sí, se puede”. Tal como en el futbol que dejó de ser para todos con la gestión macrista, ayer el presidente de la Nación logró la fácil adhesión de los presentes, sin público visitante. Y por la procedencia de clase de la concurrencia, sintiéndose más local que nunca.