El 8 de agosto de 2018, hace exactamente un año, un grupo de 38 senadores votaba en contra del Proyecto de Interrupción Legal del Embarazo y dejaba a la deriva, con su voto, el reclamo de miles de mujeres por “educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. En diálogo con Página|12, dos referentes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, repasan los logros obtenidos, las dificultades que aún deben sortear y las expectativas que tienen respecto a la aprobación del proyecto.

Nelly Minyersky

Nelly Minyersky es experta en Derecho de Familia. Pero, sobre todo, es una de las pioneras de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Lo ocurrido tras el "8A", para la militante, fue “muy positivo”. “No habremos logrado un triunfo legislativo, pero sí un cambio de 180 grados en la conciencia social. De este tema no se hablaba. Ahora, en cambio, se habla permanentemente: nos llaman para hablar en las escuelas, en las facultades, nuestras discusiones se han incorporado en las currículas”, consideró Minyersky.

Lo fundamental, opinó la militante, fue la “adhesión de la juventud. A partir de la discusión sobre el aborto, los jóvenes han asumido la perspectiva de género en muchas otras discusiones. Y eso es irreversible”.

Luego del 8A, para Minyersky, “ha quedado claro quién está del lado de la vida" y "quién del lado de la muerte". "Nosotras no somos enemigas de la vida, como dicen muchos. Ni estamos en contra de la familia. Muchas somos madres y abuelas y estamos feliz con esa circunstancia. Lo que pasa es que así como no hay mejor noticia que un embarazo querido, no hay peor noticia que un embarazo no deseado. Y eso tiene que ver con una concepción ética de la vida digna”, explicó.

“El Estado no puede invadir mi proyecto de vida bajo creencias que no son obligatorias para todos los ciudadanos”, consideró Minyersky. Y explicó: “Ampliar derechos no obliga a nadie a hacer nada. Restringir derechos, en cambio, somete a un enorme sector de la población a ser víctima de creencias que no comparte. Existen muchas morales y uno puede estar de acuerdo con unas y en desacuerdo con otras. Pero el derecho es para todos los ciudadanos, más allá de esas morales o creencias”.

El gran desafío que tienen por delante como Campaña, consideró Minyersky, es “llegar a sectores más amplios, a los sectores que más sufren estas condiciones”. No hay que olvidarse, continuó, que “la penalización de aborto es de la más discriminatorias. Porque si bien los efectos los sufrimos todas las mujeres, se sienten con mayor crueldad en los sectores más humildes”.

Imagen: Sandra Cartasso.

El pasado 28 de mayo, por octava vez, la Campaña presentó el proyecto de IVE --con algunas modificaciones-- en la Cámara de Diputados. “Sabíamos que era un año difícil, porque están las elecciones. El Congreso está enfocado en eso, hay muchos proyectos que no se están debatiendo. Pero esperamos que a partir de octubre esto se movilice nuevamente", dijo Minyersky. Y aclaró: "Mientras tanto, nosotras seguimos trabajando como si se votara mañana”.

María Alicia Gutiérrez

María Alicia Gutiérrez es socióloga, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. También es integrante de la Campaña. El 2019, para Gutiérrez, fue un año complicado: “Las tareas de las cámaras están bastante orientadas a la campaña electoral. Sin embargo, nos parecía importante presentarlo este año porque después de octubre la vida del Congreso continúa”, opinó la militante, en sintonía con las palabras de Minyersky.

La aprobación del proyecto presentado en Diputados, “que está mucho más desarrollado que en 2018”, dependerá, para Gutiérrez, de la “correlación de fuerzas políticas, que puede llegar a cambiar después de las elecciones”.Según explicó la militante, lo primero que definió la Campaña, tras la derrota legislativa, fue “seguir en Campaña, aunque parezca un eufemismo”. Reunidas en una plenaria nacional, las integrantes del colectivo hicieron una evaluación y entendieron, tras ese balance, la “necesidad de repensar y reformular el proyecto”. Con ese objetivo en mente, se armó una Comisión que “se hizo cargo de revisar el proyecto teniendo en cuenta las modificaciones que había hecho la Cámara de Diputados y las presentaciones que hicieron quienes estaban en contra, para tratar de ver cuáles habían sido los puntos más cuestionados”, contó Gutiérrez.

Tras esa revisión, la Comisión armó un borrador que luego fue enviado a las “regionales y a las redes de la Campaña para que lo discutamos y comentemos”. Con esas sugerencias, la Comisión redactó un nuevo proyecto que finalmente fue aprobado en la plenaria nacional que se realizó en marzo, en la ciudad de Córdoba. Lo más importante de ese proceso, para Gutiérrez, “fue la forma colectiva de participación” que se desarrolló. “El proyecto no se aprobó por votación, sino que fuimos discutiendo artículo por artículo, entre todas”, opinó.

En la derrota legislativa, para Gutiérrez, influyeron distintos factores. “En principio, no creíamos que el debate en senadores se hiciera tan rápido. Eso, en parte, nos complicó, porque las compañeras de la Campaña tenían mucha experiencia en Cámara de Diputados, donde ya lo habíamos presentado 7 veces, pero no en la de Senadores”, explicó.

Otro de los factores, para la militante, fue el rol de los medios: “Después de Diputados, los medios hegemónicos empezaron a dar más voz a los grupos anti(derechos). Creo que estos grupos no esperaban la media sanción. Después de esa votación, arremetieron de una manera muy bien articulada”. Para hacer frente a esa “relación tan estrecha entre la Iglesia y los neopentecostales”, la Campaña “reestructuró una Comisión Nacional de Comunicación mucho más articulada y mucho más específica en la estrategia”, contó Gutiérrez.

Lo más importante, concluyó al igual que Minyersky, "fue la despenalización social del aborto”. Y es en eso que seguirán enfocando sus fuerzas: "Además de seguir trabajando dentro de las cámaras, vamos a seguir trabajando en la despenalización de la manera más expansiva y rizomática posible. Vamos a seguir buscando aliados. Nuestra estrategia seguirá siendo estar en las calles. Pero también en los ámbitos de enseñanza, en los ámbitos hospitalarios, en las universidades y en los barrios. Produciendo ideas”.

Informe: Azul Tejada.