La cara de Pete acaba de descomponerse: todo su mundo se fue por el inodoro en el momento en que el amante de su mujer salió desnudo del baño de la habitación del matrimonio. Hasta ese momento, el rostro de ese tipo era pura inocencia y determinación. Pese a sus convicciones religiosas, estaba seguro de que iba a hacerse una carrera en el mundo del stand up. Y no dudaba tampoco de que la misión de su esposa era bancarlo (incluso económicamente) hasta que él lograra su propósito de risas y fama. Pero, de repente, está en la calle. Y todo no hará más que empeorar.

Así arranca el piloto de Crashing, la serie protagonizada por Pete Holmes y producida por Judd Apatow (el mismo de éxitos como Virgen a los 40 y Girls), que mañana a las 0.30 estrenará HBO (a las 18 la emitirá HBO 2). Y la historia no le resulta demasiado lejana al actor y creador del programa: “En la vida real, yo era religioso, me casé a los 22 años y mi mujer me dejó cuando tenía 28”, recapitula durante una teleconferencia con tres medios latinoamericanos. Pero no todo le sucedió igual al Pete real que al que se ve en pantalla. “El programa es una dramatización de esos eventos a la que le cambiamos cosas y personajes para hacerlas más divertidas e interesantes”, explica Holmes.

–¿O sea que en la vida real no se encontró con el amante de su mujer desnudo en su casa?

Pete Holmes: –(Se ríe.) ¡Gracias a Dios, no! Eso es un buen ejemplo de lo que estaba hablando. Cuando a alguien lo deja su esposa en la vida real, puede ser algo lento, engorroso y no muy divertido, entonces tomamos eso y lo convertimos en una situación en la que me encuentro al tipo en bolas. Lo escribimos así para que fuera más divertido.

El título de la serie es un juego de palabras entre “estrellarse” y “quedarse a pasar la noche”, dos de las acepciones de “crash”. Sucede que, al estar sin vivienda y sin un centavo, a Pete no le queda otra que pedir que lo dejen dormir en sofás. Y se lo pide a otros comediantes de stand up, como Artie Lange, que aparece en el piloto (dirigido por Apatow). “Algunos están basados en personas reales que me dieron una mano cuando yo estaba en la lona”, le dice Holmes a PáginaI12. “TJ Miller, por ejemplo, es mi amigo en la vida real, entonces es muy copado tenerlo en el programa. Por otra parte, nos pusimos a pensar quiénes podían ser los mejores que podíamos tener. Tenemos a Sarah Silverman y a Artie Lange, no se puede hacerlo mejor que eso para representar diferentes escalones del mundo del stand up. Artie pasó por todas, Sarah tiene otra clase de estilo de vida. Y, obviamente, tenemos a Pete tratando de entender dónde encaja él en todo este despelote. Así que pensamos cómo el invitado podía servirle a la historia, pero también, como espectadores, a quiénes nos gustaría ver en el programa”.

Aunque Holmes ya se hizo de un nombre propio en el ambiente del stand up y condujo algún programa televisivo, quizá las puertas de HBO no se le hubieran abierto tan fácilmente si no contara con el aval de Apatow, que viene de producir Girls en esa señal. “Supongo que como tuve cierto éxito la gente está más abierta a creerme”, explica el director y productor. “Mi promedio de éxito es lo suficientemente alto como para que la gente se sienta inclinada a darme una oportunidad. Pero si no funciona, se va a deshacer de mí tan pronto como deba. El tema es que si la idea es buena, los proyectos por lo general salen bien. Creo que ese es el caso con Crashing: es una situación muy graciosa y muy humana”. 

–Usted dijo que le atraían las historias de personas que peleaban para ver quiénes eran. ¿Eso le sucedió también con Crashing?

Judd Apatow: –Me atrajo la pasión de Pete por la comedia y también el hecho de que el personaje era religioso. Cuando alguien entra a una profesión así, su fe va a estar en jaque, y ése era un aspecto que nunca había visto abordado antes. Me gusta cualquier historia en la que haya alguien tratando de encontrar su lugar en el mundo pese a obstáculos gigantes. Siempre es gracioso poner a alguien con el culo al aire y ver cómo se lo tapa. Y creo que también es una historia de maduración, algo que siempre me atrae. Más que con el stand up, el programa tiene que ver con tener un sueño y perseguirlo, con conseguir el trabajo que soñás.

–Cuando usted se involucra en algo, se puede ver su marca en todo, y también es así en este caso. ¿Cómo hace para combinar su mirada con la de Pete Holmes, Lena Dunham o con quien esté trabajando?

J.A.: –Solamente trabajo con gente con la que me siento en sincronía. Si tenemos una visión parecida del mundo, podemos tener una buena colaboración. Pete es hilarante y tiene mucha pasión sobre sus ideas y sobre la comedia. Siempre tiene historias graciosas. No estoy seguro de cómo pasa eso a través del filtro de lo que apoyo o no... A mí me gusta mucho la comedia humana, siento empatía con los personajes. Siento que la vida es muy difícil para esa gente y me gusta ver a gente que pelea para que las cosas le funcionen. Por lo general, ése es el punto en común: la humanidad y las historias de los personajes. Y también tener personajes tan tiernos, para poder pegarles un poco (risas).

–Parece ser un momento difícil para la comedia en Estados Unidos porque su nuevo presidente no es muy tolerante con quienes lo critican. ¿Cómo imaginan que serán los próximos cuatro años para la comedia?

J.A.: –Creo que todavía no podemos decirlo porque los eventos no se han develado por completo. Todos estamos viendo qué hacer y, por lo que hemos visto en los primeros días de la administración, no soy demasiado optimista. Nos va a llevar trabajo tratar de escribir sobre otras cosas, porque esto te distrae mucho, y también para la gente prestarle atención a una comedia alegre en medio de la hipocresía y la corrupción de la administración. Vamos a esperar lo mejor... y prepararnos para lo peor. Y con eso me refiero a ir a comprar una reserva de alimentos para seis meses (carcajadas).