No fue el resultado de las elecciones, sino el de tres años y medio de política económica de Cambiemos. En julio, la demanda de productos de consumo masivo se desplomó otros 11,4 por ciento, según el relevamiento de la consultora Nielsen. El mayor impacto se sintió en el rubro de lácteos, productos frescos y congelados, en los que la retracción de las compras alcanzó al 17,9 por ciento. Son los productos de primera necesidad los que más sufren la caída, porque son además los que más aumentaron en su precio en góndolas. La población empezó a mostrar signos de privaciones en consumos esenciales y que ya están afectando al conjunto familiar, incluso los niños. Así como antes el mismo fenómeno se percibió en la caída de la demanda de medicamentos, principalmente en personas ancianas, ahora la caída en el consumo de lácteos posiblemente esté mostrando el impacto en el otro extremo de la vida. El resultado de las elecciones del último domingo no fueron la causa del derrumbe de la economía: fueron su consecuencia.

Los números de la consultora Nielsen, con relevamientos tomados en todo el país, da cuenta de una caída en la demanda de bebidas del 11,9 por ciento, del 11,5 por ciento en productos de limpieza y del 8,8 por ciento en cosmética e higiene. El rubro Almacenes, que abarca en general a los alimentos secos envasados (fideos, arroz, conservas) reflejó una caída del 6,9 por ciento. De acuerdo a la consultora, la caída del consumo en la ciudad y provincia de Buenos Aires fue del 8,2 por ciento, en tanto que en el resto del país alcanzó al 12,6 por ciento.