Jair Bolsonaro descartó la posibilidad de que su amigo Mauricio Macri consiga la reelección al referirse al candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, como “el futuro presidente de la Argentina”. El mandatario brasileño, que tras la derrota de Cambiemos en las PASO calificó a Alberto y Cristina Fernández como “delincuentes de izquierda”, amenazó con retirar a su país del Mercosur en caso de que el futuro gobierno “cierre la economía” y reiteró su hipótesis de que “en un gobierno dictatorial” (sic) habrá un exilio masivo de argentinos hacia Miami, Colombia, Chile y Brasil. Consultado por la prensa, admitió estar dispuesto a dialogar con Fernández, quien días atrás lo calificó de “racista, misógino y violento”, aunque antes le pidió “una señal”. El Partido Justicialista, por su parte, le reclamó a la Cancillería que “haga respetar el principio de no injerencia de un gobierno extranjero en los asuntos internos” del país ante las “agraviantes” declaraciones del ex militar ultraderechista.

Mientras la economía brasileña empieza a mostrar señales de entrar en una nueva fase de recesión, el incontinente Bolsonaro abre día a día nuevos frentes de batalla. En el caso de la Argentina, tercer socio comercial de Brasil detrás de China y Estados Unidos, respaldó a Macri desde su asunción en enero, llegó a pedirle “paciencia” al pueblo para enfrentar las penurias derivadas de la política económica y agitó el fantasma del “populismo” para mendigar votos a Cambiemos. Después de la aplastante derrota del domingo diagnosticó que “Argentina se está hundiendo en el caos”, que “comienza a seguir el rumbo de Venezuela porque en las primarias bandidos de izquierda empezaron a volver al poder”, y anunció que podría darse el caso de una oleada de refugiados argentinos similar a la que Brasil recibe desde su frontera con Venezuela.

Ayer tomó la posta el ministro de Hacienda, Paulo Guedes, al afirmar que Brasil podría abandonar el Mercosur ante un triunfo del Frente de Todos. “El Mercosur es un vehículo para abrir la economía. Y si (Cristina) Kirchner asume y quiere cerrar la economía, nosotros salimos”, amenazó. “¿Desde cuándo Brasil necesita de la Argentina para crecer?”, planteó. “No tengo miedo ni de la desestabilización de la Argentina ni de la pelea comercial (entre China y Estados Unidos)", agregó.

En diálogo con la prensa en la residencia presidencial, Bolsonaro avaló la amenaza. “El actual candidato que lidera en Argentina con Cristina Kirchner de vice ya estuvo visitando a Lula, dijo que era una injusticia que esté preso y dijo que quiere rever el Mercosur”, afirmó y respaldó a su ministro. “Guedes, perfectamente afinado conmigo, señaló que si (el futuro gobierno) crea problemas, Brasil se saldrá del Mercosur, y está avalado”.

Cuando le preguntaron si aceptaría hablar con Fernández, condicionó el diálogo. “Yo converso hasta con Folha de Sao Paulo y por qué no con el futuro presidente (sic) de Argentina. Estamos dispuestos” aunque “va a tener que dar una señal”, pidió. “Cuando asumí dije que iba a mantener la democracia, la libertad, abrir el mercado, respetar las religiones y es lo que hago”, se ufanó, y volvió a cargar contra el Frente de Todos. Dijo no creer que Fernández “quiera seguir la línea de la libertad y la democracia porque esa gente no quiere salir más del país, quiere vivir de la cosa pública”. Defendió el plan económico de su gobierno, marcó el contraste con una Argentina donde “cae la bolsa, el dólar y los intereses suben”, y sugirió que “el mercado no va a perdonar a la izquierda de nuevo, no habrá inversión hasta resolver la situación política”.

Por último volvió sobre sus declaraciones del lunes al afirmar que el estado de Rio Grande do Sul, fronterizo con Corrientes y Misiones, podrá vivir lo mismo que el norteño Roraima, adonde emigran los venezolanos. “Rio Grande do Sul puede ser una Roraima si se profundiza la crisis en Argentina y en un gobierno dictatorial (sic) la elite va a escapar rápidamente, como la venezolana que se fue a Miami, la clase media a Colombia, Chile y Argentina y los más pobres a Brasil, por tierra”.

 

Ante los reiterados exabruptos de Bolsonaro, el PJ nacional repudió “el silencio de la Cancillería” y consideró que se trata de “una falta de respeto al pueblo argentino que expresó libremente su voluntad soberana”. “Instamos a la Cancillería argentina que cumpla con su deber institucional y haga respetar el principio internacional de no injerencia de un gobierno extranjero en los asuntos internos de la Argentina, lo cual implica hacer respetar nuestra soberanía nacional y el derecho a la autodeterminación del pueblo argentino”, reclamó el PJ en un comunicado que firman el presidente del congreso del partido, Gildo Insfrán, y el ex canciller Jorge Taiana, responsable de las relaciones internacionales.