En el marco de la crisis que tiene con las cuentas ajustadas a la provincia, municipios y comunas, uno de los integrantes de la mesa de transición peronista alertó que "la cláusula gatillo no tiene una vigencia eterna". El ex ministro coordinador Rubén Michlig pidió "ser muy claros" y explicó que "el compromiso paritario es hasta el mes de diciembre". Lo que pasará el año que viene será parte de una nueva negociación, estimó uno de los hombres de confianza del gobernador electo Omar Perotti. Para el ex funcionario, la administración que lidera Miguel Lifschitz es "un poco incoherente", porque tiene dificultades financieras, pero por otro lado "le da continuidad a todo, a la cláusula gatillo, al plan de obras, a los proceso de licitación de obras".

El estado de las arcas provinciales es el punto que se robó las discusiones de los primeros dos encuentros de transición. Al peronismo lo inquieta un déficit que está en el orden de los 10.500 millones de pesos y puede trepar a 20 a fin de año. Ahora, con la crisis que se profundizó a raíz de una nueva devaluación, Rosario/12 le consultó a Michlig la postura del PJ sobre una eventual continuidad de la cláusula gatillo, la herramienta que Lifschitz confirmó que se extenderá hasta el fin de su mandato y equipara los salarios con el índice inflacionario.

La administración de Lifschitz es "incoherente" porque tiene problemas pero "le da continuidad a todo, a la cláusula gatillo y las obras".

"He participado en negociaciones salariales y es muy simple si yo tengo que negociar la cláusula gatillo, tengo el 90 por ciento de la política salarial acordada en la medida que tenga esa plata. Durante muchos años si yo hubiera aplicado la cláusula gatillo los trabajadores perdían, porque hubo años donde se recuperaba salario por arriba de la inflación. Y hubo años donde la recaudación iba por arriba, entonces para el gobierno era fácil dar una cláusula gatillo. No es una cuestión tan simple, hay que mirar otras variables, más con lo que pasó esta semana, el escenario es impredecible", apuntó Michlig y agregó: "Fue una solución estos dos últimos años donde la recaudación estaba incluso por arriba de la inflación y eso generaba una base de tranquilidad en los trabajadores, estuvo bien aplicada. El escenario que viene será distinto, lo que no quiere decir que no sea con cláusula gatillo".

Michlig recordó que en el acta que el gobernador socialista suscribió con los gremios santafesinos a principios de año para la implementación de la cláusula gatillo se estableció que en el mes de agosto debían juntarse las partes "para analizar el comportamiento de la recaudación, la inflación y las demás variables presupuestarias". Pero - a su entender -  Lifschitz anunció "sorpresivamente" la continuidad de la cláusula "sin que se haya dado ese marco". En ese sentido, el ladero de Perotti deslizó que el mandatario debería haber ponderado el bajo nivel de recaudación del gobierno. "La recaudación está más de diez puntos por debajo de la inflación mientras que los gastos corrientes están iguales o por arriba de la inflación. Esos son los números que debieron haberse analizado, hubo una decisión de continuar con la cláusula gatillo y de conocimiento público no se ha dado la reunión con los gremios", apuntó el ex ministro.

Michlig, por otro lado, consideró que el marco de negociaciones entre el Estado y los gremios se verá modificado si Alberto Fernández se convierte en el próximo presidente. "Si, como todo indica, va a haber un cambio de gobierno en el orden nacional me acuerdo, por ejemplo, que las negociaciones paritarias en el sector docente se daban de otra forma totalmente distinta, existía una referencia nacional para todas las provincias… la cláusula gatillo no siempre es la salvación de los trabajadores, hay otras formas de negociar", concluyó.