El presidente ruso, Vladimir Putin, recibió este lunes en el Kremlin al canciller iraní, Abás Araqchí, con quien abordó una posible salida diplomática al conflicto con Israel. La guerra escaló en intensidad tras el involucramiento de Estados Unidos, que ya cerca de la noche y a través del presidente Donald Trump anunció que Irán e Israel acordaron "un alto el fuego total" pero escalonado que empezará este martes. Más allá del drama regional, la guerra en Irán se convirtió en un nuevo escenario de la pulseada geopolítica. Mientras Washington incrementaba su presión y reclamaba un "cambio de régimen" en Teherán, el Kremlin condenaba la ofensiva militar de Estados Unidos e Israel y respaldaba a Irán.

"La agresión absolutamente injustificada contra Irán no tiene ninguna base ni justificación", afirmó Putin al comienzo de la reunión, transmitida en directo por la televisión estatal rusa. En un gesto de cercanía, el mandatario envió sus "mejores deseos" al líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, y al presidente, Masud Pezeshkian, y subrayó que Rusia "realiza esfuerzos para ayudar al pueblo iraní" frente a lo que consideró una ofensiva occidental unilateral.

Por su parte, Araqchi agradeció a Putín por "condenar firmemente las acciones agresivas y absolutamente ilegítimas" de Estados Unidos e Israel. En declaraciones a medios iraníes, el canciller destacó la necesidad de "coordinar posiciones" con Rusia, con quien comparten "enemigos comunes". El ministro iraní subrayó que su visita tuvo por objetivo mantener consultas "de gran importancia" luego del involucramiento de las fuerzas estadounidenses. "En esta nueva situación peligrosa, nuestras consultas con Rusia pueden ser determinantes", adelantó Araqchi en la víspera del encuentro.

"La retórica de ultimátum impide la paz"

Pese a la tensión en Medio Oriente, desde el Kremlin aclararon que esta crisis no debería obstaculizar el diálogo con Estados Unidos. "Mantenemos una asociación estratégica con Irán, pero también estamos comprometidos con restablecer relaciones con Estados Unidos", aseguró Dmitri Peskov, vocero del Kremlin. Según Peskov, el diálogo entre Moscú y Washington es crucial para alcanzar acuerdos en otras áreas, aunque también dejó en claro que los ataques norteamericanos "no tienen precedentes", y que, aunque sus consecuencias aún son imprevisibles, probablemente "serán negativas".

La semana pasada el enviado del Kremlin para asuntos económicos, Kiril Dmitriev, se mostró optimista respecto a la reanudación del diálogo bilateral. Sin embargo el telón de fondo es claro: la guerra en Irán podría definir no sólo el equilibrio en Medio Oriente, sino también la relación entre las dos superpotencias. Putin había descartado cualquier implicación militar directa de Rusia, amparado en que el acuerdo de asociación estratégica firmado en enero con Teherán no contempla esa opción.

Sin embargo el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, evitó confirmar si Irán solicitó ayuda militar. El ruso defendió el derecho de Irán a la autodefensa y responsabilizó a Israel y Estados Unidos de poner en riesgo la estabilidad global. Además sostuvo que el potencial nuclear iraní podría ser plenamente restablecido.

Riabkov criticó que Estados Unidos, un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, ataque instalaciones nucleares, lo que calificó de un hecho "muy preocupante" y contrario al espíritu del Tratado de No Proliferación Nuclear, impulsado originalmente por Washington. "Las acciones de fuerza no fortalecen la seguridad de nadie", sentenció el vicecanciller, quien también hizo un llamado a la diplomacia, aunque puso en duda su viabilidad si Washington insiste en su tono de ultimátum. 

La "palabra con N"

Mientras tanto, desde Estados Unidos, el presidente Donald Trump elevó el tono en sus redes sociales al cuestionar al actual vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, el expresidente Dmitri Medvédev, quien sugirió que ciertos países estarían dispuestos a entregar armamento nuclear a Irán en el caso de un conflicto total. "¿De verdad lo dijo o es solo producto de mi imaginación? (...) La palabra con N no debería tomarse tan a la ligera", escribió el republicano en sus redes.

Trump buscó minimizar el peso político de Medvédev en Moscú, después de haber dejado el cargo de primer ministro en 2020, y agregó en su mensaje: "Supongo que por eso Putin es EL JEFE". El expresidente ruso, que actualmente cumple un rol en las decisiones de seguridad bajo Putin, había afirmado que "hay países que están listos para entregarle directamente sus propias armas nucleares a Irán" para que Teherán pueda defenderse.

Mientras que funcionarios del entorno de Trump insisten en que los ataques del fin de semana buscaron frenar el programa nuclear iraní, no iniciar una guerra, el propio Trump parece tener una idea más directa: en otro mensaje en Truth Social, el republicano planteó abiertamente la posibilidad de que el pueblo iraní derroque a su gobierno. Incluso cerró con un nuevo eslogan: "Make Iran Great Again" (Hacer Irán Grande de Nuevo). Horas más tarde, Trump anunció una tregua parcial en el conflicto entre Tel Aviv y Teherán.