Un importante grupo de iglesias de tradición evangélica dieron a conocer un comunicado "preocupadas ante la escalada de violencia institucional y social que se alimentan una a otra" y frente a las "reiteradas excusas casi tan violentas como las acciones que intentan justificar", que las "premian" antes que "penalizarlas". Coyunturalmente el pronunciamiento se desata a raíz de los asesinatos de Jorge Martín Gómez por un policía porteño y del anciano Vicente Ferrer , ultimado por personal del supermercado Coto.

El documento lleva la firma de las iglesias Evangélica del Río de la Plata, Valdense del Río de la Plata, Luterana Unida, Discípulos de Cristo y Metodista Argentina.

Recuerdan los evangélicos que "en el libro del Génesis nos encontramos con Caín que tras matar a su hermano Abel pregunta: Soy acaso yo guarda de mi hermano? Y la respuesta es sí. Y lo mataste. Por eso La sangre de tu hermano, desde la tierra, clama por justicia".

Advierten los firmantes que "con tan solo algunas horas de diferencia, un agente de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires mató de una patada, sin estar en situación de riesgo, a Jorge Martín Gómez, que venía caminando por una bicisenda". Y denuncian que "sus jefes policiales y políticos lo excusaron y protegieron, pero un video muestra la acción del policía con crudeza". Para las iglesias evangélicas que suscriben la declaración "la violencia policial se puede encauzar políticamente, al menos para que los casos de violencia sean penalizados en lugar de ser premiados" y, sin embargo, "hoy se da lo contrario".

Agrega el documento que en el caso del anciano asesinado por personal del supermercado Coto "no era personal del Estado, pero es plausible que represente a una parte de la población que se siente respaldada por un discurso oficial y mediático que fomenta el odio como catalizador político".

Para las iglesias evangélicas "estas actitudes ponen en riesgo la convivencia democrática" recordando que "en el pasado de la Argentina también fue necesario generar un caldo de cultivo para los experimentos autoritarios, que no nacen de repente sino que se van gestando con situaciones como las que mataron a Jorge y a Vicente". Advierten además que "los experimentos autoritarios en nuestro país han tenido un importante consenso social" y por eso "promover el odio es no solo perverso sino sumamente peligroso para todo el tejido social, porque ese discurso toca fibras que ya están presentes en la cultura y pone a rodar una bola de nieve".

Después de señalar que las iglesias se sienten interpeladas por estas situaciones y expresar la solidaridad con "las personas y colectivos sociales que las denuncian y que se comprometen en la construcción de una sociedad más justa y compasiva" los firmantes sostienen que "no podemos quedarnos como espectadores de una situación que envilece la condición humana, que quiebra los lazos de humanidad y socava los lazos de pertenencia y confianza ciudadana" porque "el bien puede más que el mal, pero el bien requiere de protagonistas".

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