La historia contará que en cuatro años de gobierno el presidente Mauricio Macri salió dos veces al balcón. Una cuando asumió. Y otra cuando se... Otra hoy, cuando una convocatoria hecha a través de las redes sociales le despabiló el sábado. “Mauricio no se va/ Mauricio no se va”, cantaron desde la Plaza de Mayo como si tuvieran certeza de que eso pudiera ocurrir en la elección general de octubre.

Alrededor de las 19, dos horas después de la convocatoria inicial, el mandatario salió a saludar al balcón acondicionado de antemano con una bandera argentina. Lo hizo junto con su esposa Juliana Awada, con quien repartió saludos con el puño cerrado y abrazos al aire. Visiblemente emocionado, se dio palmadas en el pecho en señal de agradecimiento y lanzó gritos cuyos registros de sonidos fueron inaudibles. Tiró besos con las manos, alzó los brazos al cielo y en 20 minutos se fue.

La segunda salida de Macri al balcón de la Rosada también será recordada como el día en que el Presidente utilizó la Casa Rosada para hacer campaña para las elecciones generales, tras la notable derrota que sufrió -y que aún sufre- tras las primarias del 11 de agosto. Para que esto ocurriera, y a diferencia de otras manifestaciones que se realizaron en la plaza, se abrieron las vallas para permitir que las personas se acercaran todo lo que pudieran. 

En línea con el objetivo de dotar al momento de la épica que carecía, luego el mandatario subió una selfie a las redes sociales acompañada de la frase "Gracias Argentina!!! Sigamos Juntos". 

Gritos para que “no vuelva la yegua”, gritos para “no ser Venezuela”, gritos porque “el gato no se va” y gritos “por la República” según Carrió. Gritos y más gritos con furia. Así fue la marcha por el #24A convocada por el macrismo para darse ánimos.

La protesta tuvo réplicas en plazas de todo el país. En la ciudad de Buenos Aires, la concentración comenzó en la Plaza de la República, alrededor del Obelisco, bajo las consignas “Defendamos la República” y “Vamos a darla vuelta” (se presume que a la elección).

En medio de los tantos gritos a favor de la democracia, de la libertad, de la República, de solidaridad con Venezuela, de respeto y lo que surgiera, un grupo de personas comenzó a insultar al cronista de C5N Rafael Palavecino y luego golpearon al móvil que transmitía la marcha en directo. La furia llegó a tal punto que la tarea periodística debió ser suspendida por unos momentos.


“El gato no se va/ el gato no se va”, coreaban los manifestantes en clara referencia a su líder político mientras desconcentraban el centro porteño por Diagonal Norte en dirección a Plaza de Mayo, cuando comenzó a circular el rumor de que Macri saldría al balcón. Entre ellos caminaban varias de las figuras del espectáculo que impulsaron la convocatoria a través de mensajes en las redes sociales y programas de TV o radio.

Avanzaban con uno de los gritos característicos de las campañas del macrismo: “Sí se puede/ sí se puede”, decían sin aclarar qué se podría. Pero más que alientos al partido de gobierno, lo que más se escuchó fue el “No vuelven más” y otro en tono vengador: “Ar-gen-tina/ sin-Cris-tina”, en loop.