En The Righteous Gemstones las exclamaciones de “aleluya” se mezclan con pecados variopintos, los bautismos no tienen nada que envidiar a un show del Cirque du Soleil y el tamaño de las cruces sólo es superado por la bóveda de los susodichos. Todo sea en nombre del Padre, el hijo y el Espíritu Santo (así se llaman los tres aviones de la flota personal del clan). La sátira sobre una familia de telepredicadores, recientemente estrenada por HBO (domingos a las 23 hs, disponible en Go y Flow), fue creada y dirigida por Danny McBride. Como en sus trabajos previos para esta señal (Eastbound & Down y Vice Principals), la comedia está en sintonía con las cualidades de la nueva comedia americana.

Al mirar el altar aparecen Eli (John Goodman) en el rol del patriarca todopoderoso y sus tres hijos. Jesse (McBride) es el hermano mayor que pretende modernizar el ministerio bautista con millones de seguidores en el mundo, Kelvin (Adam De Vine) se destaca como el vástago insoportable y Judy (Edi Patterson) es la hija resentida que completa el cuadro. La rutina de los cuatro, básicamente, es la de quebrar casi todos los mandamientos cristianos. Buena parte de la trama gira en torno a lo que Jesse denomina como “fuerzas oscuras que quieren destruir a la familia”. En realidad, lo chantajean con exponer su raid de alcohol, drogas y sexo. Pero este émulo de Sonny Corleone Biblia en mano, Neil Diamond dando sermones y el pastor Giménez en versión HD, no va a quedarse quieto. “Jesse se ve como alguien a quien arrojaron al peligro. Y a quien el Espíritu Santo protege”, explica el actor en charla con Página/12.

McBride es un federado en eso de interpretar tipos tan ventajeros como despreciables (Pinneaple Express; La mujer de mis pesadillas; Drillbit Taylor) para el pesar de James Franco, Ben Stiller y Owen Wilson. “Los tipos jodidos son mucho más interesantes que los buenos. Creo que están más cerca de lo que las personas realmente son. Todos somos imbéciles en nuestro interior. Creemos que nos presentamos de otro modo pero siempre queremos lo mejor para nosotros sin importar las formas. Son como necesidades primarias que nos definen en un sentido extraño. Explorarlo es buscar esa verdad aunque no queramos admitir”, repasa el actor nacido en Georgia.

-¿Los Gemstones están más cerca de Los Soprano que de Dios?

-Definitivamente hay una correlación ahí. Su dinámica es un poco como la de un grupo de forajidos. La yuxtaposición entre lo que se ve por fuera y como operan por detrás era uno de los intereses de la serie.

-Sus personajes suelen tener una presencia y una estética muy particular. ¿Cuál fue el punto inicial para crear a Jesse Gemstone?

-Es la historia realmente. En un punto parece como una sitcom familiar distorsionada. Está su trabajo, lo que hacen, quién es cada uno en esa familia y desde allí le empezás a sumarle el sabor.

-¿No fue el pelo?

-Un poco (se ríe). Queríamos imitar a esas celebridades de la música folk de los años ’70 y ’80. Como Elvis en sus últimos años arriba y debajo de un escenario. Jesse quiere proyectar eso. Él se mueve como un gangster y quiere dejárselo en claro a los demás. Tiene todas esas joyas ridículas que son como el núcleo de su ser. Y al final del día es alguien que vive en una familia rica pero que no tiene lo que debe tener para sobrevivir entre ellos. Se está probando así mismo.

-Si se busca en Google “telepredicadores” al tope aparece la siguiente pregunta: ¿por qué los telepredicadores necesitan tener jet? ¿Jesse Gemstone tiene la respuesta?

-Es una muy buena pregunta (carcajadas). Creo que tiene que ver con la idea de la prosperidad. Como que si uno tiene riqueza material es porque Dios lo ha dispuesto así. Cuanto más rico más cerca del creador. Y los Gemstones son de esa clase: el dinero les da la seguridad de que van por el camino correcto.

-¿Cómo fue el trabajo con John Goodman? No sólo actúa como un predicador, sino que con su aspecto gigantesco realmente lo parece.

-Es el prototipo de lo que queríamos. Luce poderoso y fuerte, alguien que le puede pegar un sopapo a su hijo sabiendo que no va a recibir respuesta. Lo primero que te llega es su presencia de comandante. Pensamos que nunca lo tendríamos. Es increíble contar con él.

-En Eastbound & Down usó el contexto del baseball, en Vice Principals fue la educación y ahora es la religión. ¿Está haciendo su gran fábula americana a partir de estos tópicos?

-Totalmente (risas). Son como los basamentos de la cultura estadounidense o al menos de como se ve exterioriza. Es lo que tenemos. Estas figuras religiosas tienen todo su credo, son presentadas de cierta manera y después quedan expuestas por sus pecados. Es una caída muy interesante. Quizás los Gemstones tengan que ir a la Argentina ver cómo están las cosas allá y sacar material.

-¿Qué consejo le daría Jesse a sus otros Kenny Powers y Neal Gamby, los protagonistas de sus series previas?

-Jesse les diría que dejen su diezmo y que todo el resto va a estar bien. Tiene un único interés (risas).

-Usted tiene una tía que trabaja en un Ministerio. ¿Le ha hecho algún comentario?

-Espero que me siga hablando después de ver el programa.