El dólar oficial marcó una baja de 5,8 por ciento y cerró en 58,41 pesos. Este lunes fue el primer día de controles cambiarios. Fue una jornada particular porque hubo feriado en Estados Unidos y el volumen de operaciones financieras se reduce notablemente. Los próximos días serán claves para evaluar cómo decanta el control a la compra de divisas en las expectativas de devaluación de los inversores.

El mercado este lunes parece haber calculado que en las próximas semanas no habrá presiones en materia cambiaria. Los motivos son simples. Los exportadores tienen la obligación de vender sus divisas (y no pueden recomprarlas). Las empresas no tienen acceso al mercado de cambio para ahorrar en moneda extranjera. El aumento de la oferta y la caída de la demanda debería en el corto plazo bajar la tensión de la divisa.

Los contratos de dólar futuro mostraron esta primera interpretación de los inversores. Hubo una fuerte caída en los precios del dólar para todos los plazos. Los vencimientos de octubre se negociaron a 60 pesos contra los 71 del viernes (la cotización bajó 11 pesos). Los contratos de diciembre cerraron a 70 contra los 82 de la semana pasada (-12 pesos).

Los interrogantes que aparecen hacia adelante son varios. El primero es qué ocurrirá con la tasa de interés en pesos. En el inicio de la semana el Central decidió reforzar la política monetaria contractiva y elevó del 83 al 85 por ciento la tasa de interés de las Leliq. Se trata de un rendimiento que difícilmente pueda sostener con el correr de los días.

Las empresas ahora que no pueden comprar divisas para atesorar tiene menos alternativas para manejar su liquidez. Pueden mantener su dinero en plazos fijos o pueden disponerlos en la bolsa (comprando acciones o bonos). Tasas de referencia del 80 por ciento sobre una cantidad de saldos disponibles mucho mayores (todo el dinero que hasta ahora se dolarizaba) serían un combo explosivo en poco tiempo.

La pregunta del millón es cuánto puede bajar la tasa de interés sin despertar el incentivo de las empresas de comprar divisas en el mercado paralelo. Por ahora la brecha cambiaria entre el oficial y el mercado negro se ubicó en torno del 10 por ciento. El mismo dólar que las casas de cambio vendían a 57 pesos se pudo comprar a 63 pesos por la ventanilla informal. En las mesas de dinero consideran que esta brecha puede ampliarse algo más. En las operaciones del lunes el oficial terminó en baja y el paralelo para arriba.

Las operaciones de contado con liquidación (transacciones para hacerse de divisas a partir de la compra y venta de bonos) no quedaron finalmente reguladas por el Banco Central y pueden ser una referencia para la brecha cambiaria. La reacción de los inversores será algo más clara a partir de este martes con la apertura de los mercados de Estados Unidos.

Los títulos públicos y las acciones registraron un rebote importante pero con poco volumen. Los de mediano y largo plazo llegaron a subir hasta 12 por ciento. Se destacó el avance de las series Discount (9 por ciento) y del Bonar 2037 (11 por ciento). La bolsa porteña marcó un alza de 6,3 por ciento. Las energéticas y las firmas exportadoras lideraron el avance del MerVal con aumentos superiores al 10 por ciento.

Las reservas internacionales del Central continuaron bajando a paso acelerados. Esta vez no fue por la venta de divisas de la autoridad monetaria (no se subastaron dólares). Fue resultado de la salida de depósitos. Desde la entidad mencionaron que enviaron liquidez de las reservas a los bancos para que puedan abastecer el retiro de depósitos sin fricciones. El descenso de las reservas fue de 954 millones de dólares.

Los depósitos en dólares bajaron a paso acelerado en las últimas semanas. El Central publicó el dato al 28 de agosto. Ese día la caída fue 427 millones. Desde el viernes anterior a la elección el retroceso acumula 3936 millones (12 por ciento del total).