El Gobierno volvió a patear la pelota para adelante. El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, no irá este miércoles al Congreso para explicar los alcances del “reperfilamiento” de la deuda. Y el oficialismo tampoco enviará al Senado el proyecto para postergar los vencimientos de la deuda en pesos bajo legislación local, como se había anunciado. La decisión se tomó en Casa Rosada, tras un encuentro de Lacunza con los principales interlocutores legislativos del oficialismo, del que no participaron los referentes parlamentarios del radicalismo. El senador PRO Federico Pinedo, fue el encargado de hacerlo público: “El Gobierno decidió buscar consensos políticos antes de enviar el proyecto de deuda al Senado, por lo que se suspenderá la presencia del ministro para generar el diálogo correspondiente”, anunció el presidente provisional del Senado. En la oposición se sucedían las reuniones, que continuarán en las próximas horas, para unificar posiciones: a pesar de la cautela que expresan sus legisladores, en el Frente de Todos crece la postura de “no quedar pegados” a las decisiones que toma el Gobierno unilateralmente sobre el endeudamiento que el mismo Ejecutivo asumió esquivando la intervención del Congreso.

Después de difundir el mensaje, Pinedo le comunicó oficialmente al senador peronista formoseño José Mayans que Lacunza no asistirá a la comisión bicameral de  Seguimiento y Control de la Deuda Exterior (creada en paralelo a la ley que autorizó en 2016 el pago a los fondos buitre). Mayans, que preside esa bicameral, levantó formalmente la convocatoria que prometía una asistencia mucho más amplia que los veinte legisladores que la integran.

La decisión se adoptó en un encuentro que Lacunza mantuvo en Casa Rosada con el ministro de Interior, Rogelio Frigerio; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto; el secretario de Interior, Sebastián García de Luca; y el propio Pinedo. Con esa avanzada, el oficialismo buscará “consensos” con la oposición parlamentaria, por ahora estancados. Para el oficialismo, la bicameral es un escenario para el lapidamiento del ministro. Prefieren otro más amigable, como una comisión en manos de los propios.   

Del encuentro no participaron los radicales que presiden los interbloques de Cambiemos en ambas cámaras: Luis Naidenoff (Senado) y Mario Negri (Diputados).

Más tarde, tras su arribo a Buenos Aires, el cordobés Negri y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, fueron juntos hasta Balcarce 50 para enterarse de los detalles de la postergación. En principio, la idea es “pulir” la redacción del proyecto e incorporar algunos pedidos opositores para enviarlo al Senado antes del fin de semana o principios de la próxima, para abrirle puertas a un trabajoso y difícil acuerdo.

La reacción opositora

Tras la postergación, en el Senado se sucedieron las reuniones entre diversos legisladores de la oposición. Entre los senadores peronistas prima la “prudencia” y prefieren dar opinión recién cuando conozcan “la letra chica” del proyecto oficial. También esperan para conocer otros detalles: el orden de las medidas adoptadas, el por qué de apurar el diferimiento de deuda en pesos y bajo jurisdicción argentina (que es la que abordará el único proyecto que se enviará al Congreso) y a mediano plazo “con vencimientos en 2020”, cuánto y cuál es la composición de esa deuda, cuántos son los afectados, además de saber si los bonistas en pesos tendrán las mismas condiciones que los extranjeros, en dólares y bajo legislación extranjera.

Los senadores que integran el Frente de Todos no están dispuestos “a quedar pegados” con las decisiones que toma el gobierno de Macri con la deuda que contrajo sin consultar ni darle intervención al Congreso. Y volvieron a insistir en que Guido Sandleris, que asumió al frente del Banco Central sin la aprobación del Senado y que nunca fue al Congreso, rinda explicaciones. El jefe del bloque de senadores del Frente para la Victoria-PJ, Marcelo Fuentes, sostuvo que volverán a citar al presidente del Banco Central para que explique “las restricciones al mercado cambiario” y las medidas con que acompañará esa decisión.

Tampoco causa empatía que Lacunza y Sandleris insistan en repetir que la crisis se desató “por la incertidumbre electoral” generada por el resultado de las elecciones primarias.

Por su parte, el candidato presidencial de Consenso Federal, Roberto Lavagna, celebró que "las nuevas autoridades hayan mostrado una capacidad para reconocer la situación", aunque igualmente cuestionó el endeudamiento del Gobierno. De todos modos, la escasa representación parlamentaria de Consenso Federal no alcanza para entusiasmar al oficialismo.