Música para chicos, no música infantil. Así presentan con convicción lo que hacen los Aguafiestas, la banda de rock (entre otros géneros) que ya cumple diez años. Para celebrar el redondo onomástico, abre las puertas de su Feria de atracciones: “Los personajes más extraordinarios jamás vistos, los juegos más apasionantes y una invitación para bailar al ritmo del rock and roll”, según se anuncia. La fiesta será el sábado 7 de septiembre a las 15 en La Usina del Arte (Pasaje Agustín Cafarenna 1), con canciones “de todos los tiempos”. Y, como todo cumpleaños que se precie de tal, con entrada libre y gratuita.

Será además una función de gala donde habrá invitados especiales: la Orquesta Infantil y Juvenil del barrio porteño de Balvanera realizará la apertura de la tarde, con lo mejor de su repertorio. Como varios de los integrantes de Aguafiestas son también profes de música, hay alumnos entre las filas de la orquesta.

Leandro Troglio y Mariano Gago (guitarra y voz), Noelia Luna y Fernando Abbate (animación y voz), Francisco Antoniassi (batería), Lucas Herrera (teclado y bajo), Agustín Rolando (acordeón, guitarras y voz) hacen Aguafiestas. Así se llaman debajo del escenario, según acusan sus DNI. Pero en escena son Alexis Salaberry, Andy Agogó, Noelia Luna, Totolo, Frank Nanini, Luke Ferrigno (el hijo del Increíble Hulk) y Rolovski, el ruso que toca el acordeón (“antes era soviético, ahora es ruso”, aclaran). Cada uno tiene su look y su personalidad escénica puesta en juego, una vez comenzada la función.

El rock de los primeros tiempos del género es lo que le dio su marca inicial a este grupo, que también sabe llevar bien a escena los recursos del contacto cotidiano con los chicos y chicas: juegos de roles, momentos más teatrales, participación del público. En sus primeros discos, los covers de clásicos en inglés traducidos “a la Aguafiestas”, y los temas de Los Gatos o Almendra formaban el repertorio: de “La chica del paraguas”  y “Campos verdes”, a The Beatles, Rolling Stones, The Doors y Pink Floyd.

“Lo que nos atrajo de ese sonido era que representaba cierta infancia del rock. Lo mejor de la infancia: esa mezcla de inocencia, arrojo, descubrimiento. Y sobre todo creación: se estaba creando todo un estilo y un movimiento”, se pone a pensar ahora Leandro Troglio. Después de discos como Chica del paraguas, En el aire y Muchachita del oriente, los Aguafiestas se lanzaron con El rock es cosa de chicos con temas propios, aunque siguiendo una misma línea en la música, en la estética y en el modo de pensar la propuesta.

“Pensamos en los chicos primero, que sean historias que a ellos les puedan interesar. Pero no por eso las ‘infantilizamos’”, advierte Troglio. “No pensamos ni en hacer música sencilla porque si no los chicos ‘no la van a entender’, ni tampoco en ver todo desde la perspectiva de los chicos. Uno puede inventar una ficción de meterse en la piel de un chico, pero no todo es mimético. Los chicos también quieren saber cómo piensa un adulto o algún personaje. Tampoco podríamos plantear todo sólo desde la perspectiva de un adulto, porque hay problemáticas de las que ellos están afuera. Hay muchas cosas por las que los chicos se preguntan, se interesan, se sorprenden, les da miedo o les da risa. La canción es un buen lugar para meternos juntos en esas cuestiones”, marca el guitarrista.

Por eso, puede aparecer un tema como “Cotton Boy”, desde la perspectiva de un nene que trabaja en un algodonal. “Por el nombre puede remitir al sur de Estados Unidos, pero hay niños que trabajan acá en algodonales. Lo planteamos como una ficción, no es una denuncia, pero es una historia que nos interesa contar”, dice su creador. Y también una “Fiesta en el cementerio”, bien a lo Tim Burton o a lo Coco; o la festiva “Salten las butacas” (que puede ser obedecida al pie de la letra). “Tratamos de pensar las letras desde diferentes perspectivas, no solo la de un hijo o un padre. Que sean historias que puedan disparar sentidos tanto para los adultos, como para los niños. Obviamente, pensamos primero en los chicos. Salvando las distancias, lees Pinocho o Huckleberry Finn, o ves ciertos dibujitos animados, y te copás a la par de un pibe”, grafica Troglio.

Con estas canciones, el espectáculo que presentarán en la Usina es una Feria de atracciones con sus elementos y sus personajes: los presentadores, el ‘hombre más fuerte del mundo’, el mentalista, la vidente, el freaky o ‘fenómeno’, el hombre rata. Y también hay juegos: calesitas, sortijas, el sapo para embocar. En el medio, hay muchos momentos teatrales, de participación y de interacción con el público.

“Fue una gran experiencia poder ser parte de una movida que creció en estos últimos años. Todos los vimos la cantidad de bandas que hay y los circuitos nuevos que se armaron. Nos pone muy contentos como artistas poder tener ese lugar y ser parte de eso”, marca el músico pensando en el movimiento de música para chicos y chicas que, por cierto, creció y mucho a nivel local. “Nos sentimos muy agradecidos y afortunados. Cada vez que tocamos y vamos pensando cosas nuevas, se nos van develando nuevas perspectivas acerca de los chicos: cómo ellos ven las cosas, qué complejo que es su mundo. Estamos muy agradecidos de haber podido crecer juntos”.