Las autoridades de Cataluña pidieron “recuperar el diálogo” con el gobierno español para poder ejercer su “derecho a la autodeterminación”. Fue durante la celebración de la Diada, nombre que recibe el día nacional de esta región que aspira a su independencia de España. El acto se dio en un momento de incertidumbre política para el gobierno regional catalán, en manos de secesionistas, por las altas probabilidades de que se celebren nuevas elecciones generales en España. También en octubre se conocerá la sentencia judicial contra 12 de los líderes implicados en el intento de separación de 2017. Unas 600.000 personas asistieron a la movilización en el centro de Barcelona.

Con motivo de la festividad nacional, el presidente catalán, Quim Torra, insistió en que el derecho a decidir es la única posibilidad de resolver el conflicto político con España. "Si aún no somos libres es porque no hemos acabado el camino", aseguró Torra, quien próximamente será juzgado por desobediencia al haberse negado a retirar de edificios públicos los lazos amarillos con los que el movimiento independentista se solidariza con sus dirigentes presos. "Los pueblos forman parte de los Estados por dos vías: por voluntad o por imposición; por adhesión o por represión. Solo hay una forma de resolver esta disyuntiva, que es ejerciendo el derecho de autodeterminación", remarcó. La festividad de la Diada recuerda la caída de Barcelona ocurrida el 11 de septiembre de 1714 ante las tropas del rey borbón Felipe V, durante la guerra de Sucesión española. La fecha se transformó en el mito fundador de la nación catalana que reclaman los secesionistas.

La participación, estimada en 600.000 personas por la policía barcelonesa, es la más baja desde que la Diada expresa el deseo de separación catalana, siete años atrás. Tanto en 2018 como en 2017 participaron alrededor de un millón de personas, según fuentes policiales. "Volvemos a ser centenares de miles de personas que llenan las calles de Barcelona", celebró Elisenda Paluzie, presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), organizadora del acto. "Ésta es la Diada más difícil de las que hemos organizado. No sólo no hemos avanzado sino que se dan pasos atrás", reconoció la dirigente, en relación a la búsqueda de la independencia.

El ánimo fue muy distinto al de octubre de 2017, cuando impulsaron un referéndum de autodeterminación y proclamaron una efímera república en esta región de 7,5 millones de habitantes. Algunos de sus líderes llevan casi dos años en prisión preventiva por presunta rebelión y se arriesgan a duras penas de cárcel. En el caso del principal acusado, el ex vicepresidente regional Oriol Junqueras, la fiscalía pide 25 años. "Hoy volveremos a enseñar al mundo que persistimos a pesar de la represión”, escribió en Twitter el expresidente de Cataluña Carles Puigdemont, exiliado en Bélgica. Los retratos de los presos se hicieron presentes en la manifestación que tuvo como lema: "objetivo independencia". En octubre se conocerá la sentencia del Tribunal Supremo contra los doce dirigentes juzgados por el intento de secesión de 2017.

Las discrepancias se multiplican entre los dos partidos separatistas que comparten el gobierno regional sobre cómo impulsar nuevamente la secesión. Juntos por Cataluña (JxC), de Puigdemont y su sucesor Quim Torra, llama a la "confrontación" con Madrid si el Supremo emite una sentencia condenatoria. En cambio, el partido de Junqueras, Izquierda Republicana (ERC), apuesta por el diálogo con el gobierno socialista español.

La vocera del gobierno regional, Meritxell Budó, defendió el diálogo e instó a una movilización "masiva y cívica" para recuperar la democracia y los derechos y libertades nacionales de Cataluña. En un momento del acto irrumpió el himno de España, procedente de una habitación de un hotel próximo al acto, que provocó malestar entre los asistentes. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien también participó de la conmemoración, volvió a reclamar "acuerdos" y "entendimiento". Y reiteró su solidaridad con los líderes sociales y políticos presos.

Desde el Congreso en Madrid también se manifestaron sobre el tema. "Creemos que la represión es el peor de los caminos para solucionar conflictos políticos", dijo la vocera del grupo independentista JxC, Laura Borras. Aprovechó su intervención en la sesión para pedir al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que escuche a los catalanes, y se lamentó por que los dirigentes presos puedan ser condenados. "Ni la represión ni el exilio pueden acabar con las ansias de independencia”, subrayó. “Deseó que llegue un día en que la Diada sea la fiesta de todos los catalanes y no de una parte", expresó, a su vez, Sánchez que lleve adelante negociones con Unidas Podemos en la búsqueda de formar gobierno y evitar nuevas elecciones.