Del WhatsApp al territorio. Esa fue la conclusión principal del encuentro de jefes de campaña de Juntos por el Cambio que encabezó el jefe de Gabinete, Marcos Peña . Hubo distintos discursos -en más aguerrido, el de Miguel Pichetto, contra los planes sociales- que llamaron a volver a una campaña más tradicional, algo que también plantearon los radicales presentes. Peña explicó que lanzaron una campaña con la consigna "Sí, se puede ", que inició el presidente Mauricio Macri y que implicará un itinerario de 30 ciudades en un mes. También intentarán lograr una concentración de un millón de personas en todo el país el 19 de octubre. Hubo mucho optimismo y hasta pedidos de echar a los funcionarios que se tomen vacaciones durante la campaña. 

Luego de un mes de zozobra e internas, el encuentro de referentes y jefes de campaña oficialistas, en la sede central del PRO, buscó retomar las reuniones para delinear estrategias hacia el Aconcagua del 27 de octubre. Esta semana les tocó a coordinadores de las campañas; la que viene, se reunirán candidatos. En un comunicado, sintetizaron los planteos que hubo en las oficinas de Balcarce: "Potenciar el trabajo en el territorio, estar más cerca de la gente y mejorar la fiscalización". En general, el encuentro funcionó para intentar levantar los ánimos golpeados de los macristas.

La idea del territorio cruzó todos los discursos, incluso el de Peña, quien encabezó el encuentro en su momento de mayores cuestionamientos. El jefe de Gabinete insistió en que cree que llegarán al ballottage y planteó que “todavía queda mucho por delante”. Para eso, quiere "recuperar la mística" y movilizar a la población. Lo escuchaban el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; su número dos, Sebastián García de Luca, y el presidente del PRO, Humberto Schiavoni. Poco antes habían comido choripanes en la terraza de las oficinas del PRO. ¿Una peronización de sus costumbres?

Cuando les llegó el turno a los radicales, se mostraron partidarios de utilizar menos las redes y más las campañas tradicionales. Así lo dijo el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien sostuvo que  “hay encarar el trabajo desde la tarea de articular la campaña nacional con el territorio”.

Pelea por los planes

El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, cuestionó la distribución de programas sociales en organizaciones cercanas al kirchnerismo, un tópico que luego retomaría Pichetto. “Enfrente tenemos el pasado, gente que es más de lo mismo”, aseguró. Remarcó que hay que recorrer los barrios más carenciados, no sólo darle paliativos a través de otras organizaciones vinculadas al adversario. 

Pichetto insistió con el territorio: “Pongamos energía, la gente nos está mirando y está esperando que demos esta batalla y que estemos a la altura. Es fundamental estar en las calles”. Dijo que no hay que dar por perdida la elección. Y luego emprendió contra los punteros: dijo que los movimientos sociales deben ser controlados más efectivamente por el Estado y no tienen que ser capitalizados por ellos. Todos fueron mensajes destinados a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley que, según publicó Perfil, tuvo un cruce por el mismo tema con su par de Seguridad, Patricia Bullrich, a la que trató de "desestabilizadora" en una reunión de Gabinete. 

Desde el entorno de Stanley -que estuvo muy brevemente en el encuentro- buscaron bajarle el tono a la pelea. Algunos señalan que Pichetto se encuentra "mal informado". "Dijo que el 75 por ciento del presupuesto se va en planes sociales. Eso es falso. El 75 por ciento es social, no quiere decir que sean todos planes", advertían. 

Pichetto tuvo otras frases picantes: por ejemplo, pidió que echen a los funcionarios a los que se encuentre de vacaciones o a los que se descubra que fomentan el corte de boleta con Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Además, pidió que "dejen de mandarle la AFIP a la clase media".

Más calle

En suma, el encuentro planteó que Macri tendrá que estar mucho más en la calle, que le intentarán un "Macri Móvil" e incluso se habló de armar las tradicionales caravanas. No habrá más actos 360. La campaña del "Sí, se puede" que plantea recorrer 30 ciudades donde hay posibilidades para los macristas de recuperar votos, implicará un discurso de defender la gestión ("Sí se puede tal cosa o tal otra", dirán los mensajes). El objetivo allí es fidelizar el voto que ya consiguieron y recuperar algo de épica.  Es, a todas luces, un retorno a un tipo más tradicional de campaña, luego del notorio fracaso de la estrategia de Peña y Jaime Durán Barba en las PASO. El consultor ecuatoriano, por cierto, no estuvo en el encuentro. Tampoco el jefe de Gabinete de María Eugenia Vidal, Federico Salvai. Fue Federico Suárez, el funcionario bonaerense que todavía conserva una buena relación con Peña. Queda claro que la campaña de la gobernadora no obedecerá a las directivas del jefe de Gabinete. Harán su propia campaña.

Al que ya ni esperaban ver es al gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, actual titular de la UCR: hace tiempo que decidió no aparecer en una foto más con Macri, especialmente antes de las elecciones en su provincia el 29 de septiembre. En materia de estrategias, también se autonomizaron Córdoba y Santa Fe, con sus propios esquemas volcados hacia una campaña más tradicional. En esas dos provincias, habrá más visitas de Macri. La recorrida de las 30 ciudades se centrará en los distritos donde ven más "voto posible". En general, son los grandes centros urbanos del país. Los dirigentes de Juntos por el Cambio también se mostraron optimistas con una convocatoria de los Defensores del Cambio para el 19 de octubre. Planean reunir un millón de personas en distintas ciudades. Optimismo a prueba de crisis económicas.