Tres noches de convocatoria admirable y variada, con sede en Teatro El Círculo (Laprida 1223). En su tercera edición, Noches de piano reunirá los talentos de Leo Maslíah; Yanina Bolognese y Alejandro Bluhn; Joel Tortul y Julián "Chula" Venegas (el viernes 27, a las 21); Adrián Iaies y Mariano Loiácono; Lucas Querini y Simón Lagier; Andrés Beeuwsaert (sábado 28, a las 21); Haydée Schvartz y Elías Gurevich; y Alexander Panizza (domingo 29, a las 20).

"El piano es un objeto muy especial, una especie de monstruo (risas) que puede absorberlo todo. Con esa capacidad infinita que tiene, desde su lugar sonoro, desde su polifonía, desde su naturaleza percutiva y también de cuerda, más su lugar histórico, hace posible nuclear tantas vertientes", distingue Haydée Schvartz a Rosario/12. O como refiere Lucas Querini: "Apuestas de producción semejantes con este tipo de música, y en función de la situación, no abundan; es importante destacar y valorarlo, porque artísticamente son muy valiosas para la ciudad". Más la apreciación que destila a este diario Leo Maslíah: "Creo que predispone de manera especial, de la misma manera que si uno va a un cine donde se anuncia que se va a proyectar La Cenicienta. En este caso se trata de un festival de piano y mi expectativa es que el público que asista esté predispuesto a esto y no a un circo de focas o de pulgas amaestradas, ya que en ese caso la frustración sería grande".

"Para mí la música es una sola, hay distintos géneros. Perdón que lo diga así, pero la música es buena o es mala. Hay músicas que son insoportables y músicas maravillosas. El resto es una cuestión de género, así que generar un proyecto así me parece muy atinado y hermoso", continúa Schvartz, quien por primera vez tocará en Teatro El Círculo. La pianista conforma con el violinista Elías Gurevich un dúo que ya tiene once años de existencia; "hace poco nos otorgaron el premio Konex en música de cámara, también por el peso de esta trayectoria, porque no es sólo la cantidad de años sino, y lo digo con todo orgullo, por todo lo que hemos podido desarrollar. En este sentido, hemos hecho prácticamente todo el repertorio de la música llamada 'clásica', creo que no nos quedó nada por hacer, además de obras encargadas a compositores vivos y estrenos. Para la ocasión hemos elegido dos obras que nos gustan mucho: la sonata de Ravel y la primera sonata de Brahms".

De tarea prolífica con orquesta La Biaba, en este caso Lucas Querini profundizará una veta que ha tomado como desafío: "Es la tercera vez que me convocan y estoy muy agradecido, porque el ciclo ha sido un fuerte motor para que personalmente me tome en serio una idea más solista. Hasta el momento venía trabajando en grupos, con colaboraciones, pero no me había pensado como solista de piano; así que empecé a generar un repertorio propio, ya que como pianista me pienso más como compositor que como pianista intérprete de otras músicas. La propuesta que voy a llevar tiene que ver con ir acercándome a ese objetivo, a ese deseo, que es tener un repertorio de música mía, para poder tocarla desde el piano solista, o en este caso, acompañado por (el violinista) Simón Lagier". Maslíah, en tanto, explica que será "un repertorio acotado porque somos tres números por cada fecha, pero yo voy a entrar al escenario sabiendo qué voy a tocar. Van a ser en gran parte cosas de mi autoría".

 
Leo Maslíah trae un repertorio de su autoría.

Sobre Brahms y Ravel, Schvartz señala que "particularmente en esta sonata de Brahms, hay algo de la esencia de su música que está muy condensado, con una sonoridad que traspasa cualquier barrera. Hay algo del color que es muy fuerte. Ravel es otro tipo de color, con un agregado un poco más festivo, porque en el segundo movimiento hay una especie de homenaje al jazz, a través de un blues; es una sonata divina y divertida".

En sintonía con el violín de Simón Lagier, Lucas Querini presentará Música sin límites, inspirada en los sonidos del litoral y la pampa húmeda argentina, de Uruguay y Brasil. "Estoy en una búsqueda de identidad fuerte, de ver por qué me gusta lo que me gusta, por qué me gusta hacer música de esta manera. A veces pareciese que son músicas distintas pero están muy vinculadas: el tango, el chamamé, la música del sur de Brasil, la de Uruguay, tienen una raíz afro, una raíz europea, una raíz que las vincula", agrega Querini.

El público que Leo Maslíah ha construido en sucesivas visitas a la ciudad, le permite constatar que "Rosario es uno de los lugares que mejor me recibió a través del tiempo. Sin embargo, la última vez que estuve, una parte del público no estaba afín a escuchar la parte pianística de mi repertorio, que estaba anunciada. Espero que esos descerebrados no vayan esta vez, ya que si no entienden lo que toco, tampoco entendieron nada de lo que canté o conté en estos años, aunque hayan creído que sí".