Desde Santa Fe

La semana de espanto, como la llamó la madre de una de las víctimas, siguió ayer con la muerte de un chico de 25 años, Maximiliano Olmos, perseguido y ejecutado en la calle de dos balazos para robarle su moto nueva, recién comprada. Fue el séptimo homicidio en siete días, seis de ellos impunes porque la Policía ni siquiera tiene pistas de los asesinos: 70 crímenes en lo que va del año en Santa Fe. Una conmoción social que puso en foco al ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, quien el miércoles intervino la Unidad Regional I y desplazó a sus jefes; el jueves, los diputados del Frente Progresista cajonearon por una semana un pedido para interpelarlo en la Legislatura el jueves que viene; y dos marchas multitudinarias hasta la Casa Gris le exigieron su renuncia, entre consignas de enojo y dolor. El propio Pullaro admitió la crisis y el desborde de violencia que calificó como una "situación realmente muy grave".

"Es un espanto lo que vivimos", dijo ayer la mamá de Julio Cabal, el joven psicólogo y músico de 29 años asesinado de un balazo a quemarropa en un intento de robo en el negocio de su padre, en el macrocentro.

La escalada había comenzado el viernes 13, en el barrio San Lorenzo, donde otro joven de 34, Juan Pablo Alvarez, fue fusilado en la calle: un sujeto lo interceptó, le disparó dos balazos en el tórax y, ya en el suelo, un tiro de gracia en la cabeza.

El sábado se descubrió el femicidio de la enfermera del hospital Cullen, Cecilia Burgardt, de 42 años, que estaba desaparecida desde el día anterior, pero porque sus hijas fueron a buscarla a la casa del imputado por el hecho. A la tarde, su sucedieron otros dos crímenes: en el barrio San Agustín, en zona norte, un chico de 20, Mauro Navarro, fue apuñalado dos veces por la espalda y falleció. Y en Liceo Norte, un ataque a tiros desde un automóvil le costó la vida a Hernán Aguirre, de 27 años.

El domingo, fue asesinado otro pibe de 20 años, Julio Ernesto Benítez, también a puñaladas, en el barrio Santa Rosa de Lima.

El martes, murió Julio Cabal, en un intento de asalto al comercio de su padre, en Mendoza al 2200, frente al Colegio Nacional, que generó una conmoción social que obligó a Pullaro a intervenir la Unidad Regional I, remover a sus jefes y designar interventor al subjefe de la Policía de la provincia, Carlos Pross, "hasta que la situación se estabilice", dijo el ministro.

El jueves, siguió la persecución y el asesinato de Maxi Olmos para despojarlo de su moto en la zona norte. "Me quitaron la vida", dijo su mamá, desconsolada por una pregunta: por qué mataron a su hijo si ya le habían robado la moto.

La semana que viene, el jueves, el ministro Pullaro deberá comparecer en la Legislatura para dar explicaciones. La interpelación la pidió el diputado peronista Leandro Busatto, pero en la comisión de Labor Parlamentaria se acordó convertirla en un encuentro en el despacho del presidente de la Cámara, Antonio Bonfatti, a puertas cerradas. En la anterior, ni siquiera dejaron ingresar a los taquígrafos.

"Santa Fe tiene la tasa de homicidios más alta del país", dijo Busatto al exigir la presencia de Pullaro en la Cámara. "En ocho de los últimos doce años la provincia se ubicó como la más violenta del país, según estadísticas del Ministerio de Seguridad de la Nación. En 2002, la provincia ocupaba el octavo lugar. En el último mes fue escenario de múltiples hechos delictivos. Sólo en los últimos siete días, en la capital provincial se cometieron siete homicidios. Entre ellos, el feminicidio de la enfermera Cecilia Burgadt" y el asesinato Julio Cabal, a sólo cuatro cuadras del despacho del ministro de Seguridad.

"Hubo otros hechos" dijo Busatto y mencionó los crímenes en los barrios San Lorenzo, San Agustín, Liceo Norte y Santa Rosa de Lima. "Creemos necesario" que Pullaro "venga a dar explicaciones" por esta zaga que "pone en grave peligro" a santafesinos y santafesinas.