Miguel Angel Pichetto sigue en su gira anticomunista. El candidato a vicepresidente de Mauricio Macri sostuvo que, si gana el Frente de Todos, los que tengan "una vivienda de más lo van a tener que entregar a la revolución". Sin reparar en que terminó la Guerra Fría, Pichetto se despachó contra sus adversarios a los que acusó de querer impulsar una reforma agraria y de querer confiscar sus viviendas a la población. También aseguró que Estados Unidos "no va a tolerar" muchas de las cosas que haga el futuro gobierno de Alberto Fernández en materia de política exterior.

Desde la derrota en las PASO la mayoría del espacio oficialista moderó sus intervenciones públicas, con dos excepciones: Elisa Carrió y Micky Pichetto, que siguen con el mismo modo agresivo y de campaña negativa de antes del resultado negativo. El senador volvió a agitar el fantasma del comunismo, que ya había utilizado antes al calificar de "marxista" al candidato a gobernador bonaerense Axel Kicillof. Esta vez se basó en unas declaraciones del intelectual Horacio González y en otras, de hace algunos días, del dirigente social Juan Grabois. Es decir, de dos personas que no forman parte del equipo de campaña de Alberto Fernández. 

"No se sabe qué revolución imaginaria quieren construir en el siglo XXI, con ideas viejas que atrasan 70 u 80 años. Esto es lo que está en debate en la sociedad: hacia dónde va el país", lanzó Pichetto, quien sostuvo que a muchos les están impidiendo hablar durante la campaña. “Hace poco Larroque dijo ‘bueno, ahora que hablen los moderados’. No puede. Porque allí abona cierto resentimiento, cierta visión clasista, que los hace aparecer aunque no puedan: seguramente deban tener la palabra prohibida todos estos. Pero hablan igual, porque no pueden callarse o contenerse. En el fondo son tontos: expresan posiciones que atrasan en la sociedad”, los insultó Pichetto.

Y buscó asustar a la población con una suerte de Gobierno comunista: "Reforma agraria, expropiación, ‘tomemos los shoppings’. Los que tengan una vivienda de más, porque a lo mejor es el ahorro de toda su vida, una casa y un departamento, el departamento lo van a tener que entregar a la revolución", aseguró Pichetto. No aclaró a qué revolución se refería.

También volvió a hacer eje en la figura de la candidata a vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en medio de los lamentos del macrismo de que no sea la protagonista de la campaña. "Cristina Kirchner va a ser una figura central y va a gravitar en la decisión. No la veo retirada. Vamos a ver si ganan, yo tengo muchas dudas", planteó sobre el resultado de las elecciones generales del 27 de octubre. Según Pichetto, las palabras de Horacio González sobre la importancia de CFK "definen claramente dónde está el poder". Fue un nuevo intento de ningunear a Alberto Fernández, algo que ya intentaron antes de las PASO. “No me sorprende. González expresa visiones de izquierda, que abonan otras expresiones como la de la expresidenta, que habla de un ‘nuevo contrato social’”, soltó Pichetto, quien tal vez no reparó que su aliada Carrió se la pasó años usando la fórmula del "contrato social". 

También Pichetto cuestionó que se piense en una política exterior diferente a la planteada por el Gobierno de Cambiemos, con un alineamiento con los Estados Unidos. Y llegó a decir que el país del norte no lo permitirá: "Me preocupa mucho el rumbo de la política internacional. La Argentina, de seguir este espíritu bolivariano, va a quedar aislada. Esto no lo va a tolerar Estados Unidos, ni Brasil". El senador no detalló de qué manera va a expresar esa "intolerancia" Estados Unidos, y si es que cuenta con información privilengiada. 

Pichetto insistió en que le gustaría debatir con Cristina Fernández de Kirchner y los candidatos a vicepresidente de los distintos espacios. "La Cámara Nacional Electoral me planteó que no había recursos. Pero estoy dispuesto a ir a cualquier canal de televisión", advirtió. No explicó si el debate sería sobre comunismo o capitalismo, como planteó en la primera parte de la campaña.