Desde aquel 18 de septiembre de 2015 hasta la edición de este libro no sólo pasaron algunos años sino que ellos albergaron la masificación del feminismo a través de la consigna “Ni Una Menos” y de la lucha por la legalización del aborto en nuestro país, y con ecos en otros países de América Latina, la publicación y traducción al castellano de Cuerpos aliados y lucha política, la intensificación del debate acerca de la regulación del trabajo sexual, la acentuación de ciertos límites de las luchas identitarias, una renovación de la discusión por la institucionalización de las manifestaciones públicas, el creciente debate acerca de las derivas punitivas de los movimientos emancipatorios, entre otros acontecimientos recientes que el libro plantea con paciencia, reflexión y tratando de contemplar las aristas más complejas desde una perspectiva que no por crítica se vuelve menos amable. Así, en 69 páginas se condensan algunos de los temas clave de los movimientos de resistencia contemporáneos desde las perspectivas propuestas por Judith Butler y con las pertinentes traducciones sudacas que Virginia Cano y Laura Fernández Cordero logran esbozar, no para adecuar los acontecimientos a categorías preestablecidas y heredadas del Norte Global sino, por el contrario, en una conversación en la que la lengua butleriana se deja interpelar y disputar, des/articular.
El libro es un coro compuesto a tres voces, que en sus diferencias y heterogeneidades se animan a indagar las urgencias y paradojas de los feminismos, a interpelar desde el sur y la disidencia sexo-genérica los sentidos de la teoría queer, a imaginar nuevas formas políticas de lo colectivo a partir de las manifestaciones públicas, a pensar críticamente las fronteras y las formas de la pertenencia desde la precari/e/dad y a complejizar la noción de agencia política desde la vulnerabilidad. Así, en un intercambio de preguntas y respuestas, se delinean algunas de las problemáticas contemporáneas de relevancia tanto para las militancias como la teoría, en un movimiento que, precisamente, confunde los límites entre estas dos regiones de la producción de la vida en común.
Este enhebrado de diferentes tópicos encuentra su hilo conductor en la pregunta por la agencia y las posibilidades de resistencia en un mundo regido por las coordenadas neoliberales de precarización y securitismo. Así, una de las cuestiones que no cesa de aparecer es la tensión entre la potencia de la imaginación de nuestros horizontes emancipatorios y la articulación de nuestras luchas en la lengua del Estado, particularmente en su habla jurídica. ¿Cómo disputar la gramática hegemónica? ¿Cómo elaborar estrategias de reconocimiento al mismo tiempo que se pretende trastrocar los términos en los que el reconocimiento se da? ¿Cómo producir nuevas formas políticas dentro y fuera de la ley? Y, casi como una cifra de inteligibilidad de estas preguntas: ¿qué derivas podemos crear para, y esperar de, nuestros movimientos de resistencia?
Otra de las cuestiones centrales que atraviesa esta conversación es la inquietud acerca de los temas y problemas que importan en nuestras luchas y cómo articularlos, cómo promover una política de alianzas inclusiva y responsable, que produzca sentidos compartidos sin borrar las especificidades, en busca de una democracia radical, en los términos en que la han pensado autorxs como Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. Así, aparece la relación entre los feminismos, los movimientos LGBTQ, el Norte y el Sur Globales, las izquierdas, la crisis de lxs refugiadxs, por nombrar algunos. De esta manera, al mismo tiempo que se enuncian los límites de las políticas de la identidad así como de la identidad entendida como totalización de lo que somos y podemos llegar a ser, los intercambios que constituyen este libro ya están llevando a cabo una dislocación de aquello que aglutina los movimientos políticos y sociales, en la medida en que abordan una serie de luchas múltiples y heterogéneas cuya cifra común no es la identidad sino la precari/e/dad compartida.
El prólogo de las dos autoras argentinas no sólo oficia de apertura de estos intercambios sino que enlaza los temas y problemas que se discuten en el libro, señalando las preocupaciones y las urgencias que impulsan estas reflexiones. Así, las múltiples y diversas manifestaciones públicas con las que comenzó el nuevo milenio (las “políticas de la calle”) son pensadas desde la performatividad colectiva para la transformación y la disputa de los sentidos instaurados, indagando cómo los movimientos sociales y emancipatorios, la calle y la protesta social se disputan en el poder popular. Pero al mismo tiempo se nos señalan los riesgos y las limitaciones siempre presentes a las que nuestros movimientos deben prestar atención. En tiempos en los que el ideal de la revolución clásica o la esperanza redentora perdieron su otrora potencia, la transformación radical aparece como el escenario para pensar críticamente las potencias de las manifestaciones públicas y las políticas de la alianza.
Lejos de proyectar un orden progresivo que avanzaría teleológicamente hacia algún fin determinado, la conversación que Virginia Cano y Laura Fernández Cordero proponen y que Judith Butler asume se constituye de idas y vueltas, de preguntas y respuestas permeables que no pretenden dar con una estrategia o una agenda definitiva para nuestros movimientos. Así, el libro adquiere una forma espiralada que gira en torno a determinados problemas y conceptos de la práctica y la teoría políticas contemporáneas, desplegando sus múltiples dimensiones y abriendo diferentes senderos posibles. En este sentido, Vidas en lucha es una interpelación para seguir indagando, cuestionando y pensando colectivamente nuestro presente.
Vidas en lucha
Judith Butler, Virginia Cano y Laura Fernández Cordero
Madrid. Katz, 2019.