¿Qué es lo que produce el humor? Algo fuera de lugar, algo disruptivo (y gracioso, obviamente, porque se puede ser disruptivo y no gracioso). Algo que se sale de la norma, lo usual, lo conocido. Tal vez una de las razones de que Porno para principiantes no sea graciosa sea que es una película demasiado usual, demasiado normal, demasiado mediana. Puede no buscarse la risa directa, la carcajada, como sucede en este caso. Pero si es una comedia tiene que ser graciosa. Dentro de la gran cantidad de acepciones que el Diccionario de la Real Academia dedica a la palabra gracia (no es una idea fácil de definir) figura la de “soltura”. Tal vez sea eso. Tal vez Porno para principiantes esté demasiado atada para ser graciosa.

La historia comienza en el presente y de allí viaja al pasado, un pasado que nadie le atribuiría al personaje que aparece en la secuencia inicial. Los '80: años de videoclubes, grabaciones caseras, VHS. Víctor (Martín Piroyansky) filma cortos, un término que a su avasallante suegro le suena a poco, a chiquito, escaso. Víctor está por casarse y da la sensación de que la familia entera de su novia está por engullirlo. Ellos pagan todo, él quiere pagar algo. “La heladera”, atina a decir. ¿Con qué la pagaría?

En esa instancia, su amigo Aníbal, el que atiende el videoclub (Nicolás Furtado) le avisa que un cliente quiere hablar con él. Se trata de Boris (Daniel Aráoz), un tipo para el que parece haberse inventado la palabra “trucho”. Tiene una oficina de mala muerte, un guardaespaldas que parece vikingo y quiere producir una película porno. Sin un peso, Víctor acepta. Pero no quiere filmar una porno cualquiera. Cinéfilo, tiene la gran idea: filmar una versión porno de La novia de Frankenstein. “¿Pero cuándo cogen?”, pregunta insistentemente Boris, que no ve ningún movimiento, en el pasaje más gracioso de la película.

En determinado momento, el realizador uruguayo Carlos Ameglio deriva a una historia de alcoba (de Víctor con la actriz brasileña) que corre el eje de la historia hacia el terreno mismo de la previsibilidad. Las escenas de rodaje no tienen la dinámica y tensión que deberían y el personaje de Víctor permanece igual a sí mismo durante toda la película. El típico desubicado, Aníbal proporciona, con cuentagotas, los momentos más graciosos. En el papel problematizado, depresivo inseguro y torpe que usualmente lo distingue, Martín Piroyansky está simplemente normal. El que vuelve a parecer un monstruo -de tres x cuatro, pero monstruo al fin- es el cordobés Daniel Aráoz, cultivando esta vez una postura casi permanentemente agachada. Desde allí abajo emerge su voz de trueno seco, haciendo vibrar los parlantes de la sala. 

PORNO PARA PRINCIPIANTES 5 PUNTOS

Uruguay, 2018

Dirección: Carlos Ameglio

Guion: C. Ameglio, Leonel D’Agostino, Bruno Cancio y Nicolás Allegro

Intérpretes: Martín Piroyansky, Nicolás Furtado, Daniel Aráoz, Carolina Mánica, Nuria Fló.