Dos accidentes urbanos coincidieron en tiempo y lugar, y por momentos causaron un pequeño escándalo en el área central de la ciudad. Vecinos de Mendoza al 300, barrio Martin, temieron el domingo a la tarde por el origen de lo que supusieron había sido una aparatosa explosión. Fue el estruendo de unos cuantos ladrillos desprendidos de la medianera de un edificio al caer sobre la rampa de una cochera y un departamento de pasillo (foto). De milagro no hubo que lamentar víctimas, acaso por la despoblada hora dominguera a la que ocurrió. Ya en el anochecer, un buen trozo de mampostería de una vieja casona de Roca 371 se desplomó sobre la vereda y un par de autos estacionados, para estupor e indignación de los transeúntes. Tampoco hubo víctimas, pero por casualidad. Llamado de atención a la municipalidad.