El Centro de Estudios Metropolitanos comparó las respuestas sobre inseguridad social obtenidas en este septiembre con las registradas en octubre de 2017, es decir en el escenario electoral anterior. En el cotejo, encontraron que todos los indicadores de malestar social empeoraron en relación a aquellas legislativas.

El porcentaje de encuestados que tuvo que achicar las porciones de comida por falta de dinero creció once puntos en los últimos dos años. En 2017 las personas que manifestaban que el sueldo no les alcanzaba para vivir eran 47 de cada cien, y hoy el número está en nada menos que el 60 por ciento. Por otra parte, el 67 por ciento cree que la situación del país es “mala o muy mala”, prácticamente duplicando el número de 2017, que estaba en 37 por ciento. El 41 por ciento cree posible perder su trabajo en el corto plazo, temor que se extendió sobre otro diez por ciento de la población del AMBA en relación a 2017. Finalmente, el 55 por ciento percibe que la situación económica es mucho peor en relación a un año atrás.

“En esta coyuntura electoral alrededor de un 60 por ciento de la población tiene fuertes inseguridades económicas: ingresos insuficientes, situación personal mala, miedo a perder el trabajo, pesimismo generalizado. Si se lo compara con octubre de 2017, entre un 10 y un 20 por ciento se encuentra peor”, definió el CEM en sus conclusiones.