Estamos en 2050. La comunidad LGTBIQ+ está en el campo, donde la contaminación arrecia, sin embargo se alimentan de flores. Tacos altos, vestidos vaporosos, maquillaje corrido, y une artista –Mauro Guzman como Crespacia- que usa su propia sangre para pintar sus obras. Volver a unir a una familia que necesita defenderse de un ataque es la excusa para poner a jugar los personajes en escena. En el último cortometraje de Enzo Monzón, Plastic Attack, la distopía es en verdad una esperanza: una apuesta a ese (otro) mundo de libertad y creatividad que el director viene imaginando desde 1998, cuando estrenó “El castillo Meredith”.

El jueves 17 de octubre, este realizador rosarino que vive hace más de una década en Barcelona –adonde se fue por amor- estará por primera vez en Buenos Aires, con sus últimos tres cortometrajes. La presentación estará a cargo de Elektra Trash, que además de actuar en una de las películas, representará "La exterminadora de muñecas de moda", monólogo escrito por Monzón, también dramaturgo y siempre apasionado del arte queer. “Me encanta, es lo que me sale, y siempre me gusta contar lo que me mueve, lo que me preocupa a través de este tipo de personajes. No las pongo lindas, todo lo contrario, busco la belleza con otra imagen, no la cosa convencional. Siempre me gustan lugares derruidos, que se maquillen mal, es lo que me sale hacer con la gente que me he movido siempre en mi ciudad, del teatro y más alternativa”, dice Enzo Monzón. El lunes 14, la proyección su último corto dará comienzo a la Quincena del Arte de Rosario en El Cairo Cine Público, a las 20.30. Allí también habrá performances.

Monzón convoca a una constelación de artistas que iluminan desde los márgenes. Omar Serra, histórico actor y director del teatro rosarino, protagoniza tanto Plastic Attack como El Drac de Miuka, que es además un homenaje. Enzo fue convocado por la también rosarina Topacio Fresh para hacer un video –más convencional, es cierto- sobre la exposición de fotografías de Pedro Almodóvar en la Fresh Gallery de Madrid. Hizo el trabajo, sí, pero le quedaron ganas –y material- para hacer su personal regalo al manchego, y así nació una historia donde Serra –la Miuka del título- es una admiradora del director de Átame y, al enterarse de la exposición, decide estudiar fotografía. “Trabajar con Omar es un sueño porque yo me enamoré de su arte cuando lo vi en los años 90, hacer Ij, la exhalación, de Fernando Noy. Me quedé enamorado de la vanguardia que hacía en teatro, un poco como lo que me pasaba cuando veía las películas de Peter Greenaway, Gus Van Sant o Jim Jarmusch”.

Monzón vuelve, por lo menos una vez al año, a filmar a su ciudad, donde se reencuentra con aquello que lo constituyó. “Es un poco una ilusión que tengo de venir una vez a filmar, después en el mismo año a estrenar lo que hicimos”, cuenta sobre el permanente retorno a los lugares donde forjó sus vínculos con drag queen y artistas, y donde bailó Gotika, el boliche gay del centro rosarino, que funcionaba donde antes hubo una sinagoga. Ahora, Monzón trabaja en un largometraje –el primero- que se llamará Geriatric, situado en “un geriátrico para el descanso final de toda la comunidad lgtbixqz”. “Le puse muchas letras, xwz, porque en esa época ya va a haber más opciones”, aclara.

Monzón crea su propia estética, entre el trash, el kitsch, sin casilla para catalogarlo. Y todo con una mirada de profunda ternura. “La única salvación es encontrarnos desde las pequeñas minorías e ir formando el cambio, intentar formar un mundo mejor, que lo hagamos desde uno mismo, si no viene de uno mismo, la cosa no va a cambiar”, considera Monzón, que advierte: “Sé que hay gente a la que estas historias la sorprenden mucho y les gusta o no les gusta, eso es lo que veo en el público. A algunas personas les encanta, y eso es lo que busco yo, que se enamoren de la estética, que no que pase desapercibida”.

Porque cada personaje, y cada toma, es un mundo inclasificable, las películas de Enzo Monzón retoman lo queer sin amargura. “No pienso en la denuncia sino en qué podemos hacer con lo que se ofrece, tenemos un campo contaminado, alejado, lo limpiamos y comemos flores”.

 

PROYECCION DE CORTOS: Jjueves 17 de octubre, 20. Hs. Casa Brandon (Luis María Drago 236).