Que la fantasía de generar dinero rápido está en el imaginario de la mayoría, eso es lo que asegura el director, actor y regisseur Diego Cosín, especialmente en momentos en los cuales, según completa con ironía, el ahorro es una tarea imposible. Lo dice porque en De la mañana a la medianoche, la obra del alemán Georg Kaiser, su último espectáculo actualmente en cartel en el Teatro Payró (San Martín 766, domingos a las 19), el cajero de un banco siente la necesidad de robar una fortuna para gastarla en el lapso de tiempo que indica el título de la pieza, la cual se centra en el periplo que emprende en su desesperación. Rechazado e ignorado por todos, el improvisado ladrón pasa del salón familiar a un velódromo y de un cabaret al Ejército de Salvación en insensato vía crucis. Escrita en 1912, De la mañana…reúne todos los rasgos de estilo del teatro alemán expresionista.

Fanático del movimiento que tuvo origen en Alemania alrededor de 1910, Cosín cuenta que esta fascinación comenzó con la puesta de La isla desierta, de Roberto Arlt, que su padre –Juan Cosín- estrenó en 1979 en el mismo Payró de San Martín al 700. A partir de entonces, además de interesarse en la historia del arte, ingresó en el Teatro Colón para estudiar reggie. “Cuando hago ópera me dicen que soy muy teatral y cuando hago teatro los actores me dicen que estoy haciendo ópera”, se ríe el director quien además puso este año La torre del Neckar, de Alejandro Spangaro, unipersonal del mismo autor que puede verse en El Opalo, de Junín al 300. “Es mi año alemán”, agrega Cosín, al detallar que este monólogo se basa en una fantasía sobre la vida del poeta Friedrich Hölderlin.

“La angustia está presente en la vida de todos y todos tenemos un momento expresionista”, asegura el director que en 2009, mientras trabajaba como productor artístico en el Teatro Colón, por contar con un contrato administrativo debió aceptar su reubicación en el Hospital Durand. A pesar del mal trago, Cosín no dejó de dirigir teatro y ópera. El carácter antinaturalista del teatro de Kaiser fue, según dice, un desafío personal que hace tiempo quería realizar. Es que De la mañana… cuenta con una sucesión de escenas que se yuxtaponen sin explicación alguna, y exige un tratamiento abstracto del espacio y la iluminación. Actúan Valeria Azul Baranchuk, Pablo Faletti, Pablo Fortunato, Rodrigo González Heiland, Mavi Massa, Rocio Olaya Bolaños, Julio Pallero, Leonardo Sandoval, Jorge Schwanek, Luisina Spenza y Fabio Taphanel.

-¿Cómo fue el trabajo de puesta de una obra tan poco convencional?

-Puse mucha vehemencia en este trabajo. Y como hace tiempo que quería hacer esta obra, pensé mucho en cómo generar nuestra propia versión expresionista. Cuando monté R.U.R., de Karel Kapek, también usé el estilo expresionista para hablar sobre el trabajo contemporáneo y la mecanización de los trabajadores. Es una mirada que encuentro muy vigente.

-¿Lo dice por el estado de angustia que generó al expresionismo en su momento?

-Sí, porque me parece que el expresionismo tiene que ver con un estado de desesperación que hoy se ve en la calle. Y usar una estética como ésta es una manera de explicarnos esta sensación latente, como de mar de fondo que no se sabe adónde va a llegar.

-¿Cómo describiría las características de esta obra?

-La obra tiene algo muy mágico en la cantidad de escenarios que propone, es explosiva en la variación de diferentes situaciones. Y por más que los actores hacen varios personajes hay para todos ellos una continuidad. Finalmente terminan en el Ejército de Salvación: es como si todos fueran el cajero que realiza el robo porque todos tienen que expiar un pecado que cometieron.