A tres días del temporal que afectó particularmente a varias localidades del partido bonaerense de La Matanza, el número de evacuados se mantiene estable en 5000, pero "la situación del agua está controlada" y "se espera que el río baje a niveles normales", informó una fuente del comando central del cuartel de Gregorio de Laferrere.

"Por el momento la situación del agua está controlada: en algunos lugares tuvo un leve descenso y en otros se mantiene, pero anoche el servicio meteorológico informó el cese de alerta por crecidas, por lo que hay que esperar a que el agua vaya descendiendo lentamente", dijo Daniel Bodegó, a cargo del Destacamento Nº 3 de Laferrere, donde se centralizó el operativo de rescate. 

No obstante, el jefe de bomberos advirtió que el retorno de los evacuados "va a llevar unos días" porque hay mucho barro y suciedad acumulada, "siempre y cuando el clima nos ayude". Respecto a los evacuados, Bodegó explicó que siguen "rondando los 5.000" y en lo que va de la jornada "sólo se registró un solo pedido adicional de evacuación que se realizó". El oficial recordó que todas las personas se encuentran refugiadas en escuelas de las localidades de Virrey del Pino, González Catán y Laferrere; cada una de las cuales tiene "entre cinco y seis centros de evacuados".

"Igualmente los equipos de rescate están haciendo una minuciosa recorrida por los barrios afectados verificando que no quede gente que quiera abandonar su domicilio", agregó. En la recorrida realizada por el barrio El Ceibo, Télam pudo advertir que el agua bajó sobre todo en las calles pavimentadas, pero la mayoría de las de tierra siguen inundadas, a pesar de lo cual muchos vecinos se resisten a dejar sus casas por temor a que les roben lo poco que les quedó y para no dejar a sus animales domésticos o de corral.

El panorama que se presenta a la vista es el del típico "día después" de estas contingencias naturales: gente yendo de un lado a otro con la ropa mojada hasta las rodillas, fachadas de vivienda tapadas de colchones puestos a secar, pilas de ropas, muebles y electrodomésticos en altura, a pesar de que por momentos vuelve la llovizna y el cielo se torna amenazante.