El Festival de Magia comienza hoy su tercera edición, y con la varita bien alta. Durante tres días, espectáculos, galas, shows e instalaciones, se repartirán por la ciudad, siempre con entrada libre y gratuita (ver recuadro). Con la organización de Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad, UNO i UNO Espectáculos y Peña Mágica Rosarina, el Festival ha adquirido un relieve que ya lo distingue a nivel nacional.

"Con una tercera edición, lo que se ha obtenido es el reconocimiento del ambiente mágico. Este año se anotaron cerca de 60 magos de todo el país", comenta Pablo Cantarella, organizador de la actividad e integrante junto a Hernán Martínez de UNO i UNO. "Hay otras actividades en Argentina, hay congresos de magia, pero un festival con estas características es único. Veremos si la ciudad lo comienza a tomar como una actividad anual. Por suerte contamos con el apoyo de la municipalidad, un apoyo que se viene manteniendo y a pesar de la crisis", añade el mago.

--Intuyo que para los magos que visitan la ciudad, el festival debe asombrar.

--Lo que nos ha pasado es que no pueden creer que un municipio apoye una actividad como ésta, y de esta manera. Más aún en lo relativo a la magia, en donde la participación proviene habitualmente del sector privado. Van a venir alrededor de 22 magos y magas a actuar, y acá se los recibe de la mejor manera. Además, todas las actividades son libres y gratuitas, y eso es algo que siempre llama la atención. Ojalá durante los próximos años podamos seguir contando con el apoyo del municipio.

--Si bien es un festival joven, el público los acompaña.

--Sí, durante el primer año, los lugares elegidos en los distritos municipales quedaron chicos, ahora se utilizan los auditorios, que se han colmado de gente. Las primeras galas, de hecho, se habían realizado en el Centro Cultural Fontanarrosa, y allí los espacios también quedaron chicos. Luego pasamos a Teatro La Comedia, y se llenó también. Pero lo cierto es que requerimos de mucha difusión. El fin de semana pasado fui a Crack Bang Boom, que ya tiene diez años de experiencia y rebalsó de gente. Si logramos sostenerlo en el tiempo, se volverá un clásico de la ciudad.

--¿Por qué la magia?

--La magia me eligió. Arranqué a los 21 años, viendo a un mago en un cumpleaños, y quise hacer eso. Estaba estudiando contador público, lo dejé y me dediqué a la educación física, que me ayudó mucho en esto de la magia. La magia me fue tomando y fui combinando todo lo que hacía. Yo apunté hacia los niños, con espectáculos para toda la familia. Ver a la gente adulta convertirse en un niño es lo que muchas veces me atrapa, porque la ilusión es algo que uno mantiene latente, aun cuando no lo parezca. Además, si a los niños no les gusta lo que ven, se van. Y a los adultos, si les gusta, se dejan ilusionar. Y lo que nosotros queremos es eso. Además, con el festival buscamos desmitificar que la magia sea sólo para el que la puede pagar. Por eso, se trata de llegar a los barrios, a través de todos los distritos, para que sea público y gratuito. Así como en un buen teatro. Queremos bajar la magia a la realidad (risas), para que la puedan ver todos. A los barrios no llega tanta cultura, y está bueno ir instalando la magia en todos los lugares, para que los niños tengan acceso y se digan a ellos mismos que también pueden ser magos.

--Entre ustedes debe darse también cierta fraternidad.

--Son tres días durante los cuales compartimos todo, donde se generan y refuerzan amistades. Hay magos y magas de la ciudad que siempre nos dan apoyo para lo que necesitemos, todos están dispuestos a colaborar.