Mauricio Macri cerró hoy por videoconferencia el 55º Coloquio de IDEA en Mar del Plata. Desde Corrientes, minutos antes de encabezar un acto de campaña, y tras la catástrofe social que provocaron sus cuatro años de gestión el Presidente llamó al diálogo y al consenso, hizo un balance positivo de su mandato y aprovechó la oportunidad para criticar al establishment: "Hay muchos escépticos especialmente en el círculo rojo, que dieron por terminado todo el día de las PASO". Una frase que desnuda la verdadera razón de su faltazo a un encuentro al que había asistido año tras año. 

El jefe de Estado dialogó desde la ciudad mesopotámica con Gastón Remy, presidente de IDEA, y CON Federico Procaccini, responsable de esta edición del encuentro empresario, bajo el título “El país que viene: visión y planes del presidente”. Macri, quien asistió a todos los cierres del Coloquio desde su asunción en 2015, opinó que “el sector privado tiene que actuar con mayor conexión con el sector público” y, acto seguido, pasó a hacer un elogio de su gestión.

“Faltan muchas cosas por resolver, pero hay cosas de las que tenemos que estar orgullosos”, dijo a su audiencia, y recalcó “la mejora de la calidad institucional, que se pueda dialogar con la verdad sobre la mesa”, y que haya “un gobierno que rinde cuentas, que abre puertas adentro y afuera y eso permite asociaciones con perspectivas de futuro”.

No obstante, admitió falencias en “tener una economía ordenada y estable” y una vez más volvió a invocar los “80 años” previos para justificar la “falta de equilibrio fiscal” y el aumento de la inflación y de la pobreza. “Subestimé la dificultad en erradicar la inflación”, reconoció. También dijo que “no le pudimos dar la vuelta a una economía en default, sin estadísticas y con inflación reprimida”.

“Avanzamos pese a la falta de equilibrio macroeconómico”, insistió, y celebró su política energética y el hecho de “ser previsibles”. De cara al futuro arriesgó que “luego de diciembre, ya que los opositores hablan de lo mismo, podamos tener un acuerdo”.

A la hora del balance, también estimó que “la carga fiscal aumentó más de lo que puede soportar la clase media” e insistió en que “no podemos tener 77 de 100 años con déficit fiscal” porque “eso lleva a la pobreza y al atraso”.

"Viendo en perspectiva -agregó- subestimé la dificultad de erradicar la inflación y lograr consenso. Vimos discursos de la importancia del equilibrio macroeconómico, pero en el Congreso siempre fue difícil acordar para bajar el gasto pero muy fácil acordar para aumentar impuestos". 

Por último, se mostró confiado en llegar a un ballotage. “Trayendo problemas del pasado vamos a empeorar”, arriesgó y pidió “ratificar este rumbo”, ya que “vimos que podemos crecer con energía, industria, agroindustria y conocimiento”. Volvió a prometer una baja de impuestos a la exportación “que nos desarrolla y equilibra”.

Antes de despedirse volvió a culpar a las PASO de la situación económica: “El mundo nos castigó el 12 de agosto por la posibilidad de volver al pasado”, insistió. 

“Hay muchos escépticos, sobre todo en el círculo rojo, que dieron todo por perdido en las PASO”. Sin embargo, aseguró que “estamos a punto de ratificar estos valores (sic), y con eso cambiaremos la historia para siempre, no habrá más prepotencia ni abuso de poder (...) la confrontación extrema no le sirve a nadie”, dijo, antes de despedirse con un "Sí se puede, chamigo".