Aunque la historia no lo tenga en los primeros planos, Federico Polak fue un hombre clave que salvó a Boca de una caída sin fondo. En su peor momento histórico, con el club al borde de la quiebra, este hincha de Racing y amigo y funcionario del ex presidente Ricardo Alfonsín asumió como interventor en enero de 1985 y lo puso de pie. Eran tiempos en los que La Bombonera estaba suspendida y a punto de derrumbarse, los empleados y jugadores no cobraban su salarios y los resultados deportivos eran de los peores. Fue tras la venta del deficitario Diego Maradona al Barcelona. No se podía estar peor. Con ese antecedente, Polak cuenta en su libro Armando a Macri (Grupo Claridad) cómo fue el mundo Boca desde la aparición de Alberto J. Armando hasta los tiempos actuales, marcados por Mauricio Macri y sus negociados, que continúan. Armando a Macri es lectura necesaria no sólo para hinchas sino para amantes del fútbol en general y hasta para entender cómo y por qué el fútbol y la política van de la mano.

En esta charla con Página 12, Polak repasa las más de 200 páginas que escribió sobre el club futbolero más popular de la cultura argentina y que estuvo a tiro de desaparecer.

-¿Qué diferencias hay entre la forma de conducción de Armando y las de Macri?

-Armando era un hombre avasallador. Lo conocí en el ‘84 porque apoyaba la gestión que se preparaba para ayudar a Boca. Discutía fuerte, iba a los medios, era un autodidacta que tenía una forma muy buena de expresarse, según lo que averigüé luego, leyendo. Y tenía conocimiento. Las diferencias con Macri son notorias. Macri es lo contrario: más suave. Diría que se disfraza de peleador en estos días, pero las diferencias son absolutas. Armando era el jefe de Boca pero nunca metió a Boca en la política. En cambio Macri tomó a Boca como ariete y lo sigue usando. Incluso en esta última parte de la campaña electoral.

-¿Por qué se aceptó a un Boca pseudo empresarial, como el que generó Macri?

-Es cierto que Macri terminó haciendo un club cerrado. Los socios lo aceptaron porque en la época de Macri Boca alcanzó la gloria deportiva. Con Carlos Bianchi Boca ganó más que en la época dorada del Toto Lorenzo. A los dirigentes de Boca se los acepta por los éxitos deportivos. El ejemplo es el de Antonio Alegre y Carlos Heller: eran un tándem que se puso a Boca al hombro, lo defendieron, los hicieron con las cuentas ajustadas y después lo volvieron superavitario con la venta de la Ciudad Deportiva. Pero no ganaban en la cancha, entonces perdieron la conducción.

-¿Qué significó para usted ser uno de los presidentes de Boca?

-Para mí fue un período muy corto. Parafraseando a Joaquín Sabina, “lo nuestro duró / lo que duran dos peces de hielo / en un whisky on the rocks”. Quedé ligado, aunque no afectivamente porque soy de Racing. Recién después revaloricé el trabajo por lo que significa Boca.

-¿Cuáles fueron los motivos que lo llevaron a escribir Armando a Macri?

-El principal responsable fue el periodista Ezequiel Fernández Moores, porque me explicó cómo era el mundo de Boca en la actualidad. Me llevó de la mano en ese conocimiento. Empecé con Alberto Armando porque es una figura muy atractiva. El libro empieza con la gira del 25, que es el momento en que Armando se hace hincha. Pero es un libro de fútbol.

-¿El macrismo sigue inmerso en Boca?

-El macrismo, me parece, nunca abandonó a Boca por más que se fuera Macri. incluso Amor Ameal viene de ahí, aun cuando en su campaña mostrara algo diferente. Daniel Angelici tiene una personalidad propia, pero recién ahora estamos en vísperas de que el macrismo pierda a Boca.

-¿La derrota a nivel nacional del macrismo puede incidir en Boca?

-Algo incidirá, claro, pero hay dos factores más importantes: el primero es el partido del martes (contra River, por la Copa Libertadores). Para mí es central. Si pasa River, o el partido no termina, todo se desmorona. El segundo, la desunión de la oposición; si se juntan, es otra cosa.

-¿Sin el macrismo se terminaría esa idea de un Boca privatizado?

-Boca ya está gerenciado y dividido en distintos negocios. Con otra gente los negocios serían exclusivamente para Boca.

-¿Boca es un club encubiertamente privado?

-¡Qué preguntita! Diría que es un club público que contiene en su seno negocios privados, incluidos los barras.

-¿Qué aprendió de su paso por el fútbol?

-Que no sabía nada de fútbol, creyendo que sabía. Del juego sí, pero de la industria del fútbol no sabía nada. Después aprendí más estudiando para este libro.

-¿Es el del fútbol un mundo tan complicado?

-Como se dice en el prefacio sobre el fútbol actual: contiene la pureza de la pasión, dominada por quienes hacen negocios, algunos torcidos y otros necesarios. La televisación en primer lugar. El fútbol por streaming, tablet, televisores, celulares es necesariamente pago. El gran debate es si el Estado debe contribuir a que llegue a quienes no pueden pagar.