El río revuelto en que se transformó nuestro fútbol desde la muerte de Julio Grondona, no puede hacernos perder de vista una porción de agua mayor. El fútbol mundial es un mar turbio, donde la FIFA y las grandes Ligas confrontan, pero también pretenden extender su política de policía planetaria. Por una combinación de factores –lograr cierta impunidad, conservar prebendas y acaso, hasta pereza mental–, los dirigentes argentinos corren el riesgo de caerse del mapa. Parecen personajes de la comedia dramática italiana Feos, sucios y malos, de Ettore Scola. Una joyita del cine estrenada en 1976. Por supuesto, entre ellos hay honrosas excepciones, pero en lugares marginales de poder.

Ahora, cuando comenzaban a salir con bastante dificultad del fango en las asambleas del viernes pasado, se empantanaron en el artículo 87 del Estatuto de la AFA. No aprueban que la Conmebol –y tienen razones para hacerlo– determine quién es un candidato idóneo para ejercer la presidencia de todo el fútbol argentino. La organización con sede en Asunción, está probado, se transformó en la caja de resonancia más templada de los escandalosos robos en la FIFA. Por su palacete con inmunidad diplomática –ya derogada por el gobierno paraguayo– pasaron los directivos que recibieron coimas de la brasileña Traffic, nuestra conocida Torneos y Competencias y la productora Full Play de los Jinkis, Hugo y Mariano. Basta con mencionar a Nicolás Leoz, su ex presidente, quien está sujeto a un largo proceso de extradición a Estados Unidos por recibir dineros que no le correspondían.

A esta altura queda claro que la Conmebol, y por añadidura la FIFA en la que está inmersa, nunca se preocuparon porque el viejo estatuto de la AFA le permitiera a Grondona ser reelegido una y otra vez durante 35 años. Ahora lo hacen en la búsqueda de una declamada transparencia. Su discurso puede resumirse en el comentario que les hizo a los dirigentes locales Jair Bertoni, quien es mucho más que el hijo de Daniel, campeón mundial del ‘78: “Esto atenta contra nuestros principios de gobernanza. Lo vamos a trasladar al Consejo de la FIFA”. Su formación señala que se recibió con el título de licenciado en Comercialización en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y que obtuvo una maestría internacional en Gestión, Humanidades y Derecho del Deporte en CIES/FIFA. O sea, es un hombre de la casa.

Bertoni junior vino a Buenos Aires en representación de la multinacional del fútbol. Es uno de sus directores. Además de supervisar sus intereses, representa a otros. Los de la Asociación Europea de Ligas Profesionales de Fútbol los defendió durante nueve años. Esa entidad tiene su versión ampliada en otra organización que reúne a las mayores treinta ligas europeas y asociaciones de clubes a nivel internacional. Nació a fines de 2015 en París, con la participación de España, Inglaterra, Alemania, Francia, Holanda, Rusia, Portugal, Dinamarca, Suecia, Suiza, Escocia, Grecia, Estados Unidos, México, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Honduras, Colombia, Arabia Saudí, Qatar, Japón, Australia, Sudáfrica, Kenia y Nigeria. Javier Tebas, el ultraderechista español que controla la Liga de su país y vino a la Argentina en 2016 a dar conferencias sobre las bondades de las sociedades anónimas deportivas, es uno de sus dirigentes más entusiastas.

Abroquelados en la defensa de su unidad, los bloques del Ascenso y el Interior mantienen una alianza interesada con el presidente de Boca, Daniel Angelici, que está abonada por mutuas desconfianzas. Podría resumirse en la célebre frase del Martín Fierro sobre los hermanos, aunque estos no tengan el mismo ADN. Solo así puede entenderse por qué apelaron al Colegio Público de Abogados como garante de la idoneidad que deberán demostrar los candidatos a presidente que se postulen en la AFA. El poderoso dirigente xeneize es su vicepresidente 2° desde las elecciones de abril pasado. Ganó compartiendo la fórmula con Jorge Rizzo en la institución que representa a los letrados. 

Un directivo que intervino en las discusiones para definir cómo se opondrían al control de la FIFA y Conmebol le explicó a Líbero cómo fue la jugada: “La hicimos contrarreloj. Para nosotros no puede haber injerencias en la elección del presidente de la AFA. Porque mañana se podría definir quién nos gobierna desde Paraguay. La asamblea del viernes se atrasó, entre otras cosas, porque estábamos decidiendo sobre el artículo 87 del estatuto. Acá hay un enfrentamiento entre Alejandro Domínguez, el presidente de la Conmebol, y Angelici. Es desde que éste le armó la Liga Sudamericana de Clubes”. 

El máximo directivo de Boca reclama que se reconozca a esa organización formada por 43 instituciones de Sudamérica. Hasta ahora no le hicieron la venia desde Asunción. En diciembre del 2016, durante una conferencia de prensa, Angelici dijo palabras fuertes: “Se terminó la Conmebol de los vuelos privados y de las grandes fiestas: tiene que ser austera y el dinero debe llegar a los clubes”. Es evidente que no se conforma con influir solo en el fútbol local. Juega a dos bandas y quizá sea el dirigente que mejor percibe la geopolítica del conflicto en que están sumergidos todos. Uno de los hombres que lo acompañaba en la directiva boquense, Orlando Salvestrini, hoy integra la comisión de Gobernanza y Transparencia de la Conmebol. En el club se dice que lo echaron. En la Confederación es como si hubiera recibido un premio. 

Angelici, un radical PRO en la política que sigue a Mauricio Macri; y Tebas, un fascista en España que observa con admiración el ascenso de Marie Le Pen en Francia, tienen un objetivo común en el fútbol. La defensa e instalación de superestructuras como las Ligas profesionales. “Las ligas son las verdaderas protagonistas de la industria del fútbol”, sostiene el ex socio de Marcelo Tinelli en el club Badajoz. Es curioso, pero la ausencia más notoria en la segunda asamblea del viernes, donde se votaba el estatuto, fue la del asambleísta de San Lorenzo, Roberto Alvarez. No convalidó la movida de Angelici y sus aliados. 

La aprobación del estatuto, aun cuando corre riesgo de ser impugnado por la FIFA y la Conmebol, ensombreció una victoria estratégica de los dirigentes del fútbol frente a los tiburones del gobierno nacional. Quedó rechazada en la redacción del nuevo estatuto la aceptación de las sociedades anónimas deportivas en la AFA. A cambio, se había aprobado antes la finalización del Fútbol para Todos, siete años y medio después de que se diera de baja otro contrato, pero privado. Aquel que unía a la asociación con TSC (Televisión Satelital Codificada), la empresa que controlan Clarín y Torneos y Competencias. Dos protagonistas centrales del negocio que nunca se fueron y ahora se frotan las manos. El grupo que lidera Héctor Magnetto porque controla casi el 60 por ciento del mercado del cable y cualquiera de los futuros propietarios de los derechos televisivos necesitará de sus servicios. TyC porque aspira a conservar su papel de productor de contenidos después de que devolvió 112,8 millones de dólares en Estados Unidos para que no se presentaran cargos en su contra.

Este será el escenario con que se toparía Claudio “Chiqui” Tapia, el único dirigente por ahora candidateado para las elecciones del 29 de marzo. A partir de esta semana se conocerá si hay otros.

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