Virginia Creimer es médica forense, participó en casos emblemáticos como el de Luciano Arruga en provincia de Buenos Aires y tiene una ligazón especial con Rosario, donde ha llegado a investigar como perito las muertes de Franco Casco, de Pichón Escobar y de María de los Angeles Paris: en todas tuvo participación la policía santafesina. En septiembre de 2015, en la puerta de su casa, en La Plata, encontró clavado un cuchillo ensangrentado con una nota muy siniestra. Poco después -ante la falta de respuesta estatal- renunció como Subdirectora del Área Procuración en el Ministerio Público Fiscal de la Nación. A partir de su trabajo pudo describir las diferentes formas que toma la violencia institucional. "Cada fuerza de seguridad, particularmente la rosarina, tiene una forma que le es propia de torturar en democracia y de desaparecer a la gente, y esto lo pude ver en el caso de Franco Casco y de muchas otras víctimas como María de los Angeles Paris", destacó la especialista que hoy, a las 19, estará en el Salón de Actos de la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario para presentar su libro Las ciencias forenses y los derechos humanos en Argentina. La acompañarán el fiscal federal Juan Murray y el ex Defensor provincial Gabriel Ganón, con la coordinación de Edith Cámpora, de la Cátedra de Problemática Antropológica.

El libro es fruto de todo ese trabajo. “Es una historia que finalmente puede ser contada en papel, la historia de los últimos 30 años de mi vida, que reúne por lo menos tres tipos de delitos contra los derechos humanos, como son los delitos de violencia institucional, los delitos de violencia de género, como los femicidios y feminicidios, y los delitos contra la niñez, marcando en ello un hilo conductor como es el silenciamiento, la vulnerabilidad, la dificultad y la antipatía que genera la investigación de este tipo de delitos”, cuenta Virginia sobre la génesis de su libro, donde hay un apartado dedicado a Franco Casco.

Creimer renunció al comprobar la falta de compromiso del estado con los derechos humanos. “Un estado que me expulsó, me soltó la mano, pero que me enseñó a ver con esta forma de castigarme cómo defender de mejor manera a todas aquellas personas que también eran víctimas de este estado des-protector”, considera hoy. En su Consultora Pericial de Ciencias Forenses, la buscan las víctimas. Advierte su preocupación por "un punto muy grave". "Veo un futuro muy oscuro con respecto a las investigaciones de los delitos contra la infancia, porque ya hoy es un delito que no se quieren investigar donde los y las fiscales les dan un portazo, se repiten periciales contra las madres, que parecen hechas con corto y pego, donde son descriptas como narcisistas, manipuladoras, perversas, y en realidad son madres desesperadas tratando de cuidar a sus hijos e hijas".

Franco Casco desapareció en octubre de 2014, luego de ser detenido en la comisaría 7ª; Pichón Escobar en agosto de 2015, y hay testimonios que lo ubican en la comisaría 3ª. María de los Angeles Paris murió el 3 de mayo de 2017, tras ingresar por sus propios medios a la comisaría 10ª.

--Tu trabajo fue crucial para determinar diferentes tipos de violencia policial,  y por esa causa has venido varias veces a Rosario.

--Justamente, en el libro se visibilizan estos delitos a los que hacía referencia, todos los pibes y pibas que mató el sistema estatal a través de su mano armada como son las distintas fuerzas de seguridad. Después de tantos años de investigación puedo afirmar sin temor a equivocarme que cada una tiene un modus operandi diferente. Por eso tanto trabajo con Rosario, porque si bien pensábamos que la policía bonaerense era terrible porque continuaba con viejos hábitos de épocas no democráticas, en realidad cada fuerza de seguridad, particularmente la rosarina, tiene una forma de torturar en democracia y de desaparecer a la gente que le es propia, y esto lo pude ver en el caso de Franco Casco y de muchas otras víctimas como María de los Angeles Paris.

--La muerte de María de los Angeles Paris además dejó al descubierto que la violencia policial no puede pensarse sin mirar otras estructuras del estado, como el poder judicial…

--Justamente, la policía rosarina está claramente conectada con el sistema pericial, que la encubre. Hay un caso previo, el de Pichón Escobar, que también fue mío, me pasó encontrar que el caso de Escobar, el caso de Franco y otro más que tuve, eran casos muy similares y después llega el de María de los Angeles Paris y en todos los casos había un hilo conductor, una misma línea, una misma persona, el mismo médico del Instituto Médico Legal, que era (Raúl Féliz) Rodríguez, a partir de los cuales se iban encubriendo los distintos accionares delictuales de la policía rosarina. Lo que pasa es que con María de los Ángeles sale un poco de contexto, del silencio social que piensa que es un pibe chorro, porque María de los Angeels era una maestra bibliotecaria de clase media que va a hacer una denuncia en la comisaría y termina molida a golpes y esposada, muerta en el piso de la comisaría.

--¿Cómo se pudo determinar qué había pasado?

--Cuando el Instituto Médico Legal realiza la primera autopsia establece que es una muerte natural, y cuando se me convoca desde los distintos organismos de derechos humanos, yo pido una reautopsia. El Instituto de Medicina Legal empieza a poner un montón de obstáculos, pero también la fiscalía que instruía empieza a poner obstáculos. Entonces, solicitamos que se derive el cuerpo a la Corte Suprema de Justicia nacional, que no nos hicieron lugar, y entonces solicitamos que vinieran médicos de la Corte. Encontramos que este estado cómplice de sí mismo, no sólo había hecho una autopsia incompleta a través de sus médicos legistas, que decían que habían explorado el cuello, el lugar donde se asientan la mayor cantidad de agresiones de las fuerzas de seguridad, entre ellas la rosarina, y el cuello ni siquiera había sido evaluado, pero además -siguiendo el protocolo de Minessota, que ellos decían haber usado pero no lo hicieron- encontramos fracturas costales y lesiones de partes blandas por distintos traumatismos, correspondiendo a la fecha de la muerte, todos vitales que fueron corroborados en la Corte Suprema de la Nación.

--¿Hasta cuándo trabajaste en el Estado argentino?

--Hasta el 2015, cuando fue lo de Etchecolatz. Después de encontrar el cuchillo con la nota, con mi hija durmiendo adentro de mi casa, descubrí que este estado no me quería adentro, no le interesaba descubrir a los criminales que violaban los derechos humanos y que también había tenido que ver con esta amenaza. Yo ya no les servia para trabajar en este estado. Yo considero que las políticas de estado tienen que darse desde el Estado, y seguro que hay buena gente, pero al final terminan ganando los malos.

--¿Tenés confianza en que un nuevo gobierno decida investigar los derechos humanos?

--Tengo el más profundo de los intereses en volver a un estado que quiera dar respuestas a los derechos humanos, y organizar un sistema pericial que específicamente se dedique a la investigación científica de estos delitos y al acompañamiento de las víctimas que pelean en profunda soledad para saber qué es lo que pasó con la gente que aman y que ya no tienen, y que tienen destrozada para toda la vida, como los niños, las niñas, les niñes víctimas de abuso sexual.

--Pero además, muchas de esas víctimas son las que tienen las peores condiciones de desprotección social.

--Son personas que claramente están en situación de riesgo y de profunda vulnerabilidad, pero más allá de eso, dentro de las investigaciones que estuve haciendo en este tiempo desde afuera del estado, hay un punto que es muy grave y veo un futuro muy oscuro con respecto a las investigaciones de los delitos contra la infancia, porque ya hoy es un delito que no se quieren investigar. Los fiscales y las fiscales le dan un portazo, donde se repiten periciales contra las madres, que parecen un corto y pego. Todas son madres narcisistas, manipuladoras, perversas, y en realidad son madres desesperadas tratando de cuidar a sus hijos e hijas. Veo un futuro muy oscuro porque se han reunido grupos de pedófilos poderosos y han contratado abogados y abogadas que ya están yendo contra los y las peritos de parte que protegen a estos niños.