Los recorridos de semiótica no son únicos ni lineales. La variedad de trayectorias de la disciplina, que anima la permanente discusión y reflexión sobre múltiples campos de la producción de sentido, se aplica tanto a los desarrollos conceptuales como a sus objetos.

Trayectorias, término que convoca pluralidad de sentidos, fue el eje temático que articuló el XIV Congreso Mundial de Semiótica, organizado en forma conjunta por la Asociación Argentina de Semiótica (AAS) y la Universidad Nacional de las Artes (UNA).

En el marco del 50° aniversario de la Asociación Internacional de Semiótica (AIS), la primera edición sudamericana del evento se celebró en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires entre el 9 y el 13 de septiembre. El encuentro ofreció una nueva una instancia de diálogo e intercambio para más de 700 investigadores y especialistas de 45 países, quienes participaron en 237 mesas y 24 plenarios.

La directora del Área Transdepartamental de Crítica de Artes de la UNA y miembro del comité organizador del Congreso, Marita Soto, expuso que este tipo de eventos permiten “ubicar dónde está el otro y dónde está uno, y saber con quién está dialogando y qué tiene en común con lo que está trabajando el otro”.

En ese sentido, Soto ponderó la “robustez de la semiótica latinoamericana” y aseguró que Argentina “ha demostrado tener un vigor, una fuerza y una capacidad de producción importante”.

La directora de la unidad académica resaltó la participación estudiantil y docente en el evento, y afirmó que la amplia convocatoria, atípica para “públicos europeos o de otras latitudes”, tiene su origen en la “inserción de la disciplina en la formación superior a nivel grado”.

Tras retirarse de los ámbitos académicos y pasar a tener una vida informal durante la última dictadura cívico militar, la semiótica “reingresó al sistema universitario después de la salida democrática. Hoy, tiene un lugar de difusión, de transferencia y de producción de investigación notable que hace que tengamos la posibilidad de tener esta cantidad de participantes”, dijo Soto, docente investigadora de la UNA y la Universidad de Buenos Aires (UBA), a este Suplemento.

Tras su paso, el XIV Congreso Mundial de Semiótica no sólo dejó “un terreno fértil para seguir produciendo, investigando y publicando”, sino que también permitió delinear “dónde está poniendo las energías” la disciplina.

“Evidentemente, la semiótica está preocupada por la tecnología, el cuerpo en distintos ámbitos, los discursos políticos, la palabra pública y el arte”, indicó la directora del Área Transdepartamental de Crítica de Artes.

 

La publicación, el intercambio y la interacción son algunos de los desafíos que enfrentan los investigadores, tanto a nivel nacional como internacional. Frente a la complejidad de los objetos, Soto manifestó que el “espíritu colaborativo” es enriquecedor, porque permite una mayor profundización para avanzar en los distintos campos de trabajo.