El mundo de los medios audiovisuales está experimentando cambios en sintonía con el sistema técnico en general. Cambios que incluyen soluciones basadas en inteligencia artificial (IA) para agilizar y mejorar la eficiencia de sus procesos, y tienen como correlato una reestructuración de la actividad. Este contexto, con su creciente exigencia de velocidad y calidad en los contenidos, afecta particularmente a los trabajadores al tiempo que señala a su creatividad situada como clave de evolución.

Como pudo verse en las últimas versiones de las principales ferias internacionales del sector (NAB e IBC), la IA evoluciona para instalarse como una de las herramientas más demandadas en el sector. Su capacidad de identificar patrones en grandes volúmenes de datos y responder autónomamente para alcanzar determinados resultados (éxito - rentabilidad) es aplicable en múltiples tareas. Así, permiten extraer metadatos de vídeos, incluyendo transcripciones, reconociendo de caras, personajes, objetos, acciones, marcas, palabras, sentimientos. Posibilitan la lectura de guiones para identificar escenas, contabilizar locaciones y caracterizar personajes; y en base a esos datos, proponer ajustes según tradiciones cinematográficas. También permiten capturar detalles de la interacción con usuarios para potenciar la recomendación y la targetizacion de los contenidos, y así fidelizar sus audiencias.

En términos generales, la IA permite al sector un relevamiento continuo de patrones, tendencias y preferencias del usuario para reducir los costos de producción y ampliar sus audiencias. A su vez, la integración de todas estas soluciones en una misma plataforma expande las potencialidades de estas tecnologías a partir del cruce de datos y la sistematización de respuestas esquemáticas, que aplicada a los flujos de trabajo reduce las acciones mecánicas a realizar por operadores, minimiza puntos de falla y aumenta la eficiencia del sistema.

Estas tecnologías han sido utilizadas también en la producción de contenidos, para escribir guiones, aunque los resultados conseguidos no fueron muy convincentes. En este ámbito la diferencia radica -al menos en nuestros días- en el carácter disruptivo de la creatividad, esa aptitud netamente humana que, desde una reflexión situada (contextualizada), nos permite salir del estándar y jugar con el límite del sentido y el sinsentido, nos permite lateralizar, intercambiar símbolos, modificar significantes, desplegar metáforas y metonimias. Es a través de la creatividad que puede ampliarse el universo del "sentido"; y todo esto sucede en la amalgama cultural, dinámica y tradicionalmente construida en la semiosis social que describiera Eliseo Verón. Es allí donde la creación hace posible que una producción audiovisual emerja, prospere y sea un éxito comunicacional/comercial.

A la vista de hoy, la IA no reemplazará a las creatividades. Su aplicación modifica las tareas de los trabajadores del sector audiovisual reorientándolos al proceso creativo, facilitando sus tareas y promoviendo su evolución. Quizá sea su capacidad de forzarlos, de imponerle mayores desafíos, de empujar sus límites donde radique su mayor relevancia. Desde esta perspectiva, la Inteligencia Artificial libera de procesos mecánicos para potenciar la creatividad; y así, focalizar la actividad humana en lo creativo que empuja límites del mundo.

 

* UNLu–UNA–CODEHCOM