Nadia Benítez tenía 32 años, una hija adolescente y lesiones en el cráneo y el rostro, cuando fue encontrada sin vida en el patio de su casa de barrio Ludueña. El relato de una discusión previa y la evidencia de golpes brutales son algunos de los elementos con los que el fiscal Adrián Spelta pedirá prisión perpetua para quien era pareja de la mujer. En una reunión previa al juicio, se fijó fecha de debate oral y público para el 19 de noviembre, por el delito de "homicidio doblemente calificado por el vínculo y por femicidio", cometido el 6 de febrero de 2017.

Familiares, acompañados por la organización Mujeres de Barrio y Familiares atravesados por femicidios, reclamaron justicia ayer en el Centro de Justicia Penal. Además, recordaron que poco tiempo después del hecho, el acusado gozaba de salidas laborales y que gracias a los reclamos pudieron revertir esa decisión judicial. "Nosotras armamos la organización Mujeres de Barrio a partir de este femicidio, porque nos enteramos que al acusado le habían dado salidas laborales y estaba trabajando a la vuelta de la casa de los padres de Nadia. Nos organizamos y exigimos que esto no quedara así, porque no había pasado ni un año de la muerte de Nadia. Lo que pretendemos es ayudar en el barrio y sensibilizar sobre estos temas y prevenir la violencia de género", dijo Albertina Fior a este diario. Laura agregó que el juicio se realizará durante las jornadas del 19, 20 y 21 de noviembre. "También buscamos convertir este dolor por lo de Nadia en una lucha para que no haya otras víctimas", sumó.

Según la acusación fiscal y del querellante, que representa a los padres de la mujer, el hecho ocurrió tras una discusión que tuvieron Nadia y el imputado al regresar de la casa de unos amigos donde fueron a cenar. Cuando lo imputó, Spelta le achacó "darle muerte mediante golpes de puño". Y agregó: "Venían de una cena con otra pareja. Se fueron discutiendo y ella le recriminó haber consumido estupefacientes. Hay personas que escucharon una discusión, minutos antes de que todo el mundo vea al imputado sobre el cuerpo de la víctima, para que se despierte". Esa teoría será motivo de discusión en el debate que tendrá a Federico Aranda sentado en el banquillo para ser juzgados por el tribunal conformado por Paula Alvarez, Juan Carlos Curto y Rafael Coria.

La versión que dio el imputado en los primeros momentos del hecho apuntaba a que la joven se pudo haber caído de la planta alta de la casa. El dijo que la encontró así, pero que no sabía qué había pasado. Sin embargo, las pruebas médicas y testimoniales dieron cuenta de contradicciones. La autopsia arrojó como resultado que la joven tenía la mandíbula fracturada en tres partes y una fuerte lesión en el cráneo, que motivó el deceso. Las lesiones no eran compatibles con una caída.

Otro de los elementos que apuntan a Aranda es que los familiares escucharon gritos y una discusión en la vivienda donde vivían. Incluso, hay testimonios que dan cuenta de sucesos de violencia previos al hecho.

El acusado quedó detenido desde el primer momento, cuando familiares de la chica llamaron a la policía aquella madrugada, y manifestaron que Nadia estaba tendida sobre un charco de sangre en la casa de Einstein 5730; mientras el imputado le pedía a gritos que se despertara.