Hay relativo consenso en que es indispensable frenar el deterioro de la actividad productiva y del empleo y que para ello debe reactivarse el mercado interno. Un camino es la expansión fiscal a través de aumento del gasto y/o de subsidios junto al acuerdo social para generar cierta redistribución desde las ganancias empresariales hacia el salario. La consultora Elypsis, que dirige el economista Edaurdo Levy Yeyati, advierte que hay una parte del consumo de las familias que está “postergado” por el altísimo grado de incertidumbre que transita la economía nacional, y que ese caudal de consumo podría reactivarse con mejores condiciones macroeconómicas y sin necesidad de una mejora del poder adquisitivo del salario. El efecto "estabilización" es minimizado por otros especialistas, que ponderan la necesidad de mejora del poder adquisitivo.

Se pueden utilizar una infinidad de datos para mostrar el derrape del consumo en el mercado interno. La AFIP comunicó el viernes pasado que el IVA total, que equivale a un tercio de los ingresos fiscales y se mueve de la mano de las ventas en el mercado interno, tuvo una suba del 32 por ciento en septiembre, unos 20 puntos por debajo de la inflación. El último dato disponible del Indec muestra una baja del consumo del 7,3 en los supermercados y del 6,7 por ciento en los shoppings, mientras que CAME registra una caída del 14,5 de las ventas de comercios minoristas y la consultora Scentia calculó una merma del 9,4 por ciento en el consumo en cadenas de supermercados. Incluso en un contexto de tasas de interés siderales, tarifas caras e incertidumbre cambiaria, las empresas sostienen que la falta de consumo es el principal escollo.

La diputada del Frente de Todos, Fernanda Vallejos, resume la idea de un amplio segmento de economistas que abogan por la expansión fiscal. “Un bono inmediato de 3000 pesos para los jubilados, que representa un plus del 20 por ciento para la jubilación mínima y del 10 para la media, y otro de 1500 pesos para la Asignación Universal por Hijo, equivalente a un incremento del 55 por ciento, tendría un costo fiscal del 0,15 por ciento del PBI. Después, en el marco del acuerdo social, habrá que definir una política general de ingresos", señala Vallejos.

Los economistas de Elypsis ofrecen otra mirada. “Si la economía se ordena y se estabiliza el ingreso, hoy sujeto a shocks de inflación y tipos de cambio semanales, habría margen para un aumento inmediato en el consumo familiar equivalente a 0,5 por ciento del PBI –aun si no se recupera el poder adquisitivo en el corto plazo– debido sobre todo a las compras de durables postergadas por la incertidumbre, y al regreso de primeras marcas a la canasta de alimentos. Son 104.065 millones de pesos de consumos postergados a la espera de un escenario más previsible”, dice Elypsis. “El 41,5 por ciento de los hogares consultados asegura tener algún consumo postergado ya sea por falta de ingresos o por incertidumbre”, detalla. “El 60 por ciento de las familias consultadas necesitaría más ingresos para aumentar su consumo, mientras el 29,3 por ciento, más certidumbre”, agrega el informe.

Según Elypsis, el primer rubro que podría recibir “consumo postergado” es alimentos y bebidas. Sin embargo, para Osvaldo del Río director de la consultora Scentia (que se especializa en consumo masivo), “no hay manera de recuperar el consumo si no mejoran los salarios, para lo cual es necesario frenar la inflación”. Para sostener esa afirmación, Del Río explica que el 90 por ciento del consumo en el mercado interno corresponde a individuos cuyo ingreso es igual o menor a los 36.730 pesos. De ese total, el 70 por ciento gana menos de 20 mil pesos por mes. “Estos datos con consistentes con un gráfico que muestra que el consumo sólo crece cuando la suba del salario supera a la inflación, sino, el consumo cae. En consecuencia, si no se logra un acuerdo de compromiso para que se recupere el salario, el consumo no va a crecer”, explica Del Río.

Desde CAME consideran que "hay un segmento medio y medio-alto que puede mover su consumo a partir de tener mayor tranquilidad y confianza. Igual es necesario trabajar sobre la base de la piramide de ingresos, tanto por anuncios de mejora de ingresos como por mayor formalización y bancarizacion". Sergio Chouza, de la Universidad de Avellaneda, indicó que "con salarios a la baja pero estables tiendo a pensar que no alcanza para reactivar el consumo. Se necesitan paritarias que le ganen a la inflación en una trayectoria gradual de desinflación".